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Corbacho asegura que las pensiones están garantizadas hasta 2025

El ministro acusa al PP de crear alarmismo e incertidumbre y de 'dar por amortizados cuatro millones de parados'

LUIS CALVO

El Gobierno desembarcó ayer en el Congreso con la intención de aplacar de una vez por todas la polémica surgida en torno a las pensiones con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Lo hizo el Ejecutivo en pleno, durante la comparecencia del presidente y a lo largo de toda la sesión de control. Pero quien más claro lo expresó fue el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho: 'En el Pacto de Toledo hablemos de 2020, pero no hablemos de 2009 ni de 2010, porque los pensionistas de este país pueden estar seguros en 2009, en 2010 y hasta el 2025'.

Y se apoyó en datos. Corbacho negó que la Seguridad Social pueda entrar en déficit durante el presente año. Al contrario, igual que Zapatero unos minutos antes, aseguró que su tesorería sigue contemplando un superávit para el actual ejercicio, del 0,4% concretamente. Tanto el ministro de Trabajo como el presidente destacaron que el Fondo alcanza ya los 58.000 millones de euros, 40.000 más que en 2004.

Empeñado en dejar morir el enfrentamiento, el Gobierno evitó criticar al gobernador del Banco de España y sus declaraciones. Ante un Rajoy que elevó las discrepancias a 'espectáculo memorable', Zapatero quitó importancia al enfrentamiento: 'Deberíamos felicitarnos de que podamos ver cómo las autoridades independientes pueden emitir sus opiniones sin estar condicionadas por el Gobierno'. Por si quedaba alguna duda, aseguró que Fernández Ordóñez es 'competente y capaz' en su trabajo. Pese a ello, recordó, discrepar con sus opiniones es 'legítimo'.

A primera hora, durante la comparecencia de Zapatero, Rajoy ya había dejado clara su postura. Agitando el fantasma de la pensiones, determinó: 'Se pagarán, sin duda, en el supuesto de que gobierne el PP'.

Solbes, por primera vez ajeno a este tipo de debates, escuchaba distraído mientras navegaba por la Red. Su testigo lo recogió la nueva responsable económica, Elena Salgado. En su estreno como vicepresidenta trató de evitar la confrontación y se limitó a pedir al PP colaboración para salir de la crisis.

La ministra reconoció también que las previsiones del Banco de España de una caída del PIB del 3% en 2009 'están de acuerdo con la información disponible hasta ese momento'. Sólo entonces se permitió un ligero reproche a la bancada conservadora. Salgado recordó que, en su programa, el PP preveía para ese mismo año un crecimiento del 3%. 'Desde entonces no han vuelto ustedes a hacer ninguna previsión', ironizó. Luego recuperó la diplomacia y pidió al PP que se sume al Gobierno para lograr 'en un breve plazo' una financiación 'suficiente'.

El tono más duro, como suele ser habitual, corrió a cargo de María Teresa Fernández de la Vega. Cuando Soraya Sáenz de Santamaría terminó de reprocharle el descrédito y la incapacidad del Gobierno ante la crisis, la vicepresidenta arrancó la embestida. Tachó al PP de 'apóstol del Apocalipsis' capaz de traer 'hoy un plan y mañana otro, contradictorios entre sí' en lugar de arrimar el hombro. 'La verdad espetó es que no le sienta bien el mono de trabajo'. Sobre los 'vaticinios, presagios y cábalas' del PP, advirtió: 'Siga, señoría, echando las cartas, que los ciudadanos se las van a poner a usted boca arriba'.

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