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Entre Disney y 'Final Fantasy'

El taller' recopila la obra de 14 jóvenes dibujantes españoles que beben del cine y los videojuegos

REBECA FERNÁNDEZ

Del blanco y negro al color. De historias que rezuman la influencia del manga a relatos con sabor europeo y reminiscencias de Disney. El libro El taller (Dibbuks) ofrece un catálogo de 14 jóvenes dibujantes españoles que, a través de un relato de ocho páginas cada uno, muestran sus inquietudes, influencias y, sobre todo, su carta de presentación para el futuro.

Esta obra colectiva nace del curso El taller de ESDIP (Escuela Superior de Dibujo Profesional) donde el historietista Kenny Ruiz ha enseñado los caminos del cómic a un grupo de jóvenes cuya energía es 'su mejor arma'. En este taller de un año, Ruiz ha huido de la figura del profesor tradicional para abrazar la idea del maestro como 'un facilitador' del aprendizaje. Además, los alumnos han contado con clases maestras de guionistas como Juan Díaz Canales y José Robledo, y de dibujantes como Carlos Pacheco, Horacio Altuna y Studio Kôsen. Junto a ellos, los estudiantes han podido tener contacto con la realidad de la industria, una experiencia que para Ruiz era prioritaria. 'Quería que tuvieran un roce continuo con cómo funciona realmente el mercado para que supieran enfrentarse a una editorial al salir del curso', relata Ruiz, que tacha de difícil la situación actual de la industria española. No obstante, este dibujante no lo da todo por perdido al considerar que en la actualidad el mercado global es más accesible para los nuevos autores. 'Pueden acceder a editoriales de otros países en mejores condiciones, pero se exige que estén mejor preparados. Para los jóvenes hay más salidas fuera que dentro de España', apunta.

'Para los jóvenes hay más salidas fuera de España que dentro'

Para poder dar el salto, los autores tienen que tener 'un buen proyecto' y el primer paso es definir su estilo. Esta elección viene determinada por las influencias y los referentes que tienen y la elección que estos autores hicieron sorprendió al propio Ruiz. 'Pensé que muchos iban a elegir el manga, pero, al explicar que es casi imposible que un manga español se publique en Japón, casi todos eligieron el estilo europeo porque es el que más posibilidades te da de publicar', indica.

Pero no todos abandonaron la idea de acercarse al estilo japonés. Es el caso de Guillermo Varela, de 22 años, que bebe del anime y el manga, donde 'las historias están enfocadas a los personajes y a cómo se sienten, profundiza más en ellos', asegura.

'Estos dibujantes no tienen tan claras las fronteras entre los estilos'

La influencia japonesa es evidente en su trabajo, pero Varela no cierra las puertas a otros influjos, como los video-juegos, que han tenido una presencia constante en el crecimiento de estos dibujantes. 'No he conocido a nadie en el curso que no jugase', dice, y alude a Final Fantasy como uno de los títulos con mayor repercusión. En este punto coincide con otra de las dibujantes, Verónica Álvarez, de 24 años, que también cita como referente a Disney.

Así, entre series, películas, juegos y cómics de diferentes estilos y géneros, estos dibujantes trituran toda clase de impactos visuales para modelar una pasta sobre la que edificar su trabajo y lo hacen, según Ruiz, con 'muchos menos prejuicios' que artistas más experimentados. 'Los autores jóvenes tienen más información y no sienten miedo a dejarse influenciar por algo que en principio no era su prioridad. No tienen tan claras las fronteras entre los estilos'.

Sin embargo, un pilar que no tiene un peso destacable entre las fuentes de las que beben es el cómic español. 'Es la menor referencia. Todos han leído Mortadelo y Filemón, pero hay pocos autores que les hayan llegado cuando eran pequeños. Es más fácil contagiarse de Disney', apunta Ruiz.

¿Y qué tienen en común las historias de estos creadores? 'No hay más coincidencia que el hecho de que todos ellos se han retratado perfectamente en su trabajo'.

 

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