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28 millones de niños no van a clase por las guerras

La Unesco alerta del 'efecto devastador' de la violencia sexual en la educación

SUSANA HIDALGO

La Unesco, la agencia de Naciones Unidas dedicada a la educación, elabora cada año un informe que radiografía la situación mundial de los escolares. El de este año, La crisis escondida: conflictos armados y educación, denuncia que más de 28 millones de niños en todo el mundo no pueden ir a clase por culpa de las guerras. Esos 28 millones representan el 42% de los menores en edad de asistir a la Educación Primaria.

Así, las escuelas se convierten en un lugar de combate en los 35 estados que han tenido una guerra desde 1999. Y en casos como el de Afganistán, los estudiantes y los profesores sufren directamente los ataques. Más ejemplos: en el noroeste de Pakistán, las escuelas que enseñan a niñas fueron atacadas y, en el norte de Yemen, 220 escuelas fueron destruidas.

Las escuelas se convierten en sitios de combate y los alumnos, en blancos

Todo eso hace que, con cifras de 2008, la Unesco tase en 67 millones el número de niños sin escolarizar y, según el informe de la agencia de Naciones Unidas, ese número se esté reduciendo a un ritmo 'demasiado lento'.

Con todo esto, el informe señala que los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los ocho puntos fijados por Naciones Unidas para acabar con la pobreza en 2015, están muy lejos de poder cumplirse, sobre todo los relacionados con la educación.

La Unesco también denuncia que los niños y niñas que viven en países en conflicto son a menudo víctimas de la violencia sexual. Así pasa en la República Democrática del Congo o en países como Haití, que, aunque no han sufrido una guerra, sí que han tenido una catástrofe natural reciente. En este último país, Unicef tiene un plan específico de escuelas instaladas en tiendas de campaña. Allí acuden a diario los menores que viven desplazados en campamentos desde que el terremoto del 12 de enero de 2010 les dejó sin casa. 'Las familias tienen que ser conscientes de que, por lo menos en la escuela, los niños y niñas están a salvo de ataques sexuales, de los violadores que acechan en los campamentos', explica para este diario Irene Sánchez, portavoz de Unicef en el país latinoamericano.

21 países invierten más en armamento que en enseñanza básica

En la misma línea se expresa el informe hecho público ayer por la Unesco: 'La violencia sexual tiene un efecto devastador en la educación: reduce el potencial de aprendizaje de la víctima, genera un temor que impide que las niñas salgan de casa al colegio y conduce al deterioro del ambiente familiar necesario para cultivar la educación'.

Tampoco ayudan la desi-gualdad en el acceso a la educación que sigue existiendo entre niños y niñas y el hecho de que muchos gobiernos no hagan nada para solucionarlo.

La conclusión pasa por una premisa que parece obvia, pero que no se cumple: hay que invertir más en educación. Como muestra, un dato: hay 21 países que invierten más en armamento que en educación básica. La Unesco señala que, si estos estados bajasen su presupuesto militar, otros 9, 5 millones de niños podrían ir a clase.

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