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Un hermano de Urdangarin cobró de una empresa clave en la trama

Miguel Urdangarin no sólo facturó al Instituto Nóos, sino también a De Goes Center, que desvió fondos a un paraíso fiscal

 

ALICIA GUTIÉRREZ

Los datos que va destapando la investigación sobre los negocios millonarios del Instituto Nóos con el Govern balear y la Generalitat valenciana estrechan por días el cerco en torno a Iñaki Urdangarin, atrincherado en el silencio. El miércoles, Público confirmó que Miguel Urdangarin Liebaert, hermano del yerno del rey, no sólo facturó servicios profesionales al Instituto Nóos en 2004 y 2005, sino que, un año más tarde, cobró también de De Goes Center for Stakeholder Management SL. Y esa es una empresa clave en la trama societaria que, según el juez del caso Palma Arena, crearon Urdangarin y su socio Diego Torres para 'apoderarse' de fondos públicos.

De Goes ocupa un lugar preeminente en el entramado porque fue la que, presuntamente, desvió al paraíso fiscal de Belice más de 300.000 euros procedentes de administraciones públicas. En 2006, De Goes, constituida ese mismo año y formalmente propiedad del imputado Diego Torres, socio del duque de Palma y su sucesor al frente del Instituto Nóos, pagó a Miguel Urdangarin 6.000 euros. Del Instituto Nóos que presidía su propio hermano ya había cobrado 5.000 euros en 2005. Y otros 1.000 en el año 2004.

Cobró 6.000 euros deDe Goes, pero el nexo que dibuja es lo esencial y no la cifra

Pero lo importante aquí no son las cantidades, mínimas en comparación con las cifras que ya han aflorado, sino que se refuerza la tesis de que las distintas sociedades investigadas no eran más que piezas del mismo engranaje. Hasta ahora, las pesquisas del juez José Castro no involucran al duque de Palma en el desvío de capitales al extranjero. Pero, desde luego, todo apunta a que mantenía una relación estrecha con la sociedad desde la que partieron los fondos hacia el país caribeño de Belice.

Desde que, hace tres semanas, estalló la operación con una batería de registros en Barcelona, se sabía que Mario Sorribas, administrador de De Goes Center, figura como apoderado en Aizoon SL, una de las dos consultoras privadas del esposo de Cristina de Borbón. Como ya informó este diario, Aizoon y Nóos Consultoría Estratégica SL facturaron al Instituto Nóos más de tres millones de euros entre 2004 y 2007. Además, cobraron casi 300.000 euros del Govern balear a través del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) y de la Fundación Illesport.

Es decir, las empresas privadas de Iñaki Urdangarin ingresaron en sus cuentas casi el 60% de lo que la supuesta asociación altruista presidida por el mismo Urdangarin había captado en el Govern balear y la Generalitat valenciana gracias a los gobiernos de Jaume Matas y Francisco Camps: más de 5,3 millones de euros. El Ejecutivo valenciano encargó en 2004 al Instituto Nóos organizar tres cumbres consecutivas sobre turismo y deporte, lo que reportó a la entidad 3,1 millones de euros. En 2005, el Govern balear de Jaume Matas siguió los pasos de su correligionario Francisco Camps y encomendó al Instituto Nóos otras dos cumbres sobre turismo y deporte. Resultado, otros 2,3 millones de euros para la asociación.

El administrador de la sociedad trabajó para cinco empresas del conglomerado

Cuando el caso topó con De Goes Center, los investigadores descubrieron un hecho inusual: su propietaria es una fundación por supuesto, también sin ánimo de lucro que a su vez está controlada por Diego Torres. Denominada Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, esa entidad pagó retribuciones a Mario Sorribas.

Pero no fue esa su única fuente de ingresos. Según fuentes de la investigación, entre 2005 y 2010 Sorribas percibió además honorarios de Nóos Consultoría Estratégica SL, De Goes Center, Intuit Strategy Innovation y Aizoon. En resumen, cinco personas jurídicas conectadas a través de las personas físicas que las formaban pagaron a Mario Sorribas por sus servicios a lo largo de seis años.

La asociación que presidía su hermano también le abonó otros 6.000 euros

Al igual que ocurre con los pagos a Miguel Urdangarin, la secuencia de retribuciones percibidas por Sorribas avala la hipótesis de que un lazo más visible que invisible unía a las distintas sociedades arriba citadas, todas ellas investigadas por orden del juez José Castro, que rastrea las peripecias financieras del Instituto Nóos en una pieza separada del llamado caso Palma Arena.

De momento, resulta imposible averiguar qué elementos esgrimirá Iñaki Urdangarin para rebatir el alud de información comprometedora suministrada al magistrado por las unidades de auxilio judicial. Cada petición transmitida por este periódico a los portavoces de la Casa Real se ha saldado con la misma respuesta: oficialmente, nadie sabe qué bufete ha contratado Iñaki Urdangarin ni por qué medio es posible contactar con él o sus portavoces autorizados. Aunque el duque está casado con la hija menor del jefe del Estado y continúa figurando en la web de la monarquía española como miembro de la familia real, la institución no se siente concernida. Quienes conocen el caso aseguran que lo investigado hasta el momento indica que la infanta Cristina era ajena a los negocios de su marido aunque figure como copropietaria de Aizoon SL.

Urdangarin, cuya próxima imputación se da por segura pese a que la Fiscalía Anticorrupción se aferra a la cautela para evitar pasos en falso, se limitó hace dos viernes a anunciar que defenderá su 'honorabilidad e inocencia'. Lo hizo con un comunicado enviado a la delegación de la agencia Efe en Washington. No hubo, por tanto, opción a que los periodistas preguntaran al duque por las graves afirmaciones contenidas en el auto por el que el juez José Castro ordenó una batida de registros en las sedes barcelonesas del grupo empresarial nucleado en torno al Instituto Nóos y a antiguos profesores y alumnos de la escuela de negocios Esade.

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