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El promotor del Eurovegas, inmerso en una trama de sobornos en China

Sheldon Adelson, el mayor contribuyente individual a la campaña del republicano Mitt Romney, podría declarar ante el juez a finales de agosto

ISABEL PIQUER

Macao, una de las dos regiones administrativas especiales de la República Popular China, se ha convertido en un quebradero de cabeza para Sheldon Adelson. Los problemas empezaron en julio de 2010, después de que el magnate del juego que aspira a crear un Eurovegas en España despidiera a su socio, Steve Jacobs, hasta entonces gerente de filial de Sands en China. En la batalla legal que enfrenta a los dos hombres, este ha denunciado a Adelson por permitir la prostitución en sus locales de juego (argumento que han retomado los demócratas para tratar de desprestigiar al contribuyente republicano) y sobornar a las autoridades locales para facilitar sus negocios.

La página web de periodismo de investigación ProPublica desvelaba hace pocas semanas que la compañía del magnate habría obstruido deliberadamente la justicia al ocultar que había conseguido salvar una copia de los archivos de sus casinos en Macao (ocultos en un disco duro que fue enviado de Macao a Las Vegas).

La jueza que preside el caso estaría barajando la posibilidad de multar a la compañía por haber mantenido durante todos estos meses que los documentos estaban en posesión de los chinos y argumentar que ponían pegas a su entrega. También estaría considerando citar a declarar al propio Adelson a finales de agosto, justo cuando se celebrará la convención republicana en Tampa (Florida). Tanto el Departamento de Justicia como la Comisión del Mercado de Valores (SEC por sus siglas en inglés) participan de la investigación.

Al margen de este escándalo, Adelson sigue siendo el mayor contribuyente individual a la campaña del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos. Cuando Mitt Romney alimentó la controversia, este lunes, al achacar a las diferencias culturales entre israelíes y palestinos el abismo económico entre los dos pueblos, sin mencionar, entre otras muchas cosas, el impacto de las restricciones comerciales impuestas desde Tel-Aviv sobre los territorios de la ANP (Autoridad Nacional Palestina), Adelson, a su izquierda, escuchaba asintiendo la cabeza.

En el desayuno organizado en el hotel King David de Jerusalén, parte de la mini gira internacional del candidato republicano para hacerse fotos con líderes extranjeros, entre ellos el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Sheldon Adelson mantuvo un perfil bajo, pese a ser uno de los principales valedores de Romney en Israel y en Estados Unidos.

En estos últimos meses Adelson se ha convertido en el individuo que más dinero ha dado a la causa republicana. Durante las primarias republicanas, él y su mujer, Miriam, alimentaron a golpe de talonario (20 millones de dólares en total) las ambiciones presidenciales del ex líder de la revolución conservadora, Newt Gingrich, que poco hubieran durado sin la inesperada inyección de dinero.

Ahora que Mitt Romney es el candidato oficial, Adelson, que viajó a Israel para animar a posibles contribuyentes afines, se ha convertido en una de la más importantes fuentes de financiación extraoficial de los republicanos, gracias a los Super Pacs, estas plataformas que permiten canalizar una cantidad ilimitada al programa del candidato (sin teóricamente coordinarse con la campaña). En estos últimos meses, el hombre más rico de Las Vegas ya ha donado diez millones de dólares a Restore our Future, el Super Pac de Romney.

También se ha comprometido a entregar otros diez millones a Crossroads Grassroots Policy Strategies, la organización creada por Karl Rove, el estratega político del ex presidente George W. Bush, para alimentar el debate conservador contra la Casa Blanca, y se habla de que el magnate podría participar en la plataforma ultra conservadora de otros multimillonarios, los hermanos Charles and David Koch, Americans for Prosperity (muy ligada al nacimiento del movimiento Tea Party). Estas son organizaciones que se amparan en una figura legal aún más opaca conocida por el párrafo del reglamento fiscal que las rige 501(c)(4) y crea unas asociaciones teóricamente sin fines lucrativos y sin ninguna obligación de revelar sus fuentes de financiación.

El Center for Responsive Politics estima la fortuna de Adelson en 25.000 millones de dólares, gracias a los casinos Sands, y asegura que el magnate estaría dispuesto a desembolsar cien millones en su cruzada contra Barack Obama. Adelson, comentaba recientemente uno de sus amigos, el ejecutivo tejano Fred Zeidman, a The New York Times, está 'decidido a derrotar a Obama'. Para él 'cien millones no es dinero'.

En un reciente editorial, el mismo The New York Times se preguntaba cuáles eran los objetivos de Adelson. 'Ningún americano ha gastado tanto dinero en atacar a Obama', destacaba el diario neoyorquino, 'y ninguno ha ganado tanto dinero en los últimos tres años'. Adelson es 'el mejor ejemplo del estado lamentable de las finanzas electorales' y sólo busca 'promover sus intereses particulares, financieros e ideológicas, en total contradicción con las necesidades del país'.

El rotativo destacaba entre estos objetivo: luchar contra el mantenimiento de un estado palestino viable y, en Estados Unidos, rebajar aún más la presión fiscal sobre corporaciones como la suya. Recordaba también que el Departamento de Justicia estaba investigando a Adelson por violar la 'ley contra acciones de soborno en el extranjero', en sus casinos de Macao.

Algo que incluso ha criticado el ex candidato presidencial John McCain, al declarar hace poco que las apabullantes contribuciones económicas de Adelson violaban la ley según la cual ninguna entidad o persona extranjera podía participar en la financiación de unos candidatos en Estados Unidos. 'De forma indirecta, dinero extranjero está financiando la campaña', declaraba el senador por Arizona, a la cadena de televisión PBS. 'Habrá escándalos' advertía McCain.

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