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Comer insectos, la gran solución de la ONU para acabar con el hambre en el mundo

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura recoge que muchos insectos contienen la misma cantidad de proteínas y minerales que la carne y grasas más saludable

EFE

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recuerda que los insectos son ya una fuente de proteínas que forma parte de la dieta de al menos 2.000 millones de personas y que tiene un potencial por explotar ya no solo como alimento y como pienso. 

Esta agencia de Naciones Unidas presentó hoy en su sede de Roma el informe 'Insectos comestibles: perspectivas de futuro para la seguridad alimentaria y alimentación para el ganado ', en el marco de la Conferencia Internacional sobre los Bosques para la Seguridad Alimentaria y Nutricional que se celebra hasta el miércoles.

Según el estudio, realizado en colaboración con la Universidad de Wageningen (Países Bajos), los insectos son una fuente importante y fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas que se encuentra en los bosques.

La recolección y cría de insectos, que, con cerca de un millón de especies conocidas representan más de la mitad de todos los organismos vivos clasificados en el planeta, pueden generar empleos e ingresos en efectivo, hasta ahora a nivel familiar sobre todo, pero también potencialmente a nivel industrial. 

'No estamos diciendo que la gente deba comer bichos', subraya en un comunicado divulgado por la FAO Eva Muller, directora de la División de Economía, Políticas y Productos Forestales de la agencia de Naciones Unidas y coautora del informe. 'Lo que decimos -prosigue- es que los insectos son solo uno de los recursos que brindan los bosques, y que se encuentra prácticamente por explotar su potencial como alimento, y sobre todo, como pienso'.

La FAO recuerda que los seres humanos consumen ya en el mundo más de 1.900 especies de insectos, siendo los más utilizados los escarabajos, las orugas, las abejas, las avispas, las hormigas, los saltamontes, los grillos y las langostas, que, por ejemplo, tienen más contenido en hierro que la carne de vacuno. Se estima que los insectos forman parte de la dieta tradicional de al menos dos millones de personas en el mundo. Se comen más de 1.900 especies, principalmente en África y Asia. Lo más consumido son los escarabajos (31%) orugas (18%) y abejas y hormigas (14%). Después les siguen los saltamontes, langostas y grillos (13%), cigarras, saltamontes, chicharritas, cochinillas y chinches (10%), libélulas (3%) y moscas (2%).

Además, la cría de insectos puede ayudar a evitar la sobreexplotación forestal, pues la producción de algunas especies como el gusano de la harina, que ya se producen a nivel comercial en alimentos para mascotas, zoológicos y la pesca recreativa, podría bajar los costes hasta hacer rentable la sustitución de la harina de pescado en la alimentación del ganado.

Los insectos producen asimismo una reducida cantidad de emisiones como metano, amoníaco, gases de efecto invernadero y de estiércol y pueden ser utilizados para descomponer los desechos, ayudando en los procesos de compostaje que devuelven los nutrientes a la tierra a la vez que reducen los malos olores.

Las leyes de la mayoría de países impiden algunas de estas prácticas, sobre todo la alimentación de los animales con residuos, estiércol líquido o desechos alimentarios, por lo que la FAO apuesta por 'investigar más, especialmente en lo que respecta a la cría de insectos aprovechando el vertido de residuos'.

'Los bosques contribuyen al sustento de más de mil millones de personas, incluidas muchas de las más necesitadas del mundo. Los bosques proporcionan alimentos, combustible para cocinar, forraje para los animales e ingresos para comprar comida', explica en la nota el director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva.

'Los animales silvestres y los insectos son a menudo la principal fuente de proteínas para la población en las zonas forestales, mientras que hojas, semillas, hongos, miel y frutas proporcionan minerales y vitaminas, garantizando una dieta nutritiva', añade.

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