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Cuando contar asesinadas a manos de sus parejas no es suficiente

Los expertos critican que la información sobre violencia de género se centre en contabilizar víctimas y piden que se aborde como un verdadero problema social.

ANNA FLOTATS

La semana pasada murieron cuatro mujeres en dos días a manos de sus parejas y ex parejas. El Gobierno se sacó de la manga una Estrategia Nacional contra la Violencia de Género y los medios de comunicación se hicieron eco del repunte de asesinatos machistas. Ayer fallecieron dos mujeres más víctimas de la violencia de género. Esta vez, el Gobierno no se ha pronunciado y los medios de comunicación, como ya es habitual, han informado puntualmente de ambos crímenes. Los expertos avisan de que eso no es suficiente y reclaman que se dé a la violencia machista el tratamiento que reciben otros problemas sociales.

'Informar es fundamental para luchar contra la violencia de género porque contribuye a la visibilidad y a la concienciación social'. Lo dice Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ejecutivo de Zapatero, quien añade que abordar los asesinatos machistas en los medios 'rompe con los mitos, los prejuicios y las justificaciones que conforman el envoltorio que tiene la violencia de género'. La muerte de Ana Orantes, rociada con gasolina por su marido en 1997, después de denunciar malos tratos en televisión, marcó un antes y un después en este sentido. El llamado crimen pasional se convirtió en un problema social que, poco a poco, está abandonando las secciones de sucesos.

Por lo tanto, informar, sí. Pero ¿cómo? Para Lorente, el tratamiento informativo de la violencia machista no puede ser neutral. 'Si lo es, estamos amparando el posicionamiento que ya tiene en la sociedad la violencia machista. O trabajamos para que acabe o trabajamos para que siga como está', explica. En esto también coincide la presidenta de la Federación Asociaciones de Periodistas de España, Elsa González Díaz, quien destaca 'la responsabilidad, la sensibilidad y el compromiso' del periodista a la hora de elaborar este tipo de informaciones sin 'amarillismo'. 

Elvira Altés, presidenta de la Associació de Dones Periodistes de Catalunya, critica que los medios todavía cuentan más el cómo que el por qué. 'Se resaltan los detalles morbosos, se da voz a personas que no aportan nada, como vecinos y familia, y en cambio no se recurre a fuentes especializadas para que la gente entienda cuál es el problema de fondo'. Es decir, que concienciar y prevenir de la violencia machista no se consigue solamente informando de las mujeres que mueren asesinadas. 'Los medios de comunicación se han convertido en un contador de casos. No hay otra información sobre violencia de género que los casos de víctimas mortales, por lo que la violencia machista sólo se concibe como un problema, tanto para los medios como para los políticos, cuando hay un repunte de fallecidas', denuncia Myriam Noblejas, coautora del trabajo Cómo informar sobre violencia contra la mujer. González también considera que no hay que esperar a que salte la alarma para hablar de violencia machista porque 'la alarma social ya existe'.

Altés insiste en que las informaciones deben hablar de los 'síntomas de la violencia' que aparecen antes del crimen: 'No sólo hay que hablar de la violencia física y del asesinato. Hay que poner atención en la violencia psicológica, en cómo el hombre va limando la autoestima de las mujeres, hay que hablar del proceso previo a la agresión'.

Lorente es contundente: 'En España hay hombres pensando en matar a sus mujeres. Los medios tienen que informar sobre esa realidad social. Con la epidemia de gripe A o las vacas locas, no sólo se contaban los casos de muerte. Los medios de comunicación hablaban de las causas, de las consecuencias, analizaron todos los factores. Lo mismo se debería hacer con la violencia de género', concluye. A pesar de todo, Noblejas afirma que es de recibo reconocer que gracias a los medios de comunicación, la violencia de género dejó de ser 'un problema exclusivo de la pareja que se soluciona en casa'. Altés, sin embargo, recalca que se ha avanzado poco y que aún hay que trabajar mucho para que la sociedad entienda que 'el machismo es una construcción social que nos afecta a todos y que precisamente la sociedad es la única que puede acabar con él'.

016: Teléfono de atención a las víctimas de malos tratos. La llamada es gratuita y no deja rastro en la factura telefónica.  

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