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El rezo musulmán se escuha en Jerusalén bajo una fuerte vigilancia israelí

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El cielo en Jerusalén ha amanecido cubierto y una fina lluvia ha caído con intermitencia desde primera hora de la mañana apagando en gran parte las protestas que los palestinos habían convocado para hoy tanto en Jerusalén como en otras localidades de los territorios ocupados.

La situación se viene deteriorando día a día y el jueves la Explanada de las Mezquitas fue cerrada completamente al culto musulmán. Por primera vez desde la ocupación de 1967, los israelíes sellaron las puertas que conducen a la Explanada y la llamada a la oración no se escuchó en la ciudad vieja, algo que no había ocurrido en los últimos 47 años.

La Explanada ha vuelto a abrirse hoy, aparentemente por indicación de Estados Unidos, pero solamente para varones mayores de 45 años y para mujeres, aunque lo desapacible de la jornada ha hecho que muchos palestinos permanecieran en sus casas.

El despliegue policial es visible en todo el sector ocupado, donde a diario se suceden los disturbios. La policía israelí se ha reforzado en la zona paulatinamente (solo hoy con otros 2.800 agentes) pero no ha conseguido detener unas protestas que tienen bastante de espontáneo a pesar de que el primer ministro Benjamín Netanyahu dice que están orquestadas desde Ramala.

De hecho, el presidente Mahmud Abás hizo ayer un llamamiento para que hoy se intensificaran las protestas, pero es evidente que Abás ha perdido buena parte de su credibilidad siguiendo una política donde prevalece la pasividad general ante la expansión constante de Israel en los territorios ocupados y en Jerusalén en particular.

En lugar de dirigir las protestas, Abás se limita a ir a remolque de ellas. Esta circunstancia hace que los palestinos carezcan de liderazgo y que sea la propia población la que tenga que asumir la responsabilidad de salir a la calle cuando lo considera oportuno, lo que ahora mismo es cada día de la semana.

Las provocaciones no faltan. Esta semana Israel ha anunciado la construcción de otras 2.000 viviendas para colonos judíos en Jerusalén este, que se suman a otros millares de viviendas aprobadas en los últimos meses en la misma zona.

El despliegue policial es visible en todo el sector ocupado, donde a diario se suceden los disturbios

La comunidad internacional permanece con los brazos cruzados ante los sucesivos atropellos de Israel, y lo mismo hace el presidente Abás, de manera que Jerusalén oriental va cambiando de fisonomía rápidamente sin que nadie dé ningún paso para detener el expolio continuado que se asienta sobre un régimen de aparheid.

El cierre de la Explanada de las Mezquitas del jueves se produjo después de un atentado contra el rabino Yehuda Glick, de 50 años, que es muy popular entre los elementos judíos más radicales porque aboga por la destrucción de la mezquita Al Aqsa y el Domo de la Roca con el fin de construir en su lugar el tercer Templo judío.

Glick resultó herido por tres disparos y sigue ingresado en un hospital local en estado grave pero estable. El rabino fue atacado cuando acababa de pronunciar una conferencia en el Centro Beguin, a unos 200 metros de las murallas, justamente sobre la necesidad de levantar el tercer Templo.

En lugar de dirigir las protestas, Abás se limita a ir a remolque de ellas

El presunto autor de los disparos, Muataz Hiyazi, de 32 años, fue abatido unas horas después por la policía israelí cuando se disponía a entrar en su casa. Las circunstancias de su muerte son confusas. Los israelíes dicen que disparó contra la policía mientras que los palestinos sostienen que fue ejecutado a sangre fría.

El entierro de Hiyazi, exmiembro de Yihad Islámica, ha tenido lugar esta madrugada sin que se le haya practicado una autopsia en condiciones. Un juez había autorizado que solo pudieran acudir 45 personas al funeral, aunque el número de presentes ha sido de varios centenares.

El jefe de la policía, Yohanan Danino, niega que estemos ante la tercera intifada y llama una y otra vez a 'restablecer la calma cuanto antes'. Los palestinos saben muy bien que restablecer la calma significa seguir expandiendo las colonias en los territorios ocupados y que no pueden contar con nadie para frenar las políticas de Netanyahu contrarias a las leyes internacionales.

Israel construirá otras 2.000 viviendas para colonos judíos en Jerusalén este

El este de Jerusalén se ha convertido en un auténtico campo de batalla desde la última invasión israelí de la Franja de Gaza el pasado mes de julio. Los choques entre jóvenes palestinos y policías israelíes son continuos. Las paradas de la línea de tranvía que une la colonia judía de Pisgat Zeev y Jerusalén, y que atraviesa dos barrios árabes, solo funcionan parcialmente gracias a una fuerte presencia policial.

De patética puede calificarse la reacción de la Unión Europea, que utilizando las mismas palabras que Israel, ha llamado a la 'calma', si bien es la UE quien más ha contribuido al caos actual con una política de lavarse las manos año tras año.

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