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La confluencia a medias de las nuevas candidaturas municipalistas de Barcelona

MARC FONT

Regeneración democrática, empoderamiento popular, remunicipalización de servicios, transparencia, defensa de derechos fundamentales como la sanidad, la educación o la vivienda, límites salariales y de mandatos... Las nuevas candidaturas municipalistas que surgen en Catalunya y en el resto del Estado­ tienen en común hacer bandera de todos estos puntos, pero luego cada realidad local marca diferencias. Guanyem Barcelona, el espacio liderado por Ada Colau, es el ejemplo más conocido, pero ni mucho menos el único. En las principales ciudades de la provincia, como l'Hospitalet de Llobregat, Badalona, Sabadell o Cornellà de Llobregat, se viven procesos más o menos equiparables.

La palabra confluencia se repite hasta la saciedad, pero hasta el momento en ningún caso ha sido completa. No hay ninguna gran ciudad catalana donde se vislumbre una candidatura que una desde la socialdemocracia radical e institucional representada por Iniciativa per Catalunya (ICV) hasta la izquierda anticapitalista e independentista de la CUP, ya sea por falta de voluntad inicial o por diferencias aparecidas durante el trabajo de confluencia. El último ejemplo se dio el pasado fin de semana, cuando la Trobada Popular Municipalista (TPM) ­-un espacio impulsado por la CUP- aprobó presentar una candidatura rupturista propia en las elecciones municipales del mayo, rechazando confluir con Guanyem.

Para Benet Fusté, sociólogo y miembro del grupo de análisis político Cercle Gerrymandering, Guanyem Barcelona 'se ha convertido en un referente para la muchas candidaturas' que han aparecido en los últimos meses, tanto por su 'trascendencia mediática' ­-a raíz de la presencia de Ada Colau,- como por el hecho de contar con personas 'que llevan años reflexionando sobre el mundo local y la necesidad de repolitizarlo, de superar la función meramente administrativa y de prestación de servicios a la que los ayuntamientos se han visto relegados'. Con todo, Fusté añade que hay procesos de confluencia previos a la presentación, en junio, de Guanyem Barcelona, como el que se da en Sabadell con la Crida o la propia TPM, que empezó en marzo.

En Sabadell, quinta ciudad de Catalunya con más de 205.000 habitantes, la Crida reúne hasta el momento a l'Entesa ­-una formación local de izquierdas­- a la CUP y al Moviment Popular de Sabadell (MPS), aparte de personas provenientes de los movimientos sociales, a la espera de que Podemos y Procés Constituent ­-el grupo impulsado por el economista Arcadi Oliveres y la monja Teresa Forcades­- decidan participar o no. La Crida, que no se planteó en ningún caso un proceso que incluyera a ICV y EUiA ­-referente catalán de IU­-, establece un máximo de dos legislaturas para cargos electos, prohíbe la duplicidad de cargos y limita el salario de las personas con dedicación exclusiva a un tope de tres veces el salario mínimo interprofesional (SMI). Pensada como una candidatura rupturista, no sólo con el gobierno local del PSC sino también con el capitalismo, probablemente no será la única opción nueva en las elecciones locales, ya que hace unas semanas se presentó Sabadell Guanyarà, impulsada por un grupo de ciudadanos que se definen 'independientes y de izquierdas'.

L'Hospitalet de Llobregat, que con más de 250.000 habitantes es la segunda ciudad catalana, iba camino de hospedar una gran candidatura de confluencia entre ICV, EUiA, CUP, Podemos, Procés Constituent (PC) y personas que participan en movimientos sociales como la PAH. Pero, según han confirmado a Público fuentes conocedoras del proceso, finalmente no será así y cuestiones como la elección de los miembros de la lista y los límites salariales han supuesto la ruptura en dos de Guanyem l'H. Es más que probable que en las elecciones se articule una candidatura alrededor de ICV­EUiA y otra entre la CUP y PC, con la duda todavía de qué hará Podemos. En Cornellà de Llobregat, con casi 90.000 residentes, ICV, EUiA y hasta ERC participaron en las conversaciones iniciales para articular una candidatura unitaria de la izquierda. Se apartaron rápidamente, de modo que en Guanyem Cornellà-Crida per Cornellà confluyen el círculo local de Podemos, Equo, Alternativa d'Esquerres de Cornellà y PC. Ángel Camacho, uno de sus integrantes, cuenta que en pocos días han conseguido más de 250 adhesiones a su manifiesto y que apuestan por dar herramientas para empoderar a la ciudadanía como asambleas de barrios, presupuestos participativos o referéndums municipales.

Al analizar las razones que explican las dificultades para articular candidaturas de izquierdas realmente amplias, el politólogo de la Universitat de Barcelona (UB) Jordi Muñoz apunta que 'sumar tradiciones y culturas políticas tan distintas como las que se pretendía hacer confluir es complicado'. Y añade que no es posible 'sin que haya una dosis extra de flexibilidad y generosidad que no siempre encontramos en el mundo de los partidos y organizaciones políticas'. Benet Fusté, por su parte, subraya que mientras la emergencia de movimientos de base, como las PAH, las plataformas de parados o las movilizaciones en defensa de los servicios públicos, han llevado a trabajar junta a gente de tradiciones políticas diversas y, por lo tanto, son un condicionante favorable a la confluencia, las identidades políticas de la militancia de ICV y la CUP 'son potentes' y dificultan el entendimiento, a pesar de proximidades programáticas.

La confluencia tampoco se ha dado hasta el momento en Badalona, tercera ciudad catalana con 220.000 habitantes, donde encontramos X Guanyar Badalona ­promovida por miembros de ICV y EUiA­ y Crida per Badalona, impulsada por la CUP y por activistas de movimientos como el 15-M­. Ni en Mollet del Vallès (52.000 habitantes), municipio en el que han surgido Guanyem-­Capgirem Mollet, ­iniciativa de Independents per Mollet­CUP y Pirates Mollet­, y la Crida per Mollet, ­ integrada por ICV­EUiA y miembros de PC y la Assemblea Popular de Mollet. Ni en Molins de Rei, donde Guanyem ha sido creada por ICV y ha generado el rechazo de la CUP, que cuenta con cuatro ediles en el ayuntamiento, y el círculo de Podemos.

¿Realmente tienen opciones de ganar las elecciones? Fusté considera clave 'movilizar' el voto que ha perdido el PSC en las dos últimas décadas para que todas estas candidaturas puedan, al menos, 'condicionar la política local' en los municipios del área metropolitana de Barcelona y el resto de ciudades catalanas. El miembro del Cercle Gerrymandering añade que 'quien sea capaz de capitalizar el malestar puede alterar el sistema de partidos, cuestión que interpela las fuerzas de izquierda establecidas, que pueden mirárselo desde la barrera con el riesgo de perder el tren o sumar­se, haciendo más probable ­pero también más incontrolable­ la alteración'. Pase lo que pase antes de mayo y en las elecciones, los partidos tradicionales se verán obligados a cambiar. 'Prácticas que hasta ahora no se cuestionaban, como la acumulación de cargos, las dietas o la opacidad en los gastos, dejarán de pasar desapercibidas', sentencia Jordi Muñoz. Con o sin confluencia, el mapa electoral catalán de 2015 se parecerá poco al de 2011.

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