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¿Quién es Enrique Arnaldo? El polémico magistrado que medró a la sombra del PP

Conferenciante habitual de la fundación FAES, airado columnista contra la eutanasia, el aborto y la ley de memoria histórica, la trayectoria de este jurista de 64 años está salpicada por varios casos de corrupción.

El magistrado Enrique Arnaldo Alcubilla, durante una comisión en el Congreso de los Diputados, a 2 de noviembre de 2021, en Madrid
El magistrado Enrique Arnaldo Alcubilla, durante una comisión en el Congreso de los Diputados, a 2 de noviembre de 2021, en Madrid. Eduardo Parra / Europa Press

Enrique Arnaldo (Madrid, 1957) ha pasado de un discreto perfil bajo a ser estrella emergente en cuestión de semanas. El candidato de la discordia a magistrado del Tribunal Constitucional copa, entre dimes y diretes, el interés de analistas y la animadversión de medio arco parlamentario. Cabe preguntarse quién es este señor que ha obligado a tantos diputados a votar con una pinza en la nariz.

Para esbozar el perfil empecemos por su profusa producción como articulista. Desde 2008, Arnaldo ha escrito más de 300 artículos de opinión, la mayoría de ellos publicados en el digital El Imparcial. Textos en los que el catedrático de Derecho aborda materias sensibles que, a buen seguro, deberá tratar en su nueva etapa y sobre las que va desgranando postulados un tanto conservadores (cuando no retrógrados).

Sus peroratas públicas siempre han lindado con el argumentario del PP

Veamos. En 2008 criticó la ampliación de los tres supuestos de interrupción del embarazo o la llamada eutanasia activa porque, a su parecer, hacen que "se violenten algunos principios o alguna jurisprudencia por el camino". Un año más tarde, Arnaldo tuvo a bien rechazar de plano, en referencia a la ley de memoria histórica, el empeño de tantas y tantas familias por exhumar las fosas de la guerra civil y el franquismo.

También cargó en sus escritos contra Catalunya, denunciando la "sostenida, constante, manifiesta, negligente y contumaz actuación de la comunidad autónoma de Cataluña de incumplimiento de sus obligaciones constitucionales y legales al declararse, sin más, zona exenta de la Constitución, al rebelarse contra la supremacía de ésta y sustituirla por su voluntad desnuda".

Pero quizá fue la figura de Zapatero la que consiguió captar mejor la ira de su pluma. De él no sólo dijo que su "legado es patético en todos los órdenes" o que es un "busto parlante", sino que le dedicó algunas líneas de imaginativa bilis, lean: "Se sienta por las noches ante una pantalla panorámica armado con los mandos inalámbricos de la Play jugando a los marcianitos [...] que resuciten Los Reyes Católicos. Ha nacido su sucesor".

Sus peroratas públicas siempre han coincidido con el argumentario del PP. No en vano, Enrique Arnaldo ha sido un frecuente conferenciante de la fundación del PP, FAES. Una vinculación que pronto le reportaría beneficios de carácter laboral. Su camino al éxito comenzó en 1996 cuando fue nombrado vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del PP.

Su trayectoria jurídica no está exenta de tropiezos con la Justicia

Del dicho al hecho, dicen, hay un trecho. De modo que no nos fijemos tanto en sus diatribas y veamos qué es lo que ha hecho. Y lo cierto es que una somera recopilación de sus actos nos permite entender, en buena medida, el motivo por el que las pinzas para la ropa se han agotado este jueves en las ferreterías próximas al Congreso de los Diputados.

Su extensa trayectoria jurídica no está exenta de tropiezos con la Justicia, algunos de gran calado, como su imputación, y desimputación posterior, en el caso de corrupción del PP balear 'Palma Arena'. Durante un año, entre 2010 y 2011, Arnaldo figuró como investigado y llegó a declarar en tal calidad por los presuntos delitos de malversación y cohecho por contratos amañados con el Gobierno balear. 

Pero no acaba ahí la cosa, nuestro magistrado volvió a aparecer en un sumario en 2017, en el caso 'Lezo' que afecta al PP de Madrid y al expresidente Ignacio González. Arnaldo aparece en conversaciones pinchadas por los investigadores en las que se evidencia que el exvocal del CGPJ estaba "moviéndose" para lograr colocar a fiscales afines que favorecieran a González en sus frentes judiciales, entre ellos, el supuesto regalo de un ático en Estepona (Málaga), causa ya archivada. 

Y como muestra de otras actitudes poco éticas, Arnaldo organizó un máster en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ligada al PP, donde enchufó a su hijo, y al hijo del que fuera fiscal general del Estado, José Manuel Maza. También invitó a dar clases a un puñado de jueces y a procuradores del Colegio Oficial de Procuradores de Madrid, de cuya junta directiva era el abogado. Los lindes de las incompatiblidades no parecen estar claros en su largo trayectoria.

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