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El 'sorayismo' sale reforzado

ANA PARDO DE VERA

El Gobierno en sus escaños y los diputados del PP en los suyos aplaudieron con entusiasmo la comparecencia de su presidente y líder en el debate sobre el estado de la nación celebrado esta semana en el Congreso de los Diputados. El miércoles 26 a las 13:15h, los conservadores salieron visiblemente satisfechos del que se considera el debate parlamentario más importante del año y que creen que fue un 'rotundo éxito'. Sobre todo, argumentan, si se compara con el debate de 2013, cuando el caso Bárcenas y la pésima situación de las cifras macroeconómicas -amenaza de rescate incluida- impideron cualquier atisbo del optimismo exhibido este año por Mariano Rajoy.

La letra pequeña del éxito del jefe del Ejecutivo, sin embargo, y según confirman en el PP, lleva el nombre de la vicepresidenta del Gobierno y quienes han trabajado con ella en la redacción de la comparecencia de Rajoy y en una estrategia basada en una inyección de datos positivos que deberían empezar a 'contagiar optimismo' después de dos años muy duros. Soraya Sáenz de Santamaría dirigió la recopilación de documentación y datos y la redacción del discurso del presidente el martes, así como las fichas para las respuestas a la oposición. Fue una estrategia rígida, 'de sota, caballo y rey' y de marcado enfoque electoral, describen en el PP, en donde las críticas a la gestión socialista, los buenos datos macroeconómicos y el anuncio de 'la verdadera forma de gobernar de Rajoy' (bajada de impuestos o incentivos a la contratación) se fueron intercambiando durante las doce horas que duró el debate de dos días. Todo ello salpicado, además, de un potente mensaje de unidad nacional que el PP reconoce que cala muy bien en su desencantado electorado.

Las alusiones de Rajoy a los titulares de prensa o frases contundentes como 'Gobernar es decidir' son marca de la vicepresidentaLas alusiones a los titulares de prensa de pasado y presente o las frases contundentes como 'Gobernar es decidir' empleadas por Rajoy son marca de la casa, explican las mismas fuentes; la casa de la número dos del Ejecutivo. Junto a Sáenz de Santamaría trabajaron en el debate de la nación el director del Gabinete del presidente, Jorge Moragas; la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, o el jefe de la Oficina Económica de Rajoy, Álvaro Nadal.

Hubo también dos ministros que tuvieron un protagonismo destacado por encima de los demás en el repaso de gestión y de perspectivas futuras que realizó Rajoy: los titulares de Hacienda y de Empleo, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez. No es casualidad, destacan los conservadores, que ambos sean personas 'muy cercanas, de la máxima confianza' de la vicepresidenta y, sin duda, salieron reforzados internamente con el debate de la nación, además, con las dos propuestas estrella del presidente salidas respectivamente de sus departamentos: la exención del pago del IRPF para quienes cobren menos de 12.000 euros al año (Hacienda) y la tarifa plana para empresas que incrementen la cifras de contratación indefinida (Empleo)

El PP contrasta el espaldarazo que Rajoy dio a Montoro y a Báñez -hasta ahora, los ministerios que soportaron la gestión más dura y los datos más negativos- con la práctica ausencia del trabajo de Ana Mato (Sanidad), José Ignacio Wert (Educación y Cultura) o Alberto Ruiz-Gallardón (Justicia) del discurso presidencial. ¿Esbozaba el jefe del Ejecutivo el cuadro resultante de una crisis de Gobierno a corto plazo? Con Rajoy, no se sabe, pero los gestos internos en el debate han sido considerablemente explícitos.

 Tampoco la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha vio recuperarse algo su maltrecha posición tras la lucha por el liderazgo del PP andaluz, en donde su apuesta, José Luis Sanz, fue desautorizada en dos ocasiones por Rajoy y sustituida finalmente y también por éste por la opción de Javier Arenas y la propia vicepresidenta. Una detalle en la intervención de Rajoy no pasó desapercibido para los diputados del Partido Popular, que comprobaron como, de nuevo, la número dos del partido se ha columpiado con una decisión que no contaría en principio con el respaldo del presidente, sostienen miembros del PP.

La reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha, realizada sin el acuerdo mínimo con la oposición que suele alcanzarse en cambios de tanto calado para el Estado Autonómico, fue muy criticada por los socialistas, cuyo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, la tachó de 'cacicada' de Cospedal para tratar de garantizarse la victoria electoral en las autonómicas 2015. Rajoy no se molestó siquiera en responder a esta dura crítica del PSOE a la decisión de Cospedal, presente en la tribuna de invitados, aunque en ningún momento se le vio junto al presidente.

Precisamente, la presencia de la secretaria general del PP en el Congreso Extraordinario que los conservadores andaluces celebran este fin de semana levantó ayer una gran expectación tras la desautorización que le supuso la imposición por parte del presidente de un candidato al liderazgo conservador autonómico, Juan Manuel Moreno. También la vicepresidenta estará en este cónclave, junto a Rajoy, hoy mismo, para seguir el discurso de clausura del líder del PP, aunque ayer, aparte del propio Moreno, ya dejaron su impronta con sendos discursos en el Congreso de Sevilla dos de los representantes del sorayismo en alza, los ministros Báñez y Montoro.

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