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Pedro Duque El ministro astronauta: un gran golpe de imagen para rescatar a la ciencia española

Por fin la ciencia en España vuelve a tener su propio ministerio. Por fin un ministerio tiene al frente a una persona 100% de ciencia. La cartera de la que será responsable incluye Innovación y Universidades. Éstos son los principales retos.

Imagen del astronauta Pedro Duque, que será el ministro de Ciencia del Gobierno de Pedro Sánchez. EFE/LUIS TEJIDO

Es claro que España necesita un impulso decidido a la inversión en ciencia. Los problemas que han acarreado los recortes presupuestarios constantes y la mala gestión de los recursos disponibles han llevado a la I+D+i a una situación límite. ¿Ha llegado con el astronauta Pedro Duque una solución como caída del cielo?

Su experiencia en las agencias espaciales NASA y ESA, y sus conocimientos de gestión de Pedro Duque —fue director y presidente ejecutivo de la empresa Deimos Imaging, S.L., dedicada a la explotación de datos obtenidos por satélites de observación de la tierra—, le serán extremadamente útiles para poner un poco de orden en la caótica situación de las políticas públicas en estas materias.

Él mismo criticó, en 2016, los recortes en ciencia acometidos por el Gobierno del PP: "Lo que está en juego no es sólo la riqueza material, sino el acceso al conocimiento, con todo lo que eso significa". Ahora, tendrá que convencer al nuevo Ejecutivo de que se aumente el gasto en algo tan básico para la futura competitividad del país como el I+D+i.

Acostumbrado a los medios de comunicación, inmensamente popular también gracias a sus esfuerzos de divulgación científica, su perfil encaja a la perfección con el impulso de una imagen abierta e independiente que quiere imprimir Pedro Sánchez a su Gobierno. Con este nombramiento, el presidente ha conseguido sorprender a todos.

Deberá tratar de arreglar la precarización de los investigadores, el espinoso asunto de las becas que no se cobran, las consecuencias de años de recortes sistemáticos y el problema burocrático que acogota a la ciencia del sector público. Su especial sensibilidad será el mejor aliado para que el Estado vuelva a implicarse en el desarrollo de la ciencia y la innovación en España.

Existe otro factor a tener en cuenta que, quizá, condiciones su puesto al frente de esta cartera: Duque está casado con la diplomática española María Consuelo Femenía Guardiola, que ha sido recientemente nombrada embajadora de España en Malta. Por tanto, la pareja, que cuenta con tres hijos, deberá acostumbrarse a vivir por separado durante una temporada. 

En cualquier caso, el popular astronauta se mete en un importante fregado, como él mismo reconoce en su cuenta de Twitter.

Pedro Duque nació el 14 de marzo de 1963 en Madrid. Es Ingeniero Aeronáutico (1986) por la Universidad Politécnica de Madrid (Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos). Cuenta con un impresionante currículo como científico y astronauta, y es especialista tanto en la adaptación de experimentos para su realización en naves espaciales como en la organización de las tareas y procedimientos para su operación, en tierra y en el espacio.

Tras Miguel López Alegría, es el segundo español que ha salido al espacio. Voló por primera vez al espacio el 29 de octubre de 1998 con el Transbordador "Discovery". Después de su último vuelo espacial, la Agencia Europea del Espacio (ESA) envió a Duque como director de operaciones del Centro Español de Apoyo a Investigadores y Operaciones para la Estación Espacial, adscrito al Instituto de Microgravedad Ignacio da Riva de la Universidad Politécnica de Madrid.

Según su biografía, en octubre de 2006 Duque obtuvo una excedencia de la ESA pero permaneció preparado para vuelos espaciales para lo cual pasó las pertinentes pruebas periódicas. Durante esta etapa dirigió Deimos Imaging, S.L., dedicada a la explotación de datos obtenidos por satélites de observación de la tierra.

En octubre de 2011 Duque retornó a la ESA después de su excedencia. Retomó su puesto de astronauta y mantiene las calificaciones para un posible nuevo vuelo espacial.

Es miembro de la Real Academia de Ingeniería de España desde abril de 1999, tiene concedida la gran cruz al mérito Aeronáutico y obtuvo, también ese mismo año, el Premio Príncipe de Asturias 1999 de Cooperación Internacional que comparte con los astronautas Chiaki Mukai, John Glenn y Valery Polyakov que les fue concedido por haber sido representantes de los artífices de la cooperación internacional en la exploración pacífica del espacio.

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