Balagán

Europa e Irán

Oriente Próximo vuelve a vivir otro momento de considerable incertidumbre sin que los europeos hayan reaccionado como sería de esperar.

Es cierto que en los últimos días hemos visto declaraciones positivas de algunos mandatarios europeos, y que éstos están debatiendo entre ellos la crisis desencadenada por Donald Trump al abandonar el pacto nuclear con Irán, pero también es cierto que hasta ahora no han pasado de las palabras, pronunciadas casi siempre detrás de las cortinas del teatro.

Europa jamás ha tenido una política clara y positiva hacia Oriente Próximo. Es cierto que los franceses facilitaron la nuclearización de Israel en su momento, o que los británicos se han hinchado de vender armas a los países del Golfo, pero estos mismos ejemplos muestran que Europa ha carecido de una política definida que defienda los intereses generales de Oriente Próximo y los propios intereses europeos, y no los de los gobiernos particulares o los de las empresas de armas de turno.

El resultado de tanta omisión es un Oriente Próximo que cada vez está peor, y en el que, a la hora de adoptar decisiones trascendentes, se prescide de Europa, como esta semana han hecho los Estados Unidos.

Funcionarios del departamento de Estado han señalado que el abandono del acuerdo sobre el programa nuclear con Irán se ha coordinado con Israel, y no han dicho nada de Europa puesto que Europa simplemente no pinta nada.

Israel es el país que está marcando la línea a seguir a los Estados Unidos desde por lo menos la intervención militar aliada en Irak en 2003. Naturalmente, Israel defiende con uñas y dientes sus intereses, que no tienen nada que ver con los intereses de Europa, y lo trágico para la región y para Europa es que Europa no haga nada.

Esta semana hemos visto que Angela Merkel ha dicho que Europa ya no puede confiar en Estados Unidos, pero esto desgraciadamente no es algo nuevo y Merkel no ha hecho nada para afrontar este problema. Al contrario, Merkel ha estado calladita mientras Oriente Próximo ardía por los cuatro costados.

Los europeos dan ahora tímidas muestras de querer salvar el acuerdo con Irán, pero es difícil que lo consigan puesto que las decisiones solo las toman Israel y Estados Unidos, mientras que Europa se limita a ver lo que hacen los demás agentes.

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