Al piano

“Cuidado. Os avisamos. Somos los mismos que cuando empezamos”.

Óscar Guardingo Martínez, senador de En Comú Podem y Podemos.

https://youtu.be/y5Rl98-Txmk

En 1986 lanzaba Eskorbuto el que puede ser el mejor disco de punk rock español. En ese disco destacaba la canción Cuidado, una brutal declaración de coherencia. Somos los mismos que cuando empezamos. 6 años después la heroína se llevó por delante a Iosu Expósito y Juanma Suárez. El precio de la coherencia seminal en el punk rock radical de los 80.

Somos los mismos que cuando empezamos. ¿Podría Pablo Iglesias salir de su casa en un barrio madrileño, llevar a sus hijos al colegio y tomarse a la vuelta un café leyendo el diario antes de ir al Congreso? Pablo Iglesias ha perdido la posibilidad de hacer vida privada en un espacio de pública concurrencia. El cariño que se traduce en interrupciones de la privacidad para hacerse fotos. Pero también el odio, que a Pablo Iglesias le han amenazado por todos los medios. El odio y las amenazas de anónimos y conocidos como Jiménez Losantos han convertido a Pablo Iglesias en una diana para ultras y desequilibrados. No se puede ser el mismo que cuando empezó cuando se te ha vetado la vida en la calle.

¿Somos los mismos que cuando empezamos? No es lo mismo antes y después. No se puede esperar que actúe igual un activista que un alcalde. Sería profundamente injusto atribuir a una supuesta incoherencia de Kichi los muertos en la guerra del Yemen. Kichi, desde un barrio obrero, no es culpable de la venta de armas a Arabia Saudí, pese a haber apoyado esa operación comercial por ser alcalde de Cádiz.

Pablo Iglesias, Irene Montero y Podemos han recibido antes palos por ser coherentes. Podrían ser ministros hoy de algo si hubieran apoyado el pacto Rivera-Sánchez. Incluso recibirían los parabienes de la prensa si se hubieran sumado al bloque monárquico en la aplicación del 155. La misma prensa que ofrece dos salidas, destruirte por ser coherente o destruirte por no ser los mismos que cuando empezamos.

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