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Albert Pla "Cada vez que imputan a uno del PP entra un catalán o un rapero mallorquín en el talego"

"Somos la hostia, un tío catalán intentando ser presidente de España y una española intentando ser presidenta de Catalunya". El de Sabadell presenta su espectáculo 'Miedo', una ristra de nanas perversas musicadas por Refree.

Albert Pla en el Teatro Nuevo Apolo.- JAIRO VARGAS

Albert Pla (Sabadell, 1966) previene al entrevistador mientras se hace un cigarro levemente condimentado: "Digo muchas mentiras en las entrevistas". Que conste en acta. Lo que se viene puede ser real o no. El caso es que el catalán presenta Miedo, nuevo espectáculo que ya pasó por Buenos Aires y que ahora recala en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid donde comparte programación y cartelería con Los Morancos —tremendo combo— y en el que el cantautor da rienda suelta a miedos diversos. 

"En realidad —matiza— yo pretendía escribir canciones para niños, en catalán me salen sin problemas, pero en castellano, por algún extraño motivo, me salen de miedo", ríe. Junto a él, el grupo Mondongo (colectivo de artes visuales integrado por Juliana Lafitte y Manuel Mendanha), el ubicuo productor catalán Raül Refree y la batuta integral de Pepe Miravete. El resultado, según la verborreica prensa argentina, es un recital treatralizado, hipnótico, lisérgico, macabro, multimedia...

"Ahora resulta que la judicatura es erudita en rap mallorquín"

En palabras de Pla todo es mucho más prosaico: "El espectáculo soy básicamente yo en el escenario contando que tengo miedo a esto y a lo otro, mientras la música, las luces y las proyecciones van ilustrando mi ristra de miedos". Lo hace subido a un tren fantasma en el que se suceden imágenes entre oníricas y alucinadas con las que el trobador de voz aniñada y gillette escondida va desmenuzando sus nanas perversas musicadas por Refree. 

Pero la idea fuerza —el miedo y sus derivadas— no es más que una intro, un patrón del que Pla se sirve para ir urdiendo sus ocurrencias de la mejor manera posible. "Todo surge al azar, tienes mil pensamientos en la cabeza y de repente encuentras uno que puede servirte para contener otras muchas ideas". Y así, entre amigos imaginarios y pesadillas reales, el de Sabadell va armando este nuevo espectáculo que —toca madera— no sea esta vez vetado por Ciudadanos

"No te metas conmigo Albert Rivera, eso es un poco de sobraos, no seas abusica"

"Le pido desde aquí que me deje mi lugarcito, que no sea avaricioso, que he alquilado el teatro y me ha costado una pasta y estoy nervioso por si viene gente o no, así que joder no te metas conmigo Rivera, eso es un poco de sobrao, no seas abusica Rivera". No es para menos, la relación de la formación naranja para con el bardo catalán se podría decir que ha ido de más a menos. Si al poco de constituirse como partido político le incluían en un listado de intelectuales que apoyaban a Ciudadanos —"me hizo mucha gracia que alguien pudiese pensar que yo apoyaba a algún partido político. Pero me hizo mucha más gracia ser tratado como un intelectual"—, la situación ha derivado en intentos de boicot a sus espectáculos en Oviedo por confesar públicamente sentirse asqueado de ser español.

"Me caes bien. Te llamas Albert, como yo. Eres catalán, como yo. Te gusta ir aseado, como yo. Y cada vez que abres la boca, dices una mentira o una tontería, como yo", le espetaba en una carta abierta difundida en Público. Por aquel entonces Rivera ni siquiera era presidenciable, pero —cosas del destino (y de la demoscopia)— el escenario se tornó plausible: "Somos más listos que la hostia, un tío catalán intentando ser presidente de España y una española intentando ser presidenta de Catalunya, es un partido curioso este, ¿no crees?".

El músico catalán Albert Pla.- JAIRO VARGAS

El músico catalán Albert Pla.- JAIRO VARGAS

Plusmarquista mundial en la especialidad de meterse en charcos, Albert Pla no quiere jaleos esta vez. La situación ha cambiado y de la abulia política que le vio nacer como artista, se ha pasado a una espectacularización de lo político de la que prefiere bajarse. "En un país de fachas como era la España socialista en la que empecé a cantar, te sentías un idiota diciendo estos tíos son unos fachas, ahora en cambio hay dos millones de personas por lo menos que piensan como yo, es bueno sentir que no estoy en una isla".

"Ya no hablas con los amigos, ahora hablas con la tele que llevan dentro"

Con todo y eso, le asusta sobremanera la especie de "histeria política permanente" en la que nos encontramos. "Ya no hablas con los amigos, ahora hablas con la tele que llevan dentro, no te queda otra que gritar: ¡sal de mi amigo!, ¡deja de poseer a mi amigo!". Y en ese maremágnum ideológico Pla quiere pasar desapercibido. Si bien no siempre lo consigue, su propósito es que le dejen tranquilo. "Antes imputaban a uno del PP y te parecía incluso útil porque te enterabas de repente de la actualidad en Venezuela, ahora en cambio cada vez que imputan a uno del PP entra un catalán o un rapero mallorquín al talego, cualquiera dice nada".

En efecto, la cosa se puso seria. La dictadura de lo políticamente correcto podría acabar por cercenar la libertad de los creadores. Una situación que Pla —no le queda otra— se toma con la sorna de quien se ha visto en el centro de la diana en más una ocasión: "Ahora resulta que la judicatura es erudita en rap mallorquín, no sólo eso, sino que es experta en análisis sintácticos y morfológicos de rap mallorquín, estamos ante un gran avance para la judicatura". 

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