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Autopsias del bipartidismo

Poder, política e imagen. Estos son los ingredientes de 'Cuestión de Estado/ Res Pública', una exposición en la que Bruno Arbesú y Toni Amengual documentan la representación de las ideologías a través de citas electorales y actos públicos.

Una de las instantáneas que integran la muestra conjunta 'Cuestión de Estado/ Res Pública' y que a su vez forma parte de 'Devotos'.- TONI AMENGUAL

La comunicación política y sus coreografías a golpe de flash. La exposición Cuestión de Estado/ Res Públicaque se podrá visitar en la Galería Cero hasta el 1 de junio— propone un viaje al centro mismo de esa liturgia de banderitas ondulantes y arengas febriles. Juego de contrastes —incuestionables en lo cromático, menos evidentes en lo ideológico— donde tiene lugar la puesta en escena del poder político y, también, donde se muestran con más crudeza sus miserias.

En ese sentido, a los fotógrafos Bruno Arbesú y Toni Amengual, protagonistas de esta muestra conjunta, no les interesa tanto lo que ocurre sobre la tribuna como todo lo que tiene lugar fuera de foco. Un salirse del marco prefijado que les trae buenos resultados y que consigue reflejar escenarios de cartón piedra, rostros individualizados y una cierta decadencia ideológica. 

La creación de escenografías es un elemento esencial para el predominio del discurso del poder

Desde antiguo quien detenta la hegemonía —o aspira a conseguirla—, ha sabido que la representación del poder y la creación de escenografías es un elemento esencial para el predominio de su discurso. Una muestra de fuerza que el madrileño Arbesú trata de explorar a través de la formación de esas identidades colectivas. Lo hace poniendo el foco en el modo en que las instituciones moldean, trabajan, imponen o refuerzan los sentimientos de pertenencia. Para ello, Arbesú ha querido adentrarse en las citas electorales y actos públicos en Catalunya desde hace una década.

Identidad y masa en juego ante la mirada de Bruno Arbesú

Identidad y masa en juego ante la mirada de Bruno Arbesú

Amengual, por su parte, se decanta por los primeros planos. Retratos demoledores que componen su particular certificado de defunción de 40 años de bipartidismo. El proyecto se llama Devotos y lo explica así: "Yo quise retratar a aquellas personas que asistían a los mítines de los dos partidos mayoritarios que ha habido en este país en democracia. Porque pienso que todavía queda mucho por hacer, que tiene que haber un cambio, no de partidos, sino de sistema". 

La política entendida como acto de fe en tiempos de desafección

Un borrón y cuenta nueva que Amengual anhela, y cuya necesidad evidencia mostrando un auténtico desfile de naturalezas muertas —que le disculpen los espontáneos devotos— provistos de enseñas diversas y cuyos rostros hablan más de tradición que de ilusión. Dicho de otro modo, la política entendida como acto de fe en tiempos de desafección. 

Se trata, a fin de cuentas, de desmontar el tinglado. Diseccionar la iconografía que nos viene dada y nos habla de aborregamiento y sumisión al marketing político. Tanto Arbesú como Amengual nos enseñan precisamente aquello que los plasmas y los argumentarios pretenden ocultar. Unas instantáneas que desvelan a gritos lo que tiene de adocenado, excluyente y vulgar ese juego de artificios que es la comunicación política.

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