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Punk El retorno del punk-rock que llegó de California

El festival "Punk in Drublic" que reunirá por primera vez NOFX, Bad Religion y Lagwagon, llega a la península con tres fechas en Madrid, Barcelona y Vitoria-Gasteiz. Bandas que han tenido una gran influencia en la escena punk autóctona.

NOFX serán cabeza de cartel del festival Punk in Drublic / Facebook NOFX.

manel ros

Pantalones a medio culo, ropa ancha, carteras con cadenas, skates, zapatillas Airwalk, pelos decolorados y un walkman con un casete grabado con lo mejor de lo que se llamó “hardcore melódico” –en contraposición al hardcore punk más crudo de los años 80. Esta podría ser la fotografía del boom musical que vino de California y que llegó aquí a mediados de los años 90. Grupos que hasta ese momento eran casi desconocidos por el gran público empezaron a estar en boca y en orejas de todos: Bad Religion, NOFX, Lagwagon, Pennywise, No Use For a Name, The Offspring, Propagandhi y en otro estilo Green Day o Rancid, pasaban de mano en mano en forma de casetes desgastados con portadas hechas por los mismos adolescentes.

"Si ya cuesta hacer sold out en general, imagínate hacerlo tres meses y medio antes"

Justo cuando se cumplirán 25 años de la publicación de uno de los discos que marcaron esta explosión de punk, el ya mítico Punk in Drublic (Epitaph, 1994) de NOFX –juego de palabras con “drunk in public”, borracho en público–, el festival con el mismo nombre llega por primera vez a la península. Serán tres citas durante el mes de mayo –14 Madrid, 17 Barcelona y 18 Vitoria-Gasteiz– donde por primera vez tocarán juntos en un mismo escenario Bad Religion, NOFX y Lagwagon, acompañados de bandas como Less Than Jake o Mad Caddies entre otras. La expectación por ver por primera vez juntas a estas míticas bandas de punk-rock en un mismo escenario se ha traducido con el sold out de las 5.000 entradas para el día 17 en Barcelona. Esto ha sorprendido incluso a los mismos organizadores, explica David Peret, miembro de HFMNCrew, organizadores de los conciertos: “En un bolo de punk-rock no había pasado nunca, si ya cuesta hacer sold out en general, imagínate hacerlo tres meses y medio antes”. En Madrid y Vitoria están también a punto de colgar el cartel de entradas agotadas.

Como en muchas de las cosas que han pasado durante estos 25 años, el responsable del festival ha sido Fat Mike (Newton, Massachusetts 1967), líder y bajista de NOFX y fundador de Fat Wreck Chords, una de las discográficas –junto con Epitaph– sin las cuales no se entendería el punk-rock melódico californiano. La idea original del festival surgía de hacer una gira para unir punk y cerveza artesanal. Así nacía “Punk in Drublic Craft Beer & Music” y el anuncio de la colaboración entre NOFX y la cervecería de San Diego, Stone Brewing Co. para lanzar una cerveza con el nombre del disco y el festival. Desgraciadamente esta colaboración se rompió a raíz de unas polémicas declaraciones de la banda, donde bromearon sobre un tiroteo en un concierto de country. El festival, sin embargo, continuó.

Mil novecientos noventa y cuatro

El boom del punk californiano no surgió de la nada. Ya a finales de los años 80 y principios de los 90 otros grupos allanaron el camino de los que luego serían conocidos en todo el mundo: Descendents, Black Flag, Dead Kennedys, Social Distorson, Operation Ivy o los mismos Green Day, Bad Religion o NOFX hacía años que sacaban discos y salían de gira.

Pero qué pasó para que de repente el punk se volviera una música aceptada por tanta gente? Nirvana. El 11 de enero de 1992 Nevermind (Geffen 1991) desbancaba el Dangerous (Epic-Sony 1991) de Michael Jackson del número 1 de las listas en EEUU. Nunca nada volvería a ser igual. Así lo recuerda Lars Frederiksen, guitarrista de Rancid, en el maravilloso documental 1994: “Mirando en retrospectiva, si no hubiera sido por Nirvana, no creo que bandas como Rancid, Green Day o The Offspring hubieran tenido ninguna oportunidad”. “Aquello fue lo que realmente lo cambió todo”, confirma Fat Mike en el mismo documental, “no creo que fuera Green Day o The Offspring, fue Nirvana y 'Smells Like Teen Spirit'”.

Pero fue en 1994 cuando todo estalló. “Aquel fue el año en que el punk se puso bajo el radar de la música mainstream”, explica Brett Gurewitz, fundador de Epitaph y guitarra de Bad Religion, en este interesante documental sobre la historia del sello. Fue ese año cuando se publicaron los cuatro discos que marcarían un antes y un después en el punk de California: Dookie (Reprise) de Green Day, ya publicado en una gran multinacional; Stranger Than Fiction (Atlantic) de Bad Religion, el primer disco de la mítica banda de punk-rock de Los Ángeles en una gran multinacional; Punk in Drublic (Epitaph) de NOFX; y Smash (Epitaph) de The Offspring, aún hoy el disco editado en una compañía independiente (no multinacional) más vendido de la historia con 11 millones de copias. A estos discos les seguirían otros a principios de 1995 como And out come the worlf... (Epitah) de Rancid; About time (Epitah) de Pennywise o Hoss (Fat Wreck Chords) de Lagwagon.

El impacto en Catalunya

Está claro que si nos basamos en el sold out de Barcelona y las miles de entradas vendidas en Madrid y Vitoria-Gasteiz, hoy en día todavía resuena la influencia del punk-rock melódico que llegó de California. Pero más allá de la venta de entradas, el impacto musical aquí fue importante. “El primer disco que escuché de punk fue No Control (Epitaph 1989) de Bad Religion”, confiesa Santi Garcia, miembro de bandas como No More Lies o Vistalegre y uno de los productores más prolíficos en la escena musical alternativa –lleva desde 1995 trabajando en todo tipo de bandas desde sus estudios Ultramarinos Costa Brava. “Recuerdo que acababa de conocer a Màxim y Roger”, bajista y batería de No More Lies, “y alguien nos pasó una cinta”. “Lo escuchamos y pensamos: esto es lo que queremos hacer nosotros”. Luego descubrieron NOFX y Pennywise: “todo lo que salía de Epitaph nos lo mirábamos. Nos gustaban por su velocidad y por sus melodías”. Y esto llega a hoy en día: “en los grupos de punk que he grabado ha sido un denominador común”.

Pero no sólo a los grupos de punk: “Toundra o Unfinished Simpathy por ejemplo, que no tienen nada que ver estilísticamente, son ultra fans de Bad Religion”, afirma Santi Garcia, “me he encontrado muchas bandas, más allá del punk, que han sido claramente influenciadas por ellos”. Un claro ejemplo es también el músico y productor Joan Colomo: “Yo venía de escuchar música más oscura y de repente descubrí Bad Religion y NOFX y se me abrió un mundo de melodías y armonías, mucho más luminoso”. Aunque Colomo ha ido cambiando de estilos y abriendo horizontes musicales admite que aún hoy en día “cuando hago una canción me doy cuenta que sigo patrones muy similares a las canciones de NOFX por ejemplo, que han estado a mi subconsciente todo este tiempo.”

Para Jordi Llansamà, fundador del sello Bcore, “por encima de todas” Bad Religion fue la banda fundamental y “todo lo que vino después fueron sucedáneos”. Llansamà va un poco más atrás en el tiempo, hasta finales de los 80, y recuerda la influencia de bandas como Dag Nasty “en poner melodía al punk”. También el peso que tuvieron grupos como Descendents o Misfits en Corn Flakes, una de las primeras bandas que editó Bcore. Pero según el fundador del sello barcelonés, “quien tomó más esta ola de punk fue Outline”. Outline, una desaparecida tienda de discos y merchandising de Barcelona donde se podía encontrar casi cualquier cosa relacionada con el punk de aquí y de allí, era también un sello discográfico fundado por Boliche (Barcelona 1967), batería de Subterranean Kids, otro de los míticos grupos del hardcore-punk catalán. No fue un sello exclusivamente dedicado al “hardcore melódico”, pero sí sacó grupos de aquí que estaban más influenciados por el sonido que venía de California, con referencias como Crash & Burn Co. (1999) de Abraxas, Domestic Violence (1998) de The Amphetamine Eaters, Toaster (1999) de Happy Meals o This Could Be A Sexy World... (2000) de The Red Sexy Band. “Todo aquel boom creó nuevos adeptos al punk”, afirma Boliche, “nosotros veníamos de un hardcore más intenso y más rápido, politizado, comprometido, sin melodías”, pero aquella música más melódica ayudó a hacer que llegara a más gente “y lo hizo de lleno a toda una generación de gente joven”. “Mucha gente empezó por el hardcore melódico y luego pasó al hardcore más clásico.”

¿Y qué queda hoy en día de aquel sonido? “Pues por ejemplo Síctor Valdaña and The Check This Outs”, afirma Santi Garcia, “o también Autodestrucció”, banda encabezada por Cándid Coll, miembro también de Zeidun igual que, cerrando el círculo, el mismo Joan Colomo. De hecho, si tenéis la suerte de tener una entrada para el día 17 en Barcelona, és más que probable que os los encontréis entre el público recordando viejos tiempos y quien sabe si buscando inspiración para sus próximas canciones.

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