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Entrevista con Todd Douglas Miller "Revivir la llegada a la Luna es como dar un salto en una máquina del tiempo"

El director propone con ‘Apolo 11’ un viaje en el tiempo para vivir en directo la experiencia de la misión espacial que llevó al hombre a la Luna hace cincuenta años. Todo ello con material de imagen y audio de la NASA hallado recientemente.

Los astronautas poniéndose los trajes antes de subir al cohete.

Es 16 de julio de 1969. Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins se ponen los trajes especiales y entran en el cohete. Centenares de expertos están concentrados en la sede de la NASA para lanzar al espacio el Apolo 11. Millones de personas en todo el planeta viven los preparativos expectantes. Alrededor de la zona de lanzamiento en Cabo Cañaveral una interminable hilera de coches está detenida. Familias enteras esperan.

El despegue es un éxito. Cinco días después, un hombre pisó por primera vez la Luna. Han pasado cincuenta años de esta llegada del hombre a la Luna (20 de julio de 1969) y el cineasta Todd Douglas Miller propone un viaje en el tiempo a ese momento con Apolo 11, una película documental excepcional realizada únicamente con materiales de archivo de la NASA. Imágenes –recientemente digitalizadas– y audios que permiten vivir la experiencia como si estuviera ocurriendo en directo.

La película se ha hecho con material exclusivo en 65mm facilitado por la NASA y filmado ahora hasta en 8K. Con ello se narran los cinco días clave de la misión, desde el 16 de junio al 21, en que Armstrong puso un pie en la Luna. Las cámaras ubicadas en Cabo Cañaveral capturan los momentos más importantes del despegue de la nave. Unidas a las escenas filmadas en el interior del cohete espacial, ambas perspectivas ofrecen una visión íntima sobre las sensaciones que experimentaron los astronautas durante su misión. Hablamos con el director de la cinta, Todd Douglas Miller:

¿Cómo cayó este proyecto en sus manos y con él todo el material de la NASA?

Yo estaba en ese momento entre dos proyectos y tenía conexión con la NASA porque acababa de hacer dos cortometrajes del Apolo 17. Esta fue la base del Apolo 11.

Al volver a contar la historia con imágenes y audios de aquel momento, ¿cuál es la intención con el público?

El feedback que espero es que la gente lo viva como el auténtico momento y que disfrute de ese periodo de tiempo. En la película aparece también mucha gente que no participó directamente en la misión, pero con ello se describe muy bien la época, con esas gafas de sol, la ropa… Es como dar un salto con una máquina del tiempo.

¿Y la gente que ya lo vivió y lo vuelve a ver?

Algunas personas que lo vivieron y ahora han visto la película lo recuerdan exactamente como el día del lanzamiento.

Esta película llega en medio de una ola de involución de pensamiento, con defensores de la teoría de que la Tierra es plana o los que dicen que el hombre no llegó a la Luna y la película la rodó Kubrick…

Bueno, hay segmentos de población que creen esas cosas. Lo de que la Tierra plana ¡es ridículo! En cuanto a lo de Kubrick, a mí me hubiera gustado encontrar entre el material de la NASA imágenes rodadas por Kubrick (sonríe), pero no lo hay.

Esas son las personas que también niegan el cambio climático. ¿No es muy peligroso?

Entre los astronautas y equipo científico del Apolo 11 hay también quienes niegan el cambio climático, pero es así, el ser humano está contribuyendo a ese cambio climático. Hoy estamos viviendo un momento asombroso en la historia de la humanidad, un tiempo extraordinario. Tres generaciones atrás ni se lo podían imaginar. Y de aquí a mil años, la gente se quedará admirada de las proezas que conseguimos.

El hombre llegó a la Luna a causa de la Guerra Fría. Ahora la aventura espacial es de cooperación internacional, ¿no?

Sí. El motor de aquello fue la competición entre EE.UU. y la URSS, hoy están implicados gobiernos de diferentes países y es un interés más científico. Hay una maravillosa cooperación entre científicos de todo el mundo. Todos quieren explorar más allá. Es inevitable ya ir a explorar el universo. Ahora están implicadas la agencia espacial americana y la europea y también empresas privadas y comerciales.

Con sus películas documentales ha demostrado cierta tendencia a los viajes en el tiempo, ¿qué es lo que más le inspira a la hora de hacer una película?

En realidad, poder hacer historias en las que tenga que investigar, aunque es frustrante porque haces muchas menos películas, la investigación lleva mucho tiempo. Me gustan las historias acerca de la gente y también las empresas científicas. Pero la próxima película será de ficción.

Al trabajar con el material de la NASA, ¿qué descubrimiento importante ha hecho?

El del equipo humano. A Armstrong y a Aldrin les conocía bien, se habló mucho de ellos en los medios de comunicación. Pero Michael Collins era más desconocido y ha sido una sorpresa. Me leí su libro, Carrying the Fire: An Astronaut’s Journey (1974), que es uno de los mejores y uno de mis favoritos de todos los tiempos. Es una persona carismática, que sabe de muchísimas materias. Es encantador, inteligente, ingenioso… Aparece en todos los audios.

¿Y qué le ha resultado más fascinante?

Darme cuenta de la importancia de las pequeñas cosas técnicas. Aquella operación estaba formada por un grupo inmenso de personas que participaban en diferentes fases. El fallo de una de ellas, influiría en todo lo demás. No era solo una misión de los astronautas. Y me ha encantado ver a todas esas personas viviendo el momento, los fans del espacio y los ciudadanos, porque me he dado cuenta de la enormidad del alcance que tenía la misión.

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