Gregorio Manzano (11 de marzo de 1956) está inmerso en la que es su tercera aventura en la Superliga china. Uno de los grandes entrenadores españoles repasa su trayectoria, habla claro sobre sus ex equipos como el Atlético y el Sevilla, y escoge al jugador que más le impresionó en su carrera como entrenador.

¿Qué tiene de especial la liga china? ¿Qué experiencias has acumulado en tus tres años anteriores entrenando allí?

Las tres temporadas que he entrenado en China, dos en Beijing y una en Shanghai, han sido de una riqueza extraordinaria. Además del reconocimiento profesional de ser elegido el mejor entrenador en la primera temporada, tuve la satisfacción de que se interesaran en mí para dirigir a la selección de China hasta el Mundial de Rusia, aunque finalmente no llegáramos a un acuerdo. 

¿Cuánto le queda o qué ingredientes le faltan al fútbol chino para explotar?

La Superliga china data del año 1992, por tanto es una liga joven comparada con las ligas centenarias de Europa y Sudamérica por ejemplo. Está en el periodo de crecimiento interno y de reconocimiento internacional. Para ello los grandes clubes están fichando jugadores importantes, sobre todo de Europa, que les hagan ser más competitivos y puedan conseguir grandes logros. De hecho, en los tres últimos años, el Guanzhou Evergrande ha sido dos veces campeón de la Champions asiática, lo que demuestra ese avance deportivo.  

El siguiente reto es la mejora del nivel competitivo del futbolista chino, algo que con el paso del tiempo y gracias a la llegada de técnicos extranjeros de gran nivel -además de las propuestas del gobierno chino para la mejora del fútbol base- creo que a corto espacio darán el salto de calidad necesario para que su selección nacional pueda llegar a la fase final de un campeonato mundial. 

Cuando se hizo cargo del Shangai les pidió a los jugadores en pretemporada hacer una lista con sus objetivos individuales y colectivos. ¿Qué pretendió con esa práctica? ¿Realiza esa técnica en todos sus equipos o fue su primer experimento?

Es una forma de establecer objetivos individuales y de equipo antes de comenzar la temporada. Esa meta de cada jugador y la del equipo es la que hace ver el progreso de cada uno en su trabajo diario y ver el grado de superación para alcanzar la meta propuesta. Es importante que tengan unos objetivos marcados desde el principio que les permita y nos permitan ver si estamos yendo en la dirección correcta. 

Es una práctica que la he realizado durante toda mi carrera profesional. Con ello pretendo conocer mucho más al jugador, cómo piensa, cuáles son sus aspiraciones, qué límites se ha puesto, etc.  

Gregorio Manzano durante un partido cuando era entrenador en la liga española.

¿Cuánto de gestión de egos tiene el éxito en un equipo?

Es fundamental que los egos individuales del jugador no estén por encima del interés general del equipo. Cuando esto ocurre el conflicto está asegurado. El jugador profesional de élite tiene un elevado nivel de ego, que el entrenador debe de saber equilibrar para no interferir con el ego de otro compañero. El éxito final de un equipo está fundamentado en una buena cohesión interna del grupo y un buen equilibrio de los egos individuales. 

Según su experiencia, ¿cuál es el mayor enemigo de un entrenador, el vestuario o la falta de paciencia de los de arriba, de los dirigentes?

Yo diría que el mayor problema del entrenador a corto plazo es la ausencia de buenos resultados, ya que eso origina cierta desconfianza por parte de los integrantes del grupo hacia el trabajo que se está realizando y, consecuentemente, afecta a la convivencia del vestuario donde pueden surgir las dudas. Entonces aquí es donde aparecen otras opiniones de personas ajenas, como pueden ser directivos, periodistas, aficionados, etc., que influyen en el ambiente haciendo que éste no sea el adecuado para reconducir la situación deportiva. 

Una de sus filosofías de vida es que ‘todo lo que pasa, conviene’…

Más que filosofía de la vida es una máxima que utilizo desde hace tiempo cuando me han surgido a lo largo de mi carrera situaciones para bien o para mal a la hora de tomar decisiones profesionales. 

A veces, no sigues en un equipo por distintos motivos y le damos vueltas y buscamos motivos y explicaciones que no conducen a nada porque después surge otra oportunidad mejor que la anterior. En mis 33 años como entrenador, de los cuáles 17 años han sido en la élite profesional, me han sucedido muchas situaciones de este tipo y siempre he simplificado la situación con esa filosofía de vida que me preguntas: "todo lo que pasa, conviene".

¿Cuál es el jugador que has entrenado que más te ha sorprendido, ya sea por su talento, su capacidad de adaptación o leer el fútbol?

Han sido muchos y grandes jugadores los que he tenido la oportunidad de entrenar y sería difícil elegir a uno. Eusebio, Caminero, Borja Valero, Jurado, Güiza, Eto’o, Kanouté, Gabi, etc. Pero si tuviera que elegir a uno sería Ibagaza. Reunía todo lo que un jugador debe tener para conducir a un equipo, talento, visión del juego, leer bien el partido, adaptarse a las características de los compañeros y, sobre todo, ser querido y respetado por el vestuario. 

Entre sus éxitos, destaca la Copa con el Mallorca. ¿Cómo recuerda aquella gesta?

Fue un triunfo inimaginable en principio, pero imborrable. Llegar a la final no fue nada fácil. Además de tener que ganar a partido único contra la Gramanet y Hércules de Alicante, tuvimos que eliminar al Real Valladolid, al Real Madrid, al Deportivo de la Coruña y, por fin, ganar al Recreativo de Huelva, 3-0 en la final jugada en Elche. 

Logramos que el Mallorca fuera uno de los pocos equipos de España en tener la Copa de SM El Rey en sus vitrinas y nunca olvidaré la inmensa alegría y felicidad que hicimos llegar a los más de 15.000 mallorquinistas que vieron a su equipo campeón ese 28 de junio del 2003. 

Eliminaron al Madrid en cuartos (1-1 y 4-0)…

Es cierto. Cuando nos tocó el Madrid en cuartos de final pensamos que no pasaríamos de ronda, así que les dije a los jugadores que sería difícil pero no imposible y que al menos se lo pusiéramos difícil. El partido de ida finalizó con 1-1 en el Santiago Bernabéu y este resultado nos dio esperanzas para el partido de vuelta, que nos salió fantástico. Ganamos 4-0 con unos bonitos goles de Eto’o y Pandiani. Esa misma temporada obtuvimos otro gran triunfo frente al Real Madrid en el Bernabéu por 1-5.  

¿Le gustaría regresar a la Liga Española?

Por supuesto, y espero poder hacerlo si llega alguna oferta de trabajo interesante y poder así volver a disfrutar de una de las mejores ligas, si no la mejor del fútbol mundial. 

Otro de sus pilares es ‘siembra, que ya recogerás’. Usted, que nadie lo olvide, puso los cimientos del Atleti más exitoso de la historia: trajo a Courtois, a Gabi, asentó a Koke, retrasó a Juanfran…

Así fue. Hubo un cambio de ciclo deportivo con la salida de Forlán, Agüero, De Gea, entre otros jugadores importantes, y había que empezar a construir un nuevo equipo para el futuro. Los inicios fueron difíciles, como siempre que se empieza un trabajo donde hay muchos jugadores que no se conocen entre sí, pero un club grande como es el Atlético vive de los resultados inmediatos y estos no acompañaron por diversos motivos. Con todo, el crecimiento posterior de muchos de esos jugadores por los que apostamos dieron grandes éxitos al club, algo de lo que me alegro enormemente. 

Por último, ¿cómo ve la Liga? ¿Cree que otro de sus ex equipos, el Sevilla, tiene posibilidades de doblegar a Madrid y Barça en el campeonato?

El Sevilla lleva más de una década siendo un equipo competitivo en la Liga y este año parece ser que volverá a serlo una vez más. Esta competencia es buena para el fútbol español, diversifica a tres o cuatro equipos las opciones del campeonato y le da una emoción añadida a la liga.

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