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El Banco de España estima que la crisis catalana podría restar hasta 2,5 puntos al PIB en dos años

La entidad admite que la prolongación del conflicto podría limitar la actividad y el empleo. En el escenario más favorable, el impacto en el crecimiento económico sería de 3 décimas

El edificio del Banco de España, en la madrileña calle de Alcalá.

Tomás Cobos/REUTERS

El Banco de España calcula que la tensión por el proceso soberanista en en Catalunya podría restar hasta 2,5 puntos porcentuales al PIB entre finales de 2017 y 2019 en el peor de los dos escenarios contemplados en unas simulaciones sobre su impacto en la economía.

En un informe publicado el jueves, donde la institución reiteró que la grave crisis política que han causado las ambiciones secesionistas en Cataluña podría limitar la actividad y el empleo, se indica que bajo dicho escenario el crecimiento podría reducirse hasta en un 60% en esos dos años. "Este último escenario comportaría una reducción de cerca del 60% del crecimiento considerado en el escenario base para el conjunto de la economía española y una recesión de la economía catalana durante buena parte del horizonte analizado", dijo.

No obstante, el banco reconoce que una "pronta normalización" de esta situación podría mitigar la incidencia de los riesgos para la economía, además de advertir que estas estimaciones "deben tomarse con cautela e interpretarse a título meramente ilustrativo y provisional, dado que dependen de los supuestos realizados a la hora de construir los diferentes escenarios".

Según las simulaciones del Banco de España, en el escenario más favorable para la economía española, el impacto sería de 0,3 puntos porcentuales, ya que en este caso el riesgo agregado aumentaría solo transitoriamente a final de este año y la situación retornaría al escenario base a principios de 2018, en lugar del conflicto "más severo y prolongado" del panorama tensionado.

Tras semanas de creciente preocupación entre los inversores por la agudización del conflicto, los mercados de deuda y renta variable han acogido estos días favorablemente la convocatoria de elecciones autonómicas en Catalunya como parte de las medidas de intervención del Gobierno central en la región.

También el Gobierno ha advertido del impacto que tendrá la situación en la economía en el último trimestre del año, rebajando la previsión de crecimiento de 2018 por este motivo y por la dificultad para aprobar los presupuestos generales del Estado de dicho ejercicio. Las previsiones del Gobierno para el crecimiento del PIB son del 3,1% este año, del 2,3% en 2018 (tras ser rebajada desde el 2,6%) y del 2,5% en 2019.

Sin embargo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se mostró el lunes optimista respecto a la posibilidad de que la situación económica se reconduzca tras la aplicación de las medidas del Gobierno español en Catalunya.

¿Menos ahorro y compra de viviendas?

El Banco de España, que ya advirtió a finales de septiembre sobre los peligros de estas tensiones políticas para la economía, desglosó el jueves algunos de los canales de transmisión de este riesgo a la actividad económica, que según advierte podría limitar la actividad y el empleo.

"Su eventual intensificación, o prolongación, podría tener un impacto negativo sobre las perspectivas económicas y la estabilidad financiera en España", dijo. "La mayor incertidumbre podría deteriorar la confianza de los agentes económicos y, por esta vía, afectar a sus decisiones de gasto e inversión con el consiguiente impacto negativo sobre la actividad económica y el empleo", añadió.

En concreto, el Banco de España advierte de un peligro de endurecimiento de las condiciones de financiación en España, de un aumento del ahorro de las familias y por lo tanto de caída del consumo en bienes duraderos o compra de viviendas, así como un retraso en las inversiones y las decisiones de contratación de las empresas.

Asimismo, indica que el impacto sobre estas decisiones de los agentes económicos podrían afectar tanto a residentes como no residentes, "afectando negativamente a variables como el turismo o la inversión extranjera".

Entre los primeros efectos palpables del conflicto político en la economía, cerca de 1.800 empresas han traslado de Catalunya a otras regiones de España su sede ante el temor a una situación de inseguridad jurídica.

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