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Las cotizaciones sociales no dan ni para pagar las pensiones contributivas

Tras tres años de “recuperación”, la mala calidad del empleo y las bonificaciones que reciben los empresarios siguen impidiendo que la principal fuente de ingresos de la Seguridad Social financie su prestación por excelencia.

Un manifestante de las marchas para reclamar pensiones dignas. EFE

Vicente Clavero

Durante los nueve primeros meses de 2017, los ingresos totales de la Seguridad Social ascendieron a 103.227 millones de euros, un 9,49% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Dicha cantidad procedía básicamente de las cotizaciones pagadas por empresarios y trabajadores: 81.398 millones.

Los gastos se situaron, mientras tanto, en 103.237 millones de euros, con una subida del 2,79% respecto a los nueve primeros meses de 2016. La mayor parte se destinó a abonar las pensiones contributivas en vigor (jubilación, viudedad, orfandad, invalidez y a favor de familiares), que costaron 82.419 millones.

Eso significa que, tres años después de que el Gobierno proclamara el inicio de la "recuperación", los ingresos derivados de las cotizaciones todavía no permiten sufragar íntegramente ni siquiera la prestación por excelencia de la Seguridad Social, debido a las bonificaciones de que disfrutan los empresarios y a la mala calidad del empleo que se está creando.

El año pasado por estas fechas, la aportación de empresarios y trabajadores estaba aún más por debajo del coste de las pensiones contributivas (77.400 millones de euros, frente a 79.692), debido a que las cotizaciones sociales crecían más lentamente.

Además de las pensiones contributivas, sobre la Seguridad Social recaen también las no contributivas, así como otras prestaciones que van desde la incapacidad temporal hasta la maternidad, cuyo coste conjunto supera los 13.000 millones de euros. Aparte de los gastos de funcionamiento.

Por eso, el sistema sigue necesitando un importante volumen de recursos extraordinarios, igual que durante los peores años de la crisis, en que el Gobierno de Rajoy recurrió masivamente al fondo de reserva, para que pudiera hacer frente a sus obligaciones.

Pero la llamada hucha de las pensiones se está agotando, hasta tal punto que Hacienda tuvo que conceder en julio un crédito de 6.000 millones de euros a la Seguridad Social, que de otro modo no habría podido trasferir a los pensionistas la extra de verano.

Entonces se sacaron del fondo 3.500 millones, a los que pueden sumarse otros tantos en diciembre, con motivo de la paga de Navidad y del ingreso de las retenciones a cuenta del IRPF, según los cálculos que manejan los expertos.

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