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La cicatería del Santander tensa la negociación del último gran ERE de la banca

Los sindicatos rechazan por escasas las condiciones de salida para las casi 2.000 bajas que promueve en las plantillas de la entidad financiera y de Popular, cuyo periodo de negociación se agota el 16 de diciembre

Un par de personas utilizan un cajero automático de una oficina del Banco Santander, en Barcelona, situada junto a una sucursal del Popular. REUTERS/Albert Gea

EDUARDO BAYONA

La escasez de las ofertas económicas para las prejubilaciones y bajas de los cerca de 2.000 empleos que el Grupo Santander promueve en los servicios centrales de su banco y los de Popular y Pastor ha tensado la negociación del ERE de las entidades financieras, el último gran despido colectivo que la banca española plantea tras el proceso de fusiones iniciado en 2010.

El sector financiero español ha perdido más de una cuarta parte de su plantilla desde que en 2010 comenzó el proceso de fusión y bancarización de las cajas de ahorro. Según los datos del Banco de España, 68.298 de los 257.578 empleados que integraban sus plantillas (el 26,6%) han sido despedidos o jubilados, en un proceso que se aceleró a partir de 2012, con 42.109 de esas bajas sin incluir las casi 4.000 que solo Santander y Popular han añadido a lo largo de este año.

La negociación del ERE, que formalmente se desarrolla en dos mesas por tratarse de empresas no integradas formalmente aunque pertenecen de hecho al mismo grupo tras la resolución de Popular y su venta al Santander por un euro en junio, se encuentran en su ecuador, con un tercer encuentro entre las direcciones y los representantes sindicales fijada para este martes dentro de un periodo de consultas que finaliza el próximo 16 de diciembre.

“Tiene potencial de mejora”, explica José Ramos, de la sección sindical de FITC (Federación Independiente de Trabajadores del Crédito) en el Santander y partidario de “ir limando” las condiciones de salida en los 18 días de negociación que quedan hasta el cierre del periodo de consultas.

Casi 200 extinciones menos

Inicialmente, Santander puso sobre la mesa 2.165 bajas, dividas en 1.580 ceses y prejubilaciones en ambas plantillas más el traslado de 585 empleados de Popular y Pastor a empresas de servicios segregadas de la matriz, en las que iban a aplicarse las condiciones de la última regulación de empleo de esta última, ejecutada hace menos de un año y que incluyó compensaciones del 80% del salario en el caso de los retiros anticipados.

Sin embargo, tras acceder a rebajar el volumen de despidos a 1.384, dejar los traslados en 575 (suman 1.959, un 9,5% menos) y ampliar de 58 a 55 años la horquilla para acogerse a las prejubilaciones, la oferta económica para las prejubilaciones quedó reducida a un abanico del 65% al 75% en función de la edad mientras, por debajo de los 55, la indemnización por cese se situaba en 35 días por año trabajado, con un límite de entre 24 y 28 mensualidades en función de la edad, más un complemento de 3.000 a 25.000 según la antigüedad.

En todos los casos, con la obligatoria cobertura por parte de los bancos del convenio con la Seguridad Social que garantiza la cotización hasta la edad de jubilación a los mayores de 55.

Las propuestas económicas se encuentran por debajo de las que el propio Santander ofreció en su último ERE, cerrado hace unos meses con 1.380 bajas. Las plantillas de Popular y su filial Pastor, por su parte, sufrieron otro expediente de regulación de empleo, en este caso finalizado en julio con 2.592 bajas entre extinciones y prejubilaciones.

“No vemos por qué tiene que ser peor”

UGT considera “exigua” esa oferta, de la que en CCOO “no vemos por qué tiene que ser peor” que la del último ERE de Santander. Ambos sindicatos apuestan por forzar una subida de las indemnizaciones, reducir la cifra de ceses y primar la voluntariedad, estrategia en la que coinciden con FITC, organización que ve “muy mejorable la oferta” y para la que “no se puede aceptar el número de salidas planteado”.

Esas posiciones auguran una tensa sesión en la tercera reunión de las mesas. No obstante, en los tres casos confían en que las dos semanas y media que restan para agotar el periodo de consultas sea posible acercar las posiciones de la pare social y la empresarial. Lo habitual en este tipo de negociaciones es que ese proceso se acelere en su tramo final.

“Han ampliado la edad para las prejubilaciones pero han empeorado las condiciones”, apunta Joan Sierra, responsable del sector de Banca de CCOO, que, aunque considera que “estamos en un punto intermedio”, advierte que “no lo cerraríamos así”.

Causas distintas para cada entidad

El hecho de que se trate de empresas formalmente distintas es, pese a que las salidas se plantean en ambas de manera conjunta para después fusionar los servicios centrales de ambas entidades financieras, uno de los motivos para que la negociación se desarrolle en dos mesas diferentes.

Aunque también hay otro: las causas que las empresas alegan para promover los ERE son distintas. En ambos casos se trata de motivos organizativos y estructurales, si bien en el caso de Popular y Pastor a estos se les añaden los económicos dada la situación de estas entidades.

Los sindicatos intentan que el grueso de las salidas se cubran con voluntarios. No obstante, la cercanía de los últimos ERE en ambas entidades reduce la eventual existencia de aspirantes: en el caso de Santander, porque 380 salidas se produjeron en los mismos servicios centrales a los que está destinado el actual expediente de despido colectivo; y, en el de Popular-Pastor, porque casi dos tercios de las bajas del anterior proceso, en torno a 1.500, fueron de mayores de 55 años.
Grupo Santander prevé ejecutar los ERE a lo largo de todo 2018, completando con salidas forzosas las extinciones que no se lleguen a cubrir mediante voluntarios.

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