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Referendum laboral La plantilla de Opel firma la continuidad de la fábrica con un ajustado ‘sí’

El Gobierno central y la comunidad autónoma respiran ante el respaldo a un convenio que garantiza la continuidad de más de 10.000 empleos a cambio de una congelación salarial y un aumento de jornada de los trabajadores

Un vehículo entra en la factoría de Figueruelas (ZARAGOZA). EFE/Javier Cebollada

¿Recortes laborales y salariales o inicio del desmantelamiento? Esa era la disyuntiva a la que, en línea con la tendencia que las multinacionales están imponiendo en el sector, se enfrentaban los más de 5.000 trabajadores de la fábrica de Opel en Figueruelas (Zaragoza) en la votación de su convenio colectivo.

Han optado por lo primero para evitar lo segundo con 2.897 votos a favor, 2.008 en contra y 54 abstenciones, con lo que dan un respiro al Gobierno central y al autonómico y evitan una crisis industrial y de empleo en la comunidad, ya que las inversiones en la planta y la fabricación del nuevo Corsa en Figueruelas quedaban supeditadas a la aprobación del convenio.

La francesa PSA (Citroën-Peugeot), que compró Opel a General Motors el año pasado para crear el segundo grupo europeo del sector del automóvil por detrás de Volkswagen, había tensado la negociación cuando los sindicatos pusieron sobre la mesa las líneas rojas que habían salido de las asambleas: a la reclamación de un plan industrial con dos líneas de producción y tres turnos de trabajo, medidas de rejuvenecimiento la plantilla y el pase a fijos de 170 eventuales respondía con que si el convenio no salía adelante paralizaba las inversiones previstas para elevar la producción de la planta de los 380.000 coches anuales a 478.000 y trasladaba a otra fábrica el ensamblaje del nuevo modelo de Corsa.

La paralización de las negociaciones y la amenaza de la multinacional, que en los últimos diez años ha cerrado dos plantas que sumaban 5.000 empleos por su baja rentabilidad (la inglesa de Ryton y la francesa de Aulnay), provocaron una cadena de estremecimientos en los gobiernos central y autonómico, en los sindicatos y en las organizaciones empresariales, aunque los principales afectados eran los más de 5.000 trabajadores de Opel y los entre 20.000 y 25.000 de la industria auxiliar.

4.000 millones de PIB

La fábrica de Figueruelas, clave en la facturación de 4.297 millones anuales que Opel España alcanzó en 2016, es uno de los pilares de la economía aragonesa al suponer la octava parte de su PIB (34.687 millones), generar algo más del 5% del empleo (30.000 puestos directos e indirectos de 565.000) y acaparar en torno a un tercio de las exportaciones, ya que el 85% de su producción está destinada al extranjero.

Esas circunstancias llevaron al Gobierno autonómico de Javier Lambán a mediar entre empresa y comité para que volvieran a sentarse a negociar y al ministro de Economía, Luis de Guindos, a pedir “que las partes pongan todo su empeño en lograr un acuerdo que permita mantener el funcionamiento de la planta de Opel en Figueruelas y atraer nuevas inversiones”.

La marcha del Corsa y el inicio del desmantelamiento de la fábrica por la vía de no invertir suponía el riesgo de una merma de más de 4.000 millones de euros en el PIB español, y en el aragonés en particular, algo que, como efecto secundario, afectaría también a los niveles de endeudamiento y déficit que tolera Bruselas.
“Corresponde ahora a la empresa cumplir”

Trabajadores de Opel España salen de la factoría de Figueruelas (Zaragoza). EFE/Javier Cebollada

Trabajadores de Opel España salen de la factoría de Figueruelas (Zaragoza). EFE/Javier Cebollada

Finalmente, la plantilla, en una votación que revela una quiebra con el rechazo de algo más del 40% de sus miembros, ha optado por aceptar un acuerdo que les supone cinco años de pérdida de poder adquisitivo (uno de congelación, dos con subidas del 50% del IPC y otro bienio con el 60%), recorte de descansos y pluses a cambio del compromiso de PSA de materializar esas inversiones.

UGT, sindicato mayoritario en la fábrica, se congratuló por el resultado de la votación. “Los trabajadores de Opel España han comprendido la necesidad de asumir unos esfuerzos que garantizan el empleo y el futuro de la planta”, señaló en un comunicado, en el que le recuerda a PSA que “corresponde ahora a la empresa cumplir con los compromisos adquiridos en el preacuerdo”.

La consejera de Industria y Empleo aragonesa, Marta Gastón, se pronunció en términos similares. “Vamos a preocuparnos y a velar por que ese compromiso adquirido por la empresa en la negociación se cumpla”, dijo, con el objetivo de que “el plan industrial signifique realmente el futuro de la planta y compense con creces los esfuerzos” que va a suponer para los trabajadores.

Opel inicia una nueva etapa tras la compra por PSA. Aunque tampoco hay que olvidar que en la continuidad de fábricas como la de Figueruelas resultaron claves algunos movimientos realizados en el pasado por el Gobierno autonómico, como la aprobación de un aval de 200 millones en 2008.

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