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Empresas y familias comienzan a dar la espalda a las grandes eléctricas

Las compañías independientes y las cooperativas de consumo que operan en el mercado libre comen terreno a las empresas tradicionales con más de 900.000 nuevos clientes en un trienio y con una fuerte irrupción entre las pymes y las industrias.

Las compañías independientes ya suministran a una de cada tres pymes y una de cada cuatro industrias, aunque solo a uno de cada ocho hogares | EFE

Las pequeñas empresas y cooperativas de comercialización de energía comienzan a comerle terreno a las compañías eléctricas tradicionales en el cautivo mercado energético español, en el que, a pasar de ese avance, un oligopolio de cinco empresas (Endesa, Iberdrola, Naturgy, Viesgo y EDP), varias de ellas privatizadas o controladas por empresas que lo fueron, como Repsol, controla casi el 90% del mercado.

El nivel de concentración resulta descomunal en un sector con 244 comercializadoras y 327 distribuidoras. Entre las primeras, las cinco grandes suponen el 2% de los agentes que operan en el mercado; es decir, que el otro 98% del ramo se reparte menos del 10% del pastel. El desequilibrio es superior en el apartado de la distribución, en el que hay censados 327 operadores.

Según el último Informe de Supervisión de los Cambios de Comercializador de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), las compañías eléctricas independientes han ganado en los últimos tres años, del cierre de 2015 al de 2018, un total de 919.516 clientes de mercado libre para alcanzar los 2,44 millones, con importantes avances en los sectores de las pymes y de la industria.

Esa cifra supone, con un aumento sostenido de 839 abonados diarios, bastante menos de una décima parte de los 26,96 millones que, entre el mercado libre y el de referencia o regulado, reciben su suministro de alguna de las compañías del oligopolio, aunque este comienza a perder cuota de mercado en términos generales.

El volumen de abonados de los cinco grandes grupos se redujo en casi medio millón en ese trienio, en el que pasó de 27,43 a 26,96. Su avance de 1,2 millones de usuarios en el mercado libre, en el que subieron de 14,49 a 15,7, no resultó suficiente para paliar la caída de casi 1,7 (de 12,94 a 11,26) que sufrieron como comercializadoras de último recurso.

Ese avance de las independientes y ese retroceso de las grandes compañías se produjo en un periodo en el que el mercado eléctrico español ganó más de 400.000 usuarios al pasar de 28,96 a 29,41 millones. Eso supone que, aunque el mercado eléctrico sigue cautivo, en buena medida como consecuencia del histórico reparto geográfico del país, que se mantuvo con las fusiones de los años 80 y 90, es el nuevo modelo de empresa energética el que está llevándose el grueso del crecimiento.

El informe de la CNMC, que por otra parte destaca cómo Endesa se ha llevado la mitad de los nuevos contratos del oligopolio en el mercado libre, llama la atención sobre cómo la mejora de las pequeñas compañías “supone un incremento del 60,3%” en el número de abonados en esos tres años.

¿Qué son el mercado regulado y el libre?

¿En qué consiste cada uno de esos mercados? Tres de cada diez hogares españoles lo desconoce, o, cuando menos, no sabe qué efectos tiene en su caso particular estar adscrito a uno u otro, según concluye una encuesta de la propia CNMC.

En el de referencia o "de último recurso", copado por las compañías del oligopolio, los únicos precios vigentes son la tarifa regulada que el Gobierno establece cada hora con el peculiar, y gravoso para el usuario, sistema español de subastas, sin otras posibilidades de servicios y de recargos ni tampoco de descuentos, o, en su caso, el bono social.

Se trata de un precio variable que, con los nuevos contadores digitales, se aplica ya por franjas de una hora, algo que ofrece la ventaja de aprovechar los tramos más baratos para hacer en ellos el consumo principal pero también el riesgo de que la factura se dispare al cocinar o lavar en hora punta en lugar de aplicar medidas domésticas de ahorro.

En el mercado libre, en el que las compañías suelen carecer de centrales eléctricas y adquieren la energía en las subastas mayoristas, la tarifa depende del acuerdo entre consumidor y suministrador dentro de un amplio abanico que incluye tanto fijas como variables con distintas referencias y, también, otros formatos como las compras en bloque a través de cooperativas y grupos de consumo.

En cualquier caso, la variedad de las propuestas y la posibilidad de aplicar promociones, aunque lo habitual es tender a un recibo estable, no asegura un precio final más competitivo en todos los casos y obliga a estar al tanto de los sistemas de revisión de las tarifas y de los acuerdos de permanencia.
Organizaciones de consumidores como la OCU
, y la propia CNMC, tienen disponibles comparadores de tarifas que pueden ayudar a tomar decisiones sobre el modelo más adecuado.

Sí está claro que, trampas de las compañías al margen, el volumen de clientes del mercado libre lleva años superando al del regulado con tendencias asentadas: el primero ha ganado un 12,6% de usuarios en los mismos tres años en los que el segundo perdía un 13% para quedarse con apenas un tercio del total.

Amplia penetración en pymes e industrias

Pese a esos cambios de sector, "las comercializadoras de los cinco grupos energéticos tradicionales suministraban el 86,5% del total de los puntos de suministro del mercado libre" al cierre de 2018. No obstante, habían retrocedido cuatro puntos en tres años, la misma cuota de mercado que, obviamente, ganaron en ese periodo las compañías independientes, entre las que destacan por su volumen de usuarios CIDE HC Energía (2,2%), Fenie Energía (2%) y Clidom Energy (0,8%), que opera bajo la marca Holaluz.

El informe de la CNMC señala que la presencia de las independientes está creciendo en todos los sectores del mercado, especialmente en los dos productivos. De hecho, cubren ya el 31,6% de los puntos de suministro de las pymes y el 27,6% de la industria, mientras que en el ámbito doméstico se quedan en el 12,6%.

Esa actividad, indica la comisión, "denota una mayor competencia en estos segmentos de mercado" de la actividad productiva que en el de los domicilios familiares.

No obstante, el oligopolio sigue contando con una sólida base de negocio en el conjunto del mercado, ya que, mientras "los comercializadores independientes en su conjunto representan un 6,9% del total de puntos de suministro", compañías como Endesa e Iberdrola aglutinan, respectivamente, un 35,5% y un 34,4% del total con 10,5 y 10,1 millones de usuarios, lo que duplica con creces el amplio 15,4% (4,5 millones) de Naturgy.

En este sentido, la CNMC destaca otro dato referente a la gestión de los cambios de mercado: el 70% de los trasvases del regulado al libre "siguen teniendo como destino los comercializadores pertenecientes al mismo grupo empresarial", con niveles de fidelización del 80,4% en el caso de Iberdrola, del 71,5% en el de Endesa y del 73% en el de CHC.

Las compañías con más de 100.000 clientes tienen hasta principios de septiembre para modificar y diferenciar las denominaciones y los logotipos de sus divisiones de distribución y de las comercializadoras regulada y libre, para evitar en la medida de lo posible confusiones a los consumidores.

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