Los grandes bancos españoles han sorteado con éxito una semana que podía haber sido crítica para el sector, tanto por la publicación de conclusiones del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la abusividad o transparencia del Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) como por la reunión del Banco Central Europeo (BCE) y sus nuevas medidas para estimular la economía.

La capitalización bursátil de los seis valores bancarios integrados en el índice Ibex 35 ha recuperado un 8,9% en la semana, es decir, 10.318 millones de euros de valor en Bolsa.

Después de meses esperando la opinión del abogado general del TJUE sobre el IRPH, Maciej Szpunar declaró el martes que el índice debe estar sometido a tutela judicial para saber si es abusivo o no, porque el mero hecho de ser un índice oficial no hace que sea necesariamente transparente. El pronunciamiento fue visto con buenos ojos por los bancos, que elevaron su cotización en la sesión de ese día entre un 1,5% y un 4,2%, pero el sector todavía debía enfrentarse a otra cita clave en el futuro de su negocio: las nuevas medidas que anunciaría el BCE.

Así, el jueves tuvo lugar la reunión del Banco Central Europeo, que decidió modificar los tipos de interés por primera vez desde 2016, recortando 10 puntos básicos el tipo de facilidad de depósito, hasta situarlo en el -0,5%, al tiempo que dejó el tipo de interés de referencia en el 0% y el de facilidad de préstamo en el 0,25%. No obstante, para limitar el impacto en las entidades bancarias de este interés negativo, la institución que preside Mario Draghi anunció que introducirá un "sistema de dos niveles para remunerar las reservas", de forma que una parte del exceso de liquidez de los bancos estará exenta de la tasa de facilidad de depósito.

Este sistema de doble nivel, según los analistas, puede suponer un ahorro para el sector bancario español cercano al 1,6% del margen de intereses, compensando el impacto negativo de la reducción del tipo de interés de los depósitos en un 1,5%.

Tras el anuncio del BCE, el comportamiento de los bancos fue dispar, pues Bankia, Sabadell y CaixaBank terminaron la sesión en terreno negativo, si bien BBVA, Bankinter y Banco Santander concluyeron con ganancias.

La jornada bursátil más positiva para la banca ha sido la de este viernes, especialmente para Sabadell (+7,8%) y CaixaBank (+7,27%), aunque el resto de valores también ha presentado ganancias significativas del 3,7% en Bankia, del 3,6% en Bankinter, del 2,8% en BBVA y del 2,4% en Santander.

En el conjunto de la semana, las mayores revalorizaciones han sido la de Sabadell, que se ha impulsado un 14,14% y ya supera los 0,9 euros por título, la de CaixaBank, que con una subida semanal del 12,34% se coloca en los 2,4 euros, y la de Bankinter, cuyos títulos han superado los seis euros (+10,72%). En el caso de Bankinter, el banco dirigido por María Dolores Dancausa ha adelantado en valor bursátil a Bankia, al alcanzar los 5.470 millones de euros este viernes, frente a los 5.413 euros del banco nacionalizado.

El Ibex gana un 1,64% en la semana

Así, el Ibex cerró el viernes al alza, alcanzando máximos de finales de julio, y cerrando la tercera semana consecutiva en positivo, impulsado por la banca tras los estímulos anunciados por el BCE y el optimismo en torno a las negociaciones comerciales entre EEUU y China.

En este contexto, el principal índice bursátil español acabó con un alza del 0,61%, hasta los 9.137,9 puntos. En el conjunto de la semana el selectivo español acumuló un avance del 1,64%.

El resto de bolsas europeas también han terminado en verde en el caso del Dax de Fráncfort, con subidas del 0,47%; el Cac 40 de París, con una subida del 0,22% y el Ftse 100 de Londres, que ha cerrado con un alza del 0,36%.

Por otro lado, el precio del barril de petróleo de calidad Brent, referencia para el Viejo Continente, se situaba en 60,25 dólares, mientras que el Texas se colocaba en los 54,89 dólares.

Asimismo, la cotización del euro frente al dólar se rebajaba a 1,1069 billetes verdes, mientras que la prima de riesgo española se mantenía en torno a los 75 puntos básicos, con el interés exigido al bono a diez años en el 0,393%.