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Jubilación Las pensiones se quedan sin su salvavidas

El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones, se agota después de que el Gobierno haya retirado unos 70.000 millones en cinco años. Pero el Ejecutivo se resiste a dejar a cero la hucha para no asumir el coste político que eso supondría, y por eso ha obligado a la Seguridad Social a recurrir a un crédito por primera vez en 18 años. 

Los ministros de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal (i) y Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez (d), durante la visita al Parador de Mazagón (Huelva). | JULIÁN PÉREZ (EFE)

jorge otero

Todos los años con la llegada del verano, a finales de junio, la Seguridad Social tiene que hacer frente a un redoblado esfuerzo financiero: además de la paga ordinaria, hay que pagar la extra de verano y liquidar el IRPF con la Agencia Tributaria. Unos 9.500 millones de euros entre la extra y la liquidación del IRPF. 

Para sus responsables este pago es todo un mal trago: hace tiempo que las arcas de la Seguridad Social están casi vacías. Las cotizaciones sociales no cubren los gastos y el Fondo de Reserva —la llamada hucha de las pensiones— está en sus niveles mínimos después de que el Gobierno lo haya esquilmado desde 2012.

¿Solución? El Gobierno incluyó el pasado abril en los Presupuestos del Estado de 2017 una línea de crédito de Hacienda a la Seguridad Social por un valor máximo de 10.192 millones de euros. Este pasado jueves, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, compareció tras el Consejo de ministros y explicó que el Gobierno ha decidido hacer uso de 5.986 millones de esa línea de crédito y sacar otros 3.514 millones de euros de la hucha de la pensiones. La Seguridad Social no recurría a un préstamo para pagar las pensiones desde 1999. 

¿Cuánto dinero queda en la hucha de las pensiones?

Con esta última retirada de 3.514 millones de euros anunciada por Báñez, la hucha de las pensiones está más vacía que nunca: ya sólo quedan 11.602 millones de euros, cantidad equivalente al 1,04% del PIB. Si se toma el criterio del precio del mercado, la cantidad entonces es de 11.677 millones de euros, unos 75 millones más. 

La situación es preocupante: al llegar el PP al poder, en diciembre de 2011, en la hucha de las pensiones había 66.815 millones de euros. De hecho, según la propia Seguridad Social, las retiradas de dinero ordenadas por el Gobierno hasta la fecha alcanzan un total de 70.851 millones de euros. Es más dinero del que había en la hucha al llegar Rajoy a la Moncloa, pero hay que tener en cuenta que el dinero de la hucha ha ido generando intereses. Si todavía hay dinero en el Fondo de Reserva es en su mayor parte gracias a los rendimientos de las inversiones del propio Fondo: en concreto, 28.759 millones millones de euros.

¿Cómo y por qué se ha retirado tanto dinero?

La retirada de dinero de la hucha ha sido constante durante todo este tiempo y ha ido a más. El Gobierno del PP empezó a sacar dinero de la hucha el 28 de septiembre de 2012. Ese años, el Ejecutivo sacó 7.003 millones de euros; en 2013 fueron 11.648 millones los que se retiraron; en 2014 la retirada de dinero alcanzó los 15.300 millones; en 2015 la tendencia bajó un poco pero aún así se sacaron 13.250 millones. Sin embargo, fue en 2016 cuando batió el Gobierno batió el récord: retiró 19.200 millones del Fondo de Reserva. En 2017 ya ha retirado 3.514 millones. 

Tan ingente retirada de dinero ha sido posible gracias a que el PP impulsó en 2012 a golpe de mayoría absoluta una suspensión temporal del límite para retirar del dinero del Fondo de Reserva de la Seguridad Social. La ley que regula el funcionamiento de la llamada hucha de las pensiones establece que el dinero que se puede retirar cada año no puede superar el 3% del gasto anual en pensiones contributivas, que ronda los 100.000 millones de euros. Así que en 2016 el Gobierno sólo podría haber retirado 3.350 millones de acuerdo si nos atenemos a los presupuestos, pero gracias a la suspensión temporal de 2012 la retirada de fondos ha podido llegar a algo más de 19.000 millones. 

¿Hasta cuándo durará el Fondo de Reserva?

No existe una respuesta a esta pregunta. O quizá sí la haya, pero es muy genérica y muy relativa: hasta que el Gobierno quiera. Durante los pasados meses, analistas y expertos no se han cansado de repetir que, con ese ritmo de retirada de fondos, la hucha de las pensiones se agotaría a finales de este año. El Gobierno, sin embargo, ha decidido que no está dispuesto a asumir el desgaste político que supondría dejar la hucha a cero, además de evitar de la alarma social que supondría el vaciamiento total. 

¿Habrá más créditos?

A partir de ahora tendremos que acostumbrarnos a este tipo de créditos a la Seguridad Social. Todo indica que serán algo habitual: la Seguridad Social pierde dinero. El presupuesto de 2017 contempla 125.966 millones de ingresos no financieros para este año, un 5,3% menos que en 2016, mientras que los gastos no financieros se elevan a 142.433 millones, un 4,3% más. Unos 18.000 millones de euros de déficit. 

Así que la situación se repetirá probablemente en diciembre, cuando llegue la Navidad. Tampoco es la primera vez que ocurre: ya pasó en los años 90 con los Gobiernos de Felipe González y de José María Aznar, pero no es menos cierto que la última vez que la Seguridad Social tuvo que recurrir a un crédito fue en el año 1999.

La precariedad laboral lastra las cuentas

Lo cierto es que la Seguridad Social vive sometida a una enorme contradicción: acumula déficit desde el año 2011, las cotizaciones sociales no cubren los gastos y sin embargo, en España el empleo está en su nivel más alto de los últimos siete años y la economía crece a buen ritmo. ¿Qué es lo que está ocurriendo? La precariedad del empleo, los sueldos bajos y las bonificaciones de las cotizaciones sociales a autónomos y empresarios han reducido drásticamente los ingresos de la Seguridad Social, que recauda menos en los años que se crea empleo que en los que se destruía.

Sólo las bonificaciones aprobadas por el Ejecutivo cuestan casi 22.000 millones de euros anuales y resulta difícilmente compatible con los objetivos de reducción del déficit de la Seguridad Social. Los sueldos bajos, muy extendidos, tampoco aportan mucho: si son bajos también lo son las cotizaciones, cuya cantidad media ha bajado en los últimos años. La situación no hace más que agravarse. En 2018, el déficit será aún mayor —algunos cálculos lo llevan hasta los 25.000 millones— y ya se ha podido comprobar que la hucha de las pensiones ha dejado de ser ese salvavidas que fue entre 2012 y 2016. 

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