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Rajoy ha generado ya casi 400.000 millones de déficit público, pese a los recortes

Hasta el año pasado, el Gobierno no cumplió los objetivos anuales de déficit comprometidos con Bruselas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en sus escaños de la bancada azul del Congreso de los Diputados. EFE

Vicente Clavero

A pesar de las políticas de ajuste, con sus oleadas de recortes y subidas de impuestos, Mariano Rajoy no ha sido fiel al principio, tantas veces repetido por él, de que no se debe gastar lo que no se tiene.

Desde que llegó al Gobierno en diciembre de 2011, las administraciones públicas españolas han acumulado un déficit 386.154 millones de euros.

Además, de los seis ejercicios completos que ha gestionado Rajoy, sólo en uno se ha cumplido el objetivo inicial fijado por Bruselas: en 2017. En todos los demás, el desequilibrio presupuestario ha quedado claramente por encima de las exigencias de la Unión Europea, aunque haya bajado tanto en valores absolutos como en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB).

El primer traspié se produjo ya en 2012, so pretexto de que el último Gobierno socialista, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, había dejado un déficit muy superior al anunciado. Frente a una previsión inicial del 4,4%, finalmente se llegó al 6,79% sin contabilizar las ayudas públicas para la reestructuración del sector financiero (10,47% si se tienen cuenta).

En 2013 volvió ocurrir lo mismo: Bruselas estableció un objetivo del 4,5%, el Gobierno español lo renegoció hasta el 6,5% y ni siquiera éste se cumplió. El déficit cerró en el 6,68%, pese a los innumerables sacrificios impuestos a los españoles, tanto ese año como el anterior, sobre todo en materias que afectan al gasto público (sanidad, educación, pensiones).

Para evitar otro fiasco de semejantes proporciones, la Unión Europea abrió un poco la mano en 2014. Fijó el límite en el 5,5%, aunque luego lo subió hasta el 5,8% a petición de España. Lejos quedaba el 2,2%, que Cristóbal Montoro había incluido en sus primeras estimaciones tras llegar al Ministerio de Hacienda. A la postre, cerró el año en el 5,86% del PIB.

Ni siquiera en 2015, con la recuperación ya en marcha, el objetivo se cumplió. Aunque la economía creció más del 3%, el déficit de las administraciones públicas sufrió una importante desviación. Para ese año estaban programas varias citas electorales (municipales, autonómicas, generales) y el desequilibrio presupuestario se situó en el 5,08%, casi un punto más de lo previsto (4,2%).

Bajo la amenaza de una multa por incumplimiento, Rajoy se comprometió en 2016 a bajar el déficit hasta el 2,8% del PIB. En medio de una fuerte inestabilidad política, con el Gobierno en funciones durante diez meses, Bruselas decidió dar árnica a España. En el verano se llegó a un acuerdo para no pasar del 4,6% y la cifra final fue del 4,33% (4,54% con ayudas a la banca).

El dato de 2017, ofrecido esta semana por la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat), cifra el déficit público español en 36.233 millones de euros (3,1%). Es el nivel más bajo en diez años, pero sitúa a nuestro país como el Estado miembro con peor registro, por detrás incluso de Portugal (3%), Rumanía (2,9%), Francia (2,6%) y no digamos ya Italia (2,3%).

El déficit público de la zona euro está en el 0,9%, menos de una tercera parte que en España, cuyo objetivo para 2018 es el 2,2%.

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