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Berlusconi arrastra a pocos fieles a la "marcha del amor"

El primer ministro carga contra los jueces y la oposición

SANDRA BUXADERAS

'El amor vence al odio' era el lema escogido por Silvio Berlusconi para hacer una demostración de fuerza este sábado en Roma, pero los pocos miles de fieles que arrastró apenas llenaron la plaza de San Juan de Letrán. Quedó ligeramente por debajo de la concentración que el 5 de diciembre organizó por Facebook un grupo de espontáneos, núcleo de un movimiento antiberlusconiano hoy conocido como El Pueblo Violeta.

Que el carisma del primer ministro italiana empieza a dar síntomas de cansancio se notó también cuando, al poco de arengar a la plaza, un buen número de manifestantes empezó a irse. Y eso que Berlusconi se concentró en dos temas populares entre sus votantes: la supuesta persecución que sufre por parte de 'jueces de izquierdas, que tienen la foto de Che Guevara colgada en el despacho', y la identificación de la oposición con subidas de impuestos y falta de libertad.

El primer ministro se encaró a los jueces que le investigan por presuntas presiones sobre la televisión pública, Rai. Berlusconi cree que 'los jueces se podrían haber ahorrado dinero público', ya que en las escuchas telefónicas captadas por la Fiscalía, que demuestran las presiones, aparecen unas declaraciones que él ya hace 'abiertamente' en muchas ocasiones. 'Reivindicamos el derecho a no ser espiados', clamó el líder de la derecha, que prepara una ley para limitar las escuchas.

Il Cavaliere también abogó por reformar la Constitución para que hacer posible la elección directa 'del presidente de la República o del primer ministro'.

La manifestación también pretendía ser una protesta contra los tribunales que han dejado al Partido de la Libertad fuera de las elecciones regionales del 28 y 29 de marzo en la provincia de Roma por no haber presentado las listas a tiempo. Berlusconi llamó también al escenario al líder de la xenófoba Liga Norte, Umberto Bossi, del que dijo que le unen 'los mismos valores'.

Los manifestantes le aplaudieron. 'Los jueces no dejan trabajar a Berlusconi' se quejaba Lidia, ama de casa de 55 años, que reconocía que Berlusconi 'no es un santo' pero 'en Italia todos los políticos roban, sobretodo los de la izquierda'.

'Queremos estar a su lado', decía Filippo, abogado de 30 años. Sara, estudiante, aseguraba haber acudido 'por curiosidad', mientras que los ingenieros Mario Lanzara y Salvatore Fortino estaban indignados porque los tribunales hayan priorizado los defectos de forma en la presentación de las listas y 'no permitan competir a una lista con millones de votantes a unas elecciones democráticas'.

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