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El narco Sito Miñanco sale de la cárcel pero no podrá pisar Galicia

Tuvo que presentar ante Instituciones Penitenciarias un contrato indefinido en una empresa de construcción. Antes había intentado trabajar como mejillonero en la Ría de Arousa, pero no consideraron oportuno que regresara a su tierra

El narcotraficante Sito Miñanco, en una fotografía de archivo. / EFE

La Audiencia Nacional ha decidido este miércoles excarcelar al narcotraficante José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco. Aunque su condena no se extingue hasta el año 2018, la presentación de un contrato de trabajo le permitirá salir cada día de la cárcel de Valladolid. Para lograrlo ha tenido que presentar ante Instituciones Penitenciarias un contrato indefinido de trabajo. Y comprometerse a no regresar a Galicia. Fuentes del Plan Nacional sobre Drogas aseguran que este destierro de Miñanco, esa orden de no cruzar la frontera gallega, "es bastante excepcional, muy poco frecuente". En todo caso, insisten en que no valoran jamás decisiones judiciales.

Según ha informado Europa Press, dicho contrato habría sido acordado con una empresa vinculada al sector de la construcción. Ya en 2013, Miñanco había aportado otro contrato para regresar a la vida civil. Pero su solicitud fue denegada: iba a trabajar como mejillonero en la ría de Arousa, a sus 58 años (ahora tiene uno más). Las autoridades penitenciarias no consideraron oportuno que regresara a su tierra.

A Miñanco le ha sido aplicado el artículo penitenciario 100.2, que le concede una especie de tercer grado previo a la excarcelación, pero con la condición de que no pise la comunidad autónoma gallega. Carmen Avendaño, presidenta de la Fundación Érguete de ayuda al toxicómano, aplaude la decisión del juez Castro: “Este señor lleva cumplido el 75% de su condena. Es normal que le den el tercer grado. La medida de alejamiento me parece fenomenal. Pero desearía que se hiciera un seguimiento de la veracidad de ese contrato, de sus horarios y sus honorarios. Esas cosas. Pero nosotros estamos a favor de la reinserción, por supuesto. Y lo que diga Castro [el juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro] nos parece bien”. Érguete fue creada en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) en 1984 por un grupo de padres con hijos enganchados a la droga, y siempre ha destacado por su activismo contra los grandes clanes gallegos del narcotráfico.

Miñanco fue encarcelado en 1994 por un alijo de 2,5 toneladas de coca. Se le condenó a 20 años. Cumplió siete, pero enseguida se le relacionó con otro alijo de cinco toneladas –interceptado en las proximidades de la Guayana Francesa- que había organizado en el curso de sus permisos penitenciarios. Esta vez la condena fue de 16 años y tres meses.

Del tabaco a la cocaína

Nacido en el barrio de Santo Tomé de Cambados en 1955, Sito Miñanco fue el paradigma de la generación gallega de contrabandistas de tabaco que posteriormente recondujeron sus flotas de barcos para organizar la mayor red de entrada de cocaína procedente de Sudamérica en Europa. En la ría de Arousa era un joven mito en aquellos años 80. Él mismo alardeaba de ser el piloto más rápido de la ría. Aun siendo el jefe de la banda, gustaba de patrullar personalmente las veloces planeadoras que una noche sí y otra también burlaban a las menos potentes lanchas del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Ya era un tipo popular cuando ingresó por primera vez en prisión en 1983. Los contrabandistas de tabaco eran entonces gente muy querida en las Rías Baixas: daban trabajo extra a los marineros, montaban negocios locales y creaban empleo. Miñanco, un tipo con encanto natural, coincidió entonces en la cárcel de Carabanchel con Jorge Luis Ochoa, uno de los fundadores del cártel narco colombiano de Medellín. Ochoa inmediatamente entendió que Galicia era el mar de su negocio europeo y que Miñanco era su hombre.

El auto de Castro explicita, para justificar la orden de no regresar a Galicia, que “es necesario evitar el daño que la presencia del interno pueda producir a las víctimas o a sus familiares, que actualmente vivan en la zona de la que es oriundo el interno, por ello, es coherente la pretensión del interno de presentar una oferta laboral fuera de la comunidad autónoma gallega”. Para Avendaño, una medida prudente: “No es que fuera incómoda su presencia. Es que tendríamos cierto temor. Ya dije que creemos en la reinserción, pero no creo que este hombre pueda dejar de hacer lo que hacía”.

- ¿Correría peligro la vida de Miñanco si volviera a la ría?

- No creo. Cuando yo hablaba con los padres de tantos chicos muertos por la droga aquí, siempre se decía lo de pegarle dos tiros y esas cosas. Pero la gente siempre ha sabido contenerse. Yo les decía: nosotros no somos como ellos. Nosotros no somos asesinos. Yo creo que no pasaría nada. Por aquí aun anda Manuel Charlín [otro de los narco-tabaqueros históricos]. Y me parece que su hija Josefa también se deja ver a veces. Pero hacen una vida muy poco llamativa”.

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