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La precipitada caída de Rajoy impide a Feijóo irse a Madrid dejando atada su sucesión en el PP gallego

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el portavoz en el Parlamento autonómico, Pedro Puy, y el ex presidente de la Diputación Provincial de A Coruña, Diego Calvo, son los aspirantes con más posibilidades

Alberto Núñez Feijóo, acompañado por Ana Pastor y Alfonso Rueda. EFE

JUAN OLIVER

La caída de Mariano Rajoy tras la moción de censura de Pedro Sánchez ha precipitado los planes de Alberto Núñez Feijóo para suceder al primero en la Presidencia del Partido Popular. Su idea era esperar a que el exjefe del Ejecutivo diera el primer paso y que lo señalara de alguna manera, para hacerse con las riendas del partido con suficientes garantías de poder acceder a La Moncloa. Es decir, con el PP en el Gobierno, sin la crisis interna que enfrenta ahora y contando con el respaldo de su máximo responsable.

Feijóo contaba con un año largo para que la situación se fuera aclarando. Pero la moción de censura del PSOE ha acelerado los tiempos y las cosas son ahora bien distintas. El PP aún se lame las heridas de la moción de censura, Rajoy ha renunciado a ejercer el tradicional dedazo y Feijóo sabe que una guerra sucesoria puede tener costes elevados incluso para para quien acabe ganándola. Porque el vencedor no lo tendrá fácil: deberá pacificar un partido en la oposición al que además aún le quedan por enfrentar un buen puñado de sentencias por sonados casos de corrupción.

Los planes de Feijóo incluían una transición tranquila en el PP gallego, que dirige sin contestación interna alguna y que sin duda se plegaría a su decisión, tácita o explícita, de dejar un heredero de su cuerda en una la única comunidad autónoma de España en la que el partido sigue gobernando con mayoría absoluta. Y donde la imagen de Feijóo vende más que la del partido (en las autonómicas del 2016 obtuvo casi 33.000 votos más que el PP en las generales de ese mismo año).

El presidente de la Xunta parece convencido de dar la batalla, aunque lo más probable es que no anuncie su decisión hasta la semana que viene. Y seguramente no sea el primero en hacerlo. No existen muchos antecedentes al respecto, pero los que hay permiten deducirlo así: Feijóo fue el último candidato en confirmar que optaba a presidir el PPdeG en el Congreso que en enero del 2006 eligió al sucesor de Manuel Fraga.

Su previsible fuga a Madrid también ha pillado a contrapié a los populares gallegos, que hasta hace dos semanas daban por sentando que sería él quien designaría a su sucesor o sucesora. Ahora, algunas fuentes de la dirección del partido señalan que tendrá difícil no aceptar que quien elija sea la militancia en un congreso con varios aspirantes, cuando esa es la fórmula que él mismo defiende para decidir al nuevo ocupante del despacho de Rajoy en Génova.

El presidente de la Xunta de Galicia Alberto Nuñez Feijóo, tras la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP en la que se ha dado el pistoletazo de salida de la carrera sucesoria de Mariano Rajoy. EFE/Mariscal

El presidente de la Xunta de Galicia Alberto Nuñez Feijóo, tras la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP en la que se ha dado el pistoletazo de salida de la carrera sucesoria de Mariano Rajoy. EFE/Mariscal

Las mismas fuentes indican que la lista de candidatos es reducida. Y los citan por este orden, que no indica ni preferencias ni posibilidades de éxito:

.- Ana Pastor. Antes de la moción de censura de Sánchez, la presidenta del Congreso de los Diputados y lideresa del llamado clan de Pontevedra, en el que se agrupa el círculo íntimo de Rajoy, se habría mostrado dispuesta a retornar a Galicia como candidata a la Xunta en las autonómicas del 2020 si Feijóo iniciaba su carrera madrileña. La opción era del pleno agrado de Mariano Rajoy, aunque el adelanto de los tiempos corre en contra de sus posibilidades. Si Feijóo deja la Xunta antes de que termine la legislatura –podría no hacerlo-, ella no podrá sucederle porque no es diputada autonómica. Y, al contrario de lo que sucede con la presidencia del Gobierno de España, para la de Galicia sí se exige que el aspirante forme parte de la Cámara legislativa autonómica.

.- Alfonso Rueda. Vicepresidente de la Xunta y conselleiro de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza. Es parlamentario autonómico y sigue siendo la mano derecha de Feijóo, pese a que la relación entre ambos ha atravesado momentos de cierta inestabilidad. Sería su delfín natural, aunque los planes iniciales del presidente de la Xunta pasaban por llevárselo a Madrid para organizar su equipo de confianza. Su gestión de la huelga de funcionarios de la administración de justicia, un perfil gris y sus escasas dotes de liderazgo público le restan enteros como cabeza de cartel electoral. Lo mismo le sucede a Francisco Conde, conselleiro de Economía y quien fue uno de los puntales de Feijóo en sus primeros años de gobierno como asesor áulico en la sombra.

.- Pedro Puy. Portavoz del Grupo Popular en el Parlamento gallego, sobrino de Manuel Fraga e hijo de un reputado catedrático de Filosofía del Derecho. En los últimos días ha subido en las apuestas internas ante la falta de un candidato claro, aunque él nunca ha hecho movimiento alguno para situarse en la carrera para suceder a Feijóo. Quienes le conocen aseguran que, por su carácter, no dará paso alguno sin contar con el visto bueno de éste.

.- Diego Calvo. Diputado autonómico, presidente provincial del PP de A Coruña y ex presidente de la Diputación Provincial entre el 2011 y el 2015. Por su perfil y juventud (tiene 43 años) es el que más se aproxima a la imagen política de Feijóo, aunque no contaría con el apoyo de las corrientes más montaraces del partido, especialmente en la provincia de Ourense.

La baraja de aspirantes se completa con otros dos miembros del Gobierno de Feijóo que también son diputados autonómicos: Beatriz Mato, conselleira de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, y José Manuel Rey Varela, conselleiro de Política Social. Sus nombres han empezado a sonar desde que triunfó la moción de censura de Pedro Sánchez, porque antes de ella todo el PP daba por hecho que Feijóo les encargaría otras tareas: recuperar, respectivamente, las alcaldías de A Coruña y Ferrol, que el PP perdió en las municipales del 2015 en favor de las candidaturas locales de En Marea.

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