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El congreso del PT consagra a Dilma Rousseff como sucesora de Lula

La actual ministra de la Presidencia, que aspira a ser la primera mujer que gobierna Brasil, promete continuar las políticas de Lula

NAZARET CASTRO

'Con Dilma por el camino que Lula nos enseñó'. Este eslogan, acompañado de una enorme fotografía del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su jefa de Gabinete, Dilma Rousseff, resume el mensaje que intentó transmitir el Partido de los Trabajadores (PT) durante los tres días que duró su IV Congreso. Se clausuraba este sábado en Brasilia con un acto que consagró a Rousseff como precandidata a los comicios del 3 de octubre.

Rousseff abrió y cerró con la misma idea una hora de discurso: 'Jamás pensé que la vida me reservase tamaño desafío, pero me siento preparada para enfrentarlo con humildad, serenidad y confianza'. Dos días antes, había asegurado a la prensa que reservaba un traje rojo para su consagración del sábado. Cumplió su promesa. Y fue aclamada con unanimidad por los mismos compañeros que hasta hace poco no veían clara su candidatura.

La actual ministra, que no será candidata oficial hasta junio por imperativo de la ley electoral, intentó conciliar el continuismo con guiños a la izquierda. Una jugada táctica que condensó en esta frase: 'El PT ha cambiado mucho, pero no cambió de lado'.

Dilma prometió 'garantizar la estabilidad económica', pero también defendió el rol del Estado en la economía. Sobre todo, rescató la 'mirada social de Lula' y defendió la ampliación de programas para combatir la miseria, subvencionar viviendas y mejorar la sanidad y la educación.

En su intervención, Lula desplegó su mejor oratoria para proteger a su elegida de las críticas de la prensa. 'No existe hoy en Brasil nadie más preparado para gobernar el país que nuestra compañera Dilma, que, si Dios quiere, será la futura presidente de Brasil'.

El PT también definió en este congreso las líneas de su estrategia electoral. Pasa por centrar la campaña en la figura de Rousseff, instar a la movilización popular y bipolarizar el debate, planteándolo como una disputa entre el lulismo, de un lado, y el 'bloque neoliberal' formado por PSDB y DEM, de otro.

De conseguir que la contienda se perciba en estos términos, el PT minimizaría el daño que puedan hacer a Rousseff las candidaturas de izquierda del socialista Ciro Gomes y la ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.

Aunque el gobernador de São Paulo, José Serra (PSDB), sigue a la cabeza en las encuestas, con un 36% de la intención de voto, en los últimos meses los sondeos han reflejado el rápido ascenso de Rousseff, que ya alcanza el 25%. Le siguen Ciro (11%) y Silva (6%).

La oposición ha cuestionado que el PT esté respetando la ley, que prohíbe el inicio de la propaganda electoral hasta junio. En realidad, la larga campaña comenzó hace ya algún tiempo, como evidenciaron las apariciones públicas de Rousseff y Serra durante el Carnaval.

Máscaras carnavalescas aparte, dicen los analistas, esta será una campaña más centrada en las ideas que en las personalidades, dado que ni Serra ni Rousseff cuentan con el arrollador carisma del presidente Lula.

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