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España surte de armas a Arabia Saudí pese a que está cometiendo crímenes de guerra en Yemen

La campaña de bombardeos liderada por régimen wahabista ha llevado al pequeño país del Golfo a la catástrofe: 32.000 muertos o heridos, ataques deliberados contra estructuras civiles y campos de refugiados, 1.000 escuelas destruidas, uso de bombas de racimo...

Un hombre grita ante un edificio de viviendas que acaba de ser alcanzado por un bombardeo de la Real Fuerza Aérea Saudí en Saná, capital de Yemen. REUTERS/Khaled Abdullah

CARLOS DEL CASTILLO

@CdelCastilloM

MADRID.- La propaganda militar se esfuerza en comunicar que los bombardeos se han perfeccionado hasta el extremo de que abaten única y exclusivamente a los objetivos militares a los que persiguen. No es cierto. Los bombardeos masivos y prolongados destruyen bastas áreas de terreno, arrasando infraestructuras civiles vitales como hospitales, escuelas, viviendas o terrenos de cultivo. 

Además de las víctimas mortales, las bombas, cuya potencia reforzada hace que encontrar un refugio seguro sea tarea imposible para la población civil, generan el miedo a ser bombardeado en los supervivientes. Un terror que provoca un daño psicológico que acaba siendo comparable al daño físico.

"La lucha está relacionada con el control sobre un rincón estratégico de la Península Arábiga, por donde circula la gran parte del petróleo y gas del Golfo Pérsico en su ruta marítima hacia Europa"

Es el mal que padece Yemen desde que la coalición de países liderada por Arabia Saudí comenzara su campaña de bombardeos sobre el país hace justo un año, tal y como denuncia el Centre Delàs d'Estudis per la Pau en su último informe. En el texto, los investigadores detallan la situación catastrófica en la que se encuentran los yemenís: 32.000 muertos o heridos, un millón de desplazados y un 80% de la población que requiere algún tipo de protección humanitaria. 

Los ataques en apoyo de la facción suní de la guerra civil abierta en Yemen han arrasado el país, han alcanzado objetivos civiles y campos de refugiados, en lo que ha sido denunciado como crímenes de guerra por diversas organizaciones internacionales. También hay sospechas de que la aviación saudí, aliada con una decena de países suníes en esta ofensiva —que cuenta con el visto bueno de EEUU— ha utilizado bombas de racimo en sus ataques.

Camiones cisterna retenidos en una carretera sin pavimentar, en un desvío forzado por los combates entre las fuerzas leales al presidente yemení (chíies) y los rebeldes (suníes), apoyados por una coalición de países árabes liderada por Arabia Saudí. REUTE

Camiones cisterna retenidos en una carretera sin pavimentar, en un desvío forzado por los combates entre las fuerzas leales al presidente yemení (chíies) y los rebeldes (suníes), apoyados por una coalición de países árabes liderada por Arabia Saudí. REUTERS/Ali Owidha

Sin embargo, el conflicto, que se camufla tras un contexto religioso, esconde en realidad una pugna geoestratégica: "La lucha está relacionada con el control sobre un rincón estratégico de la Península Arábiga, como puerta del Mar Rojo -acceso al canal de Suez- y del estrecho de Bab-el-Mandeb, por donde circula la gran parte del petróleo y gas del Golfo Pérsico en su ruta marítima hacia Europa", explican los investigadores del Centre. 

La herida de la campaña que dirige la monarquía wahabista saudí tardará décadas en cerrar. UNICEF denuncia que 1.000 escuelas han sido destruidas, mientras que Amnistía Internacional resalta que el 34% de los niños y niñas no han ido a la escuela desde marzo de 2015, una generación que "vivirá las consecuencias de por vida", lamentan desde el Delàs. La destrucción llega incluso a los campos de cultivo y depósitos de cereales, un sector que representa un 20% del PIB de Yemen y ocupa a la mitad de la población. 

Mandato del Parlamento Europeo: fin de las exportaciones a Arabia Saudí

"Un mundo más seguro no se construye llenándolo de armas y municiones", destacan los investigadores. Y es que de aquellos polvos estos lodos: durante los últimos cinco años Arabia Saudí ha comprado armamento a un nivel descomunal, financiando incluso las compras de sus aliados en la región.

Navantia está a punto de cerrar un contrato con Arabia Saudí para suministrarle cinco barcos de guerra por 3.000 millones de euros

Sus compras de armas en el período 2011-2015 fueron un 275% mayores que en el anterior 2006-2011. El régimen absolutista saudí es el mayor importador de armamento de Oriente Medio y España, cuya industria militar ha sido potenciada por el ministro de Defensa —ya en funciones— Pedro Morenés, no ha querido quedarse sin su trozo del pastel: le vendió casi 450 millones de euros en material de defensa y acumula más de 1.200 millones desde 2013. También se han firmado numerosos acuerdos de colaboración militar, gracias a los cuales los pilotos de Eurofighter saudíes se entrenan con personal del Ejército del Aire, entre otras ayudas. 

El Jefe de Estado Mayor de la Marina Saudí, el almirante Abdullah Sultan Alsultan efectuó una visita oficial a Ferrol en donde inspeccionó las dependencias de la Armada y las instalaciones de Navantia, en previsión de la compra de cinco buques de guerra a

El Jefe de Estado Mayor de la Marina Saudí, el almirante Abdullah Sultan Alsultan efectuó una visita oficial a Ferrol en donde inspeccionó las dependencias de la Armada y las instalaciones de Navantia, en previsión de la compra de cinco buques de guerra a la empresa española por 3.000 millones de euros. ARMADA

Estas ventas de material militar a un país que participa en un conflicto abierto, en el que existe un grave riesgo de que se cometan además crímenes de guerra y violaciones del Derecho Internacional, están expresamente prohibidas por la legislación comunitaria. Esto ha provocado que el Parlamento Europeo cargue contra "algunos Estados miembros de la UE han seguido autorizando la transferencia de armas y otros productos afines a Arabia Saudí" en una resolución aprobada a finales de febrero

Algunos de esos Estados, como Bélgica y Suecia, ya han cancelado las ventas de armas a Arabia Saudí. Mientras tanto España, con un gobierno en funciones del PP, está pendiente de la ratificación final de un contrato entre Navantia y el régimen wahabí para la construcción de cinco corbetas a cambio de unos 3.000 millones de euros. 

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