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Los alemanes se arman contra “la sensación de inseguridad”

El número de licencias de armas “no letales” se dispara un 85% durante los dos últimos años. Algunos políticos germanos muestran su preocupación

La gente mira un arma de gran tamaño colocada por activistas pacifistas frente a la Cancillería Federal en Berlín. AFP


Javier Pérez de la Cruz

Al igual que con el medio ambiente o el mercado laboral, la relación de Alemania con las armas es contradictoria.

Como sucede al promover las energías renovables mientras se sigue extrayendo el carbón más contaminante, o al presumir de bajas tasas de desempleo y tener hasta 7,5 millones de minijobs (19% de los empleos asalariados), Alemania presenta una de las leyes más restrictivas del mundo para conseguir un arma, pero al mismo tiempo es uno de los países con más ciudadanos en posesión de armas de fuego privadas.

Y a ello ahora se le añade un nuevo factor: las armas “no letales”.

En enero de 2016 había en Alemania 300.949 kleine Waffenscheine o licencias de armas pequeñas, pero que específicamente se refieren a armas "no letales", es decir, del estilo de pistolas a gas, o de fogueo, lanza bengalas, pistolas eléctricas (como las de marca Taser) o espráis de gas pimienta. Solo dos años después, el 31 de diciembre de 2017, el número de estas licencias se había disparado hasta las 557.560, según la información ofrecida por el Gobierno tras una pregunta parlamentaria de los Verdes y recogidos por el periódico Handelsblatt. Se trata de un incremento del 85% en apenas 24 meses.

El crecimiento de la demanda de este tipo de armamento ha coincidido con la sucesión de diferentes atentados terroristas en Europa y en la propia Alemania, como el ataque a un mercadillo navideño de Berlín en las navidades de 2016. Y diversos expertos coinciden en señalar que el motivo es una sensación de inseguridad creciente entre la población alemana. “Tras los ataques de la sala Bataclan de París en noviembre de 2015 una ola de inseguridad se extendió a lo largo de Alemania”, de acuerdo con Ingo Meinhard, director de la Asociación Alemana de Fabricantes y Comerciantes de Armas, en declaraciones al mismo diario.

La tendencia comienza a preocupar a algunos políticos, como al ministro del Interior del Estado de Sajonia Anhalt, el conservador Holger Stahlknecht: “Las personas creen que compran seguridad con una licencia de armas pequeñas. Pero la supuesta seguridad es engañosa, pues las armas pueden hacer que una situación de peligro empeore”.

A pesar de ser “no letales”, estas armas sí pueden causar heridas graves e incluso mortales si se disparan a corta distancia. De hecho, diversos estudios alertan de la utilización de estas por parte de la policía para controlar a grandes masas de personas.

Por ejemplo, centrado un caso de tres personas que sufrieron “serias heridas”, un grupo de investigadores franceses argumentaban con un artículo en la revista Forensic Science International (Ciencia Forénsica Internacional) el “carácter letal” de este tipo de armamento y proponían medidas para evitar sus “dramáticas consecuencias”. Otro informe publicado en 2016, en este caso por la Red Internacional de Organizaciones de Libertades Civiles, defendía una postura similar. “Al señalar los abundantes riesgos asociados con numerosas de las armas conocidas como ‘no letales’, este informe debería facilitar una muy necesaria reforma en la dependencia que tienen las fuerzas policiales en este armamento para controlar protestas y otras grandes concentraciones de personas.

30,3 armas de fuego por cada 100 personas

Obtener una licencia de arma “no letal” en Alemania es relativamente sencillo. Eso sí, se ha de ser mayor de edad y no tener antecedentes penales. En cambio, la legislación es más estricta cuando se trata de armas de fuego convencionales.

Poseer un arma aquí siempre ha sido un privilegio y no un derecho, a diferencia de los Estados Unidos, pero tras las masacres de 2002, en una escuela de Erfurt, y de 2009, en otro centro educativo de Winnenden, las autoridades alemanas restringieron todavía más las leyes. Hoy, si se tienen menos de 25 años, se ha de pasar un examen psiquiátrico para conseguir la licencia. Además, cualquier aspirante a poseer un arma debe esperar un año, someterse a un riguroso examen y explicar su motivo para querer tener un arma de fuego en casa.

Y a pesar de todo ello, abundan las armas de fuego.

En 2013, el semanario Spiegel informaba de que Alemania era el cuarto en la lista de países del mundo con mayor número de armas por habitantes, solo por detrás de Estados Unidos, Suiza y Finlandia.

Transcurridos unos pocos años, el país germano ha retrocedido en la lista, hasta la decimocuarta posición, aunque no porque haya menos armas dentro de sus fronteras, sino por el aumento en otros lugares del mundo.

Cazadora de caza alemana, apuntando con su rifle desde un puesto de vigilancia. AFP

Cazadora de caza alemana, apuntando con su rifle desde un puesto de vigilancia. AFP

Según datos de finales de 2016 de Small Arms Survey [Encuesta Pequeñas Armas], del Instituto Graduado de Estudios de Desarrollo e Internacionales, con sede en Ginebra, Suiza, en Alemania hay 30,3 armas de fuego por cada 100 personas. En cifras totales, ese dato se traduce en más de 25 millones de armas, un cálculo que encaja con los datos que, al respecto, ofrecía la Universidad de Sydney, una institución que hasta noviembre de 2016 también mantuvo una extensa base de datos.

Llama la atención, por tanto, que en la actualidad solo hay expedidos, oficialmente, permisos de posesión para unos 1,6 millones de alemanes. Estas personas son las propietarias de las cerca de 6,1 millones de armas anotadas por el Registro Nacional de Armas. Así pues, se estima que hay alrededor de 20 millones de armas de fuego ilegales en Alemania, una cifra que la policía ya consideraba en el año 2013.

Según las bases de datos internacionales mencionadas, otros países del entorno europeo como Serbia (75,6 armas por cada 100 personas), Suiza (45.7 cada 100), Suecia (31,6), Noruega (31,3), Francia (31,2) o Austria (30,4) superan a Alemania en la lista de países más armados.

Asimismo, el enorme y supuestamente descontrolado arsenal alemán no se traduce en un alto número de muertes provocado por armas. Desde las masacres de 2002 y 2009, no se han vuelto a producir tiroteos masivos. Y la comparación con Estados Unidos no deja lugar a la duda: mientras que allí los homicidios por arma de fuego suponen 3,5 muertes cada 100.000 personas, en Alemania la cifra es de apenas 0.07 por cada 100.000 habitantes.

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