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Ataque a Siria El bombardeo sobre Siria no modifica los planes de las fuerzas de Bashar Al Asad

El bombardeo aliado no ha modificado los elementos de la ecuación en Siria. Después de haber terminado de conquistar Guta Oriental esta semana, el presidente Bashar al Asad se propone seguir recuperando los territorios perdidos en los últimos años, y probablemente envíe a su ejército hacia el sur, hacia la frontera con el Golán ocupado por Israel.

Un grupo de palestinos protesta en Nablus contra el bombardeo contra Damasco. /REUTERS

Eugenio García Gascón

No parece que el bombardeo aliado contra Siria vaya a cambiar la grave situación por la que atraviesa el país. El presidente Donald Trump ha ido con cuidado para no terminar con Bashar al Asad, cuya presencia al timón ya dura 18 años, desde la muerte de su padre, Hafez al Asad, de una crisis cardiaca en 2000.

Naturalmente, esta es una mala noticia para Israel y Arabia Saudí. Estos dos países habrían preferido que la acción militar de hoy hubiera ido más lejos y hubiera acabado con el presidente sirio. No ha sido así y Asad continuará con el solo apoyo de Rusia e Irán, lo que no cambia en gran medida la ecuación actual.

Si descontamos los bombardeos similares del año pasado, vemos que Estados Unidos se ha acercado como nunca a las tropas rusas, al menos desde que terminó la experiencia soviética. Las dos potencias tienen intereses opuestos en ese país, aunque Estados Unidos no ha hecho nada significativo para acabar con el gobierno de Damasco, al menos directamente, ni para enfrentarse, también directamente, a los rusos.

Uno de los motivos de esta política es probablemente que el gobierno de Damasco le resulta a Washington rentable gracias a la venta masiva de armas a los saudíes y sus aliados. Miles de millones de dólares cada año que mantienen cientos de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos y en Europa a causa de la rivalidad entre Irán y Arabia Saudí, y entre Irán e Israel.

El uso de las armas químicas debería estar prohibido en todo el mundo; pero no solo el uso, sino también la fabricación

El uso de las armas químicas debería estar prohibido en todo el mundo; pero no solo el uso, sino también la fabricación. No obstante, no debe olvidarse que el uso de armas químicas en Siria ha sido pequeño en comparación con el de las armas convencionales, incluso si aceptamos que las armas químicas se hayan utilizado todas las veces que ha denunciado Occidente.

Si consideramos que en esta guerra que ya dura más de siete años ha habido medio millón de muertos, que es lo que aseguran algunas estimaciones, las muertes por armas químicas apenas representan una diminuta fracción muy por debajo del 1 por ciento de ese total. El resto de muertes hay que atribuirlas a armas convencionales.

Son las armas convencionales que suministran a los rebeldes las grandes potencias occidentales, las mismas armas que se usan en la guerra de Yemen y también causan allí un gran número de víctimas civiles. Sin embargo, las armas convencionales se tienen por legales en todas partes, con indiferencia del número de víctimas que ocasionan.

Tras los bombardeos de anoche, Asad sigue al frente del timón y nada indica que vaya a detener la ofensiva permanente que le está llevando a recuperar grandes extensiones de territorio perdido en años anteriores. Con Guta Oriental en sus manos, ahora tiene dos opciones, continuar hacia el sur o dirigirse al norte.

Es realmente sorprendente que en los últimos años estas dos fuerzas yihadistas no hayan disparado ni un solo tiro contra Israel

En el sur le esperan los rebeldes que se encuentran pegados a la frontera de Jordania y pegados a la frontera del Golán ocupado por Israel. Rebeldes que en gran parte son yihadistas. La frontera de Siria con el Golán, por ejemplo, pese a ser corta, está ocupada por tres fuerzas: el ejército sirio al norte, el antiguo Frente al Nusra (Al Qaeda) en el centro y el Estado Islámico en el sur.

Es realmente sorprendente que en los últimos años estas dos fuerzas yihadistas no hayan disparado ni un solo tiro contra Israel. Al contrario, existen pruebas, incluso reconocidas por el ejército israelí, de que Israel está en contacto permanente con Al Qaeda, de que cura a sus heridos en los hospitales del norte de Israel y de que luego los devuelve a las zonas de combate.

Durante los 15 meses que ha ocupado la Casa Blanca, el discurso de Trump ha sido básicamente aislacionista y esto no se ha apreciado en Arabia Saudí e Israel. Estos dos países querrían ver una implicación más directa de los estadounidenses en Oriente Próximo, pero habiendo visto la intervención militar aliada de esta madrugada, es muy posible que los componentes de la ecuación no cambien significativamente en Siria.

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