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Italia Un Salvini 'intocable'

El vicepresidente y ministro de Interior italiano evita ser procesado por secuestro de personas tras haber impedido el desembarco de un centenar de migrantes en agosto pasado y lo convierte en una victoria propagandística.

El viceprimer ministro y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, en el programa "Porta a porta". - EFE

"El ministro del interior está en todas partes", publicaba hace unos días la periodista Milena Gabanelli en el Corriere della Sera. Lo cierto es que esta frase está siendo cada vez más común no sólo en la prensa transalpina, sino también en su opinión pública, en la calle. El polémico líder de la Liga y vicepresidente de Interior Matteo Salvini (Milán, 1973) está en todos lados, menos en su oficina de ministro. Participa en todo tipo de eventos por toda Italia publicando constantemente videoselfies en su cuenta de Facebook haciendo de esta red social su principal instrumento de propaganda política y personal. Tras 10 meses en un Gobierno sui géneris, resultado de la extraña unión entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, al parecer, Salvini sigue en la cresta de la ola y no hay nadie que lo frene en su popularidad. Ni siquiera la propia Justicia italiana.

El Senado italiano, con una amplia mayoría, no concedió este miércoles la autorización para que la Fiscalía de Catania (Sicilia) pudiera proceder con la imputación de Salvini por secuestro de personas debido a lo que se conoce como el caso Diciotti. Antes de la votación, así se defendió el vicepresidente: "Amo Italia, mis hijos y mi trabajo. Me considero un chico afortunado y por ello doy las gracias a los italianos". Y añadió: "Independientemente a lo que votéis, os doy las gracias", dijo Salvini en una sesión en la que los parlamentarios socialdemócratas del Partido Democrático (PD) y de Libres e Iguales (LEU) aprovecharon para gritar "¡Verguenza! ¡Verguenza!". Finalmente, 237 votos a favor de la inmunidad, 61 en contra y ninguna abstención. "Estoy sereno", afirmó en la Cámara Alta el presidente del Gobierno, Giuseppe Conte.

El caso Diciotti podría considerarse como la primera traba judicial de Matteo Salvini siendo socio del actual Gobierno italiano liderado por Giuseppe Conte. Pero a la vez para el lombardo ha supuesto una victoria propagandística en ámbito migratorio, un tema en el que el milanés ha pretendido, en los últimos años, ser el Trump italiano en lo que a cierre de fronteras se refiere. Todo empezó en agosto de 2018, cuando 177 migrantes son rescatados por la Guardia Costera italiana, en aguas territoriales maltesas, empleando el buque Diciotti. En aquel momento, ni Italia ni Malta quieren acoger a los rescatados en algunos de sus puertos. Salvini, defensor del lema "menos salidas, menos muertos", pretende poner a prueba su mano dura en la cuestión migratoria y su papel como socio del Gobierno italiano. Cuatro días después del rescate, el buque militar sigue en navegación en las inmediaciones de la isla siciliana de Lampedusa sin posibilidad de atracar, con unos migrantes cada vez más cansados. Al día siguiente, el barco de la Guardia Costera italiana recibe la orden de atracar en el puerto de Catania, en Sicilia, pero Salvini, en cuanto ministro del Interior, mantiene la prohibición de cualquier tipo de desembarque por parte de los rescatados. Y así otros cinco días más, tras diez en total, cuando finalmente los inmigrantes y refugiados son acogidos por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Albania e Irlanda.

Parodia de Salvini durante el carnaval de la ciudad alemana de Dusseldorf. - REUTERS

Parodia de Salvini durante el carnaval de la ciudad alemana de Dusseldorf. - REUTERS

Matteo Salvini hará de un simple rescate un caso político italiano y europeo, tratando de demostrar que "Italia ya ha hecho lo suficiente en ámbito migratorio en los años anteriores" y así seguir seduciendo a su propio electorado. Sin embargo, la Fiscalía de Catania procedió con la imputación del ministro del Interior por "abuso de poder", ya que éste ha impedido la "libertad personal de 177 individuos de diferentes nacionalidades en el puerto de Catania". Así pues, hasta este miércoles, según la Justicia italiana, Salvini estaba acusado de secuestro de persona por haber bloqueado a dichos migrantes durante cinco días y a la vez por haber incumplido normativas internacionales.

¿Cómo se ha llegado a la inmunidad del vicepresidente Salvini tras el caso Diciotti? La clave está en la aritmética política. Tras las elecciones generales italianas de 2018, había sólo un Gobierno posible para no repetir elecciones: el que viera unidos de forma anómala el Movimiento 5 Estrellas de Luigi Di Maio (entonces, 32% de los votos) y la Liga de Salvini (17%). Con la creación del actual Ejecutivo el pasado junio, un Movimiento 5 Estrellas predominante convirtió a la Liga en socio ecuánime, pensando que así podrían hacer, juntos, las reformas antiestablishment que pretenden desarrollar en coalición.

El problema es que con un Salvini innegablemente carismático entre los suyos, ahora la situación está completamente del revés: según los últimos sondeos de la empresa Tecné para Mediaset Italia, la Liga se coloca como primera fuerza política en el país con un 31% de las intenciones de voto, seguida del Movimiento 5 Estrellas (22%), del socialdemócrata Partido Democrático (20%) y del la Forza Italia (12%) de Silvio Berlusconi. Así pues, sea como fuere, al M5E y a la Liga les interesa estar juntos, antes que con cualquier otra formación a día de hoy descafeinada ante la ola antiestablishment.

¿Cómo gestionar el caso Diciotti, entonces? El Movimiento 5 Estrellas ─formación que nació con el objetivo de promover la "honestidad" en la política─ para evitar las discusiones internas relativas a si "salvar" o no al socio Salvini, votó hace un mes por vía telemática para que el partido tuviera una postura única al respecto. El "no" a la imputación del socio Salvini ganó con una mayoría del 59%, provocando el surgimiento de un número importante de desencantados del Movimiento 5 Estrellas por toda Italia. Mientras tanto el Partido Democrático, tras la era personalista y centrista de Matteo Renzi, observa de cerca estos días el estreno oficial de Nicola Zingaretti, su nuevo secretario general.

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