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Conflicto entre los servicios de inteligencia Israel espía a Donald Trump

Una información del portal estadounidense 'Político' ha revelado esta semana que los servicios de inteligencia israelíes espían al presidente Donald Trump y a sus principales colaboradores. La noticia, que se apoya en tres exfuncionarios de los servicios de inteligencia estadounidenses, la ha negado categóricamente el primer ministro Benjamín Netanyahu. Este no es el primer conflicto entre los dos países en el área de la inteligencia.

Donald Trump y el premier israelí Benjamin Netanyahu, en Nueva York. | Reuters

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Los servicios de inteligencia israelíes están detrás de un gran número de dispositivos electrónicos de escucha de las conversaciones telefónicas que se llevan a cabo en la Casa Blanca y en otros lugares “sensibles” de Washington, según una información publicada este jueves por el portal estadounidense Político.

Según el portal, el principal objetivo de los dispositivos, descubiertos a finales de octubre de 2018 por el FBI, era escuchar las conversaciones del presidente Donald Trump y de sus más estrechos colaboradores. La revelación se atribuye a tres distintos exfuncionarios estadounidenses que la habrían corroborado a Político.

Fue muy claro que los israelíes eran los responsables”, indicó al portal un exalto funcionario de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Sin embargo, la administración Trump, no adoptó ninguna medida de represalia y el mismo jueves el presidente declaró que no creía que los israelíes le estuvieran espiando, para añadir a continuación: “puede ser cualquier cosa”.

Los funcionarios estadounidenses se quedaban sorprendidos cuando despachaban con sus colegas israelíes porque estos a menudo parecían estar al tanto de las discusiones internas que mantenían los estadounidenses, incluso en los más pequeños detalles.

“En ocasiones había expresiones del lenguaje que por lo que a nosotros respecta solamente se habían usado en borradores de discursos y nunca se habían utilizado en público. Entonces algún funcionario israelí nos las repetía y nos decía: ‘Sería realmente problemático que dijerais X’”, reveló un exfuncionario estadounidense.

La revelación fue contestada inmediatamente por el primer ministro Benjamín Netanyahu y otros altos cargos de su gobierno. “Tenemos una directiva, tengo una directiva: no hacemos trabajo de inteligencia en Estados Unidos, no tenemos espías. Y se aplica con vigor, sin ninguna excepción. (El informe de Político) es una fabricación completa, una fabricación completa”, reiteró Netanyahu.

El ministro de Exteriores y de los Servicios de Inteligencia, Israel Katz, se expresó en términos semejantes. El diario Yediot Ahronot citó a funcionarios israelíes que atribuyeron la filtración a “elementos que tratan de enturbiar (las relaciones) entre los dos países”. Pero el hecho de que hayan sido nada menos que tres exfuncionarios los que han confirmado el incidente da credibilidad a la información.

Uno de los exfuncionarios señaló que no le constaba que la Casa Blanca hubiera adoptado ninguna medida contra Israel. “La reacción fue muy diferente de la que podía haber sido con la última administración (de Barak Obama). Con esta administración hay otras consideraciones muy distintas en relación a esto”. El exfuncionario añadió que la actitud de Trump con respecto a Israel es muy diferente a lo que se ha hecho en casos similares con otros países.

El espionaje de Israel, en el punto de mira de la CIA

Político se puso en contacto con el FBI y el Departamento para la Seguridad Interior de Estados Unidos pero en ambos casos declinaron comentar la información. En el pasado, los servicios de inteligencia americanos han mostrado preocupación por las “agresivas” actividades de Israel en su suelo.

Hacia octubre de 2018, funcionarios del Departamento para la Seguridad Interior descubrieron los dispositivos de vigilancia cerca de la Casa Blanca y en otros lugares sensibles del área de Washington. El Departamento se puso en contacto con otras agencias, como el FBI y la CIA, que llevaron a cabo una exhaustiva investigación que condujo a Israel.

La información cita a otros exfuncionarios y a empleados que han trabajado en administraciones anteriores a la de Trump que afirman que existe una “común preocupación” acerca del espionaje que Israel lleva cabo en la Casa Blanca. No obstante, Trump prefiere no hacer caso de la inquietud de sus servicios de inteligencia en lo tocante al estado judío.

Un largo historial de colaboración

La cooperación entre los servicios de inteligencia israelíes y norteamericanos es muy amplia, según ha reconocido el propio Netanyahu. En el pasado, la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos pasó a Israel más de un millón de grabaciones telefónicas de ciudadanos americanos “en bruto” para que los servicios israelíes dispusieran de ellas libremente.

Esta filtración, de la que en su momento se hicieron eco varios medios de Estados Unidos destacando que la transferencia de la información en bruto era ilegal, ofrece una idea de lo estrecha que es la colaboración entre los dos países en una materia tan sensible como es la inteligencia.

Las revelaciones de Político no son el único caso en que los dos servicios de inteligencia han entrado en conflicto. En más de una ocasión se ha filtrado la existencia de un alto malestar dentro de los servicios de inteligencia americanos por las actividades que los servicios de inteligencia israelíes llevan a cabo en Estados Unidos.

El desencuentro más sonado

Aunque este tipo de incidentes no suelen trascender, el conflicto más sonado es el de Jonathan Pollard, un analista de los servicios de inteligencia americanos que en los años ochenta pasó una enorme cantidad de información secreta al Mosad israelí. Pollard reconoció su culpabilidad en 1987 y fue condenado a cadena perpetua. En prisión recibió la nacionalidad israelí y en 2015 salió de la cárcel.

Las autoridades americanas no le han permitido abandonar Estados Unidos a pesar de la petición en ese sentido de numerosos líderes israelíes. Cada vez que se habla del posible indulto de Pollard, los responsables de los servicios de inteligencia estadounidenses comunican al presidente de Estados Unidos que el indulto causaría un grave perjuicio al país.

Según se publicó en su momento, Pollard traspasó al Mosad documentación secreta equivalente a varios camiones cargados de documentos que más de tres décadas después sigue siendo útil a Israel. También se publicó que entre esa información estaban los nombres y contactos de todos los agentes de la CIA en el mundo y que Israel practicó chantaje con esos agentes para que se convirtieran en agentes del Mosad bajo la amenaza de que, si no colaboraban, revelarían su identidad.

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