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ATENTADO Seis empleados del Comité Internacional de la Cruz Roja, asesinados en Afganistán

Otros dos integrantes de la organización están desaparecidos tras un ataque contra uno de sus convoyes de reparto de ayuda humanitaria en el norte del país. 

Seis empleados de la Cruz Roja han sido asesinados en Afganistán / EFE

EFE

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha sufrido este miércoles la peor tragedia en 20 años en Afganistán con la muerte de seis de sus miembros y la desaparición de otros dos en un ataque contra uno de sus convoyes de reparto de ayuda humanitaria en el norte del país.

Casi un mes después de la liberación del cooperante español Juan Carlos Real, que permaneció secuestrado durante cuatro semanas, un grupo de sus voluntarios fueron interceptados mientras llevaban pienso para animales en la provincia norteña de Jawzjan, una zona controlada por insurgentes y delincuentes en la que, según informó la Policía, sólo se adentra esta organización humanitaria.

El jefe de la Policía de Jawzjan, Rahmatullah Turkistani, ha confirmado que los fallecidos son de nacionalidad afgana e informó de que los cadáveres ya han sido recuperados y entregados al representante del CICR en esta zona.

"Los insurgentes interceptaron los convoyes y dispararon a los empleados de CICR, incluidos los tres conductores", dijo la fuente, que añadió que el suceso se produjo en torno a las 12.00 hora local (07.30 GMT).

Turkistani aseguró que el ataque lo llevaron a cabo "militantes" del grupo yihadista Estado Islámico, aunque de momento no se ha atribuido la acción.

Los talibanes, por su parte, se desvincularon del asalto, que atribuyó a un grupo de "secuestradores", una definición que en ocasiones este grupo insurgente utiliza para referirse al Daesh, con el que está enfrentado.

"El grupo armado que ha atacado a los empleados de Cruz Roja ha estado involucrado en varios casos de secuestros y hace unos días mató a tres de nuestros militantes", ha indicado uno de los portavoces de los talibanes, Zabihullah Mujahid, que aseguró que "con suerte" ese grupo detendrá a los autores.

El director general de CICR, Yves Daccord, se mostró impactado por la muerte y desaparición de sus colegas afganos en el que, según el organismo, constituye el peor ataque de los últimos 20 años que ha sufrido la organización en Afganistán.

"Eran muy experimentados y conocían muy bien la región (...) aún no puedo creer que la gente pueda atacar a Cruz Roja y a los colegas de CICR", dijo Daccord conmovido en un mensaje de vídeo colgado en la cuenta de Twitter de CICR.

La organización informó en un comunicado de que el equipo atacado estaba compuesto por tres conductores y cinco trabajadores sobre el terreno que se dirigían a un área del sur de la ciudad de Shibergan, en la provincia de Jawzan, para entregar pienso para el ganado, unos víveres "muy necesitados" por la población local.

La jefa de la delegación del CICR en Afganistán, Mónica Zanarelli, añadió que aún no está claro cómo afectará esta masacre a las labores de ayuda humanitaria que lleva a cabo la organización en el país asiático.

"En este momento, es prematuro determinar el impacto de este espantoso incidente en nuestras operaciones en Afganistán", dijo.

Por su parte, el coordinador de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación Humanitaria (OCHA) en Afganistán, Mark Bowden, condenó el ataque y pidió de nuevo a las partes implicadas en el conflicto que respeten las vidas de los civiles y permitan a los cooperantes trabajar en un ambiente seguro.

La misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) informó el pasado día 6 de que el año 2016 fue el más cruento para la población civil en el país, desde que en 2009 empezó a establecer un recuento de víctimas del conflicto.

De acuerdo con fuentes estadounidenses, el Gobierno afgano continua perdiendo terreno ante los grupos insurgentes y controla ya apenas un 57 % del país.

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