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Irán suprime la policía de la moral y trabaja en la modificación de la ley del velo islámico

La decisión llega en un momento en que Irán vive protestas generalizadas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte bajo la custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, que había sido arrestada precisamente por la policía de la moral por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.

30/11/22 Una aficionada iraní sostiene una camiseta de fútbol con el nombre de Mahsa Amini como protesta durante un partido del Mundial de Catar
Una aficionada iraní sostiene una camiseta de fútbol con el nombre de Mahsa Amini como protesta durante un partido del Mundial de Catar. Dylan Martinez / Reuters

Irán ha suprimido la policía de la moral, la fuerza que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía, sobre todo, a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica, según ha asegurado el fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí.

La decisión llega en un momento en que Irán vive protestas generalizadas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte bajo la custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, que había sido arrestada precisamente por la policía de la moral por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.

"La policía de la moral ha sido desmantelada por la misma gente que la creó", se limitó a anunciar el fiscal durante una reunión en la ciudad de Qom, antes de afirmar que esta organización, encargada de la observación de los valores tradicionales islámicos, "no tiene nada que ver con la Judicatura iraní", responsable oficial de esta práctica, según declaraciones recogidas por el medio reformista del país Shargh Daily de las que informa Europa Press. 

El propio fiscal ha reconocido que el sistema judicial no persigue exactamente el cierre de esta "policía de seguridad social", pero los recientes incidentes, en relación a las protestas, han llevado al estamento de seguridad a buscar "una solución prudente a este problema" de acuerdo con declaraciones adicionales recogidas por Radio Farda, la emisora internacional de EEUU para Irán.

Asimismo, Montazerí ha anunciado que el Parlamento iraní y un organismo especial encabezado por el presidente de Irán, Ebrahim Raissi, estaban trabajando en una "modificación" de la ley sobre el uso obligatorio del velo islámico, sin especificar en qué dirección se alterará el texto.

Si bien el estamento clerical iraní ha reconocido errores en las operaciones de contención, achaca el grueso de estas manifestaciones a "alborotadores y terroristas" al servicio de la oposición en el exilio o agentes extranjeros.

El resultado de las deliberaciones, ha avanzado el fiscal general, se darán a conocer "en los próximos quince días".

El fiscal, no obstante, explicó que el Poder Judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y subrayó que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante, sobre todo en la ciudad santa de Qom, al sur de Teherán.

"El mal hiyab (velo islámico) en el país, especialmente en la ciudad santa de Qom, es una de las principales preocupaciones del poder judicial así como de nuestra sociedad revolucionaria, pero cabe señalar que la acción judicial es el último recurso y las medidas culturales anteceden a cualquier otra", justificó en un discurso en una reunión con clérigos en Qom.

La ciudad de Qom es el centro teológico de Irán, donde están situados los principales seminarios del país y donde visitan y estudian miles de peregrinos y seminaristas de todo el mundo.

Las protestas piden el fin de la República Islámica

"No se trata de protesta, esto es una revolución", "no queremos República Islámica", "muerte al dictador", son algunos lemas que gritan los manifestantes en protestas callejeras o por las noches desde las ventanas de sus casas y escriben en los muros de los edificios desde el pasado mes de septiembre.

Segun el Consejo de Seguridad de Irán desde el comienzo de las protestas han muerto "más de 200 personas", pero organizaciones humanitarias extranjeras, como Iran Human Rights, con sede en Oslo, sitúan el número de muertos en 448 por la fuerte represión policial.

Además, al menos 2.000 personas han sido acusadas de diversos delitos por su participación en las movilizaciones, de las que seis han sido condenadas a muerte.

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