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Irán silencia las protestas con la represión de las manifestaciones y la detención de activistas y periodistas

Al menos 76 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad, según la ONG Iran Human Rights.

Manifestantes protestan tras la muerte de Mahsa Amini en una concentración en Barcelona, a 27 de septiembre de 2022.
Manifestantes protestan tras la muerte de Mahsa Amini en una concentración en Barcelona, a 27 de septiembre de 2022. Marta Pérez / EFE

Las autoridades iraníes están tratando de silenciar las protestas por la muerte de Mahsa Amini, la joven que falleció bajo custodia de la Policía de la moral tras ser detenida por llevar mal puesto el velo. A la represión de las manifestaciones se suma la de la información, con la detención de activistas y periodistas, así como la imposición de fuertes restricciones de internet.

En 12 días de movilizaciones se han producido unas 1.200 detenciones, según datos oficiales. Entre ellos se encuentran 23 periodistas, de acuerdo al Comité para la Protección de Periodistas, con sede en Nueva York. Una de ellas es Nilufar Hamedi, una de las primeras en informar del caso de Amini para el diario reformista Shargh Daily, y que se encuentra en confinamiento solitario.

La reconocida fotoperiodista Yalda Moaiery fue arrestada durante los primeros días de las protestas y está encarcelada en la prisión Qarchak para mujeres en Teherán. También han sido detenidas conocidas activistas como Maryam Karimbeigi y Golrokh Iriyaei, según ha informado la Unión de Trabajadores Libres de Irán, así como Hossein Ronaghi y varios abogados especializados en derechos humanos.

También ha sido detenida Faezeh Hashemí Rafsanyaní, activista e hija de uno de los fundadores de la República Islámica de Irán y figura clave de la revolución de 1979, Akbar Hashemí Rafsanyaní. Hashemí, de 59 años, ha sido acusada de "incitar a los alborotadores en los disturbios"

Todos ellos compartían en redes sociales o través de aplicaciones como Telegram informaciones de las protesta y vídeos de mujeres quemando velos que han dado la vuelta al mundo. Imágenes que cada vez son más difíciles de difundir ante las restricciones de internet.

Las autoridades iraníes han cortado las redes sociales por las tardes y noches, cuando suceden las protestas. Whatsapp e Instagram han sido bloqueadas. Se unen a Facebook y Twitter, que nunca están accesibles en el país, aunque los usuarios las usan con VPN (programas antifiltros de internet), que también están fallando.

Con casi todos los medios en manos de instituciones vinculadas a las autoridades iraníes, los pocos periodistas y activistas independientes detenidos, además de los escasos medios internacionales sujetos a fuertes restricciones, cada vez es más difícil saber qué está ocurriendo. Así, ni siquiera se conoce el número de muertos en las protestas. La televisión estatal iraní afirmó hace dos días que 41 personas han fallecido, pero matizó que se trata de un recuento propio y no de las cifras oficiales.

La ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo, ha aumentado la cifra de fallecidos a 76. La organización ha denunciado el uso de tortura y malos tratos contra los detenidos para forzar "confesiones televisadas falsas" y ha alertado de que las fuerzas de seguridad están disparando munición real contra los manifestantes, algo que ha confirmado también la ONU. Los antidisturbios iraníes también están empleando porras, gases lacrimógenos y camiones de agua para reprimir las protestas.

Fotografía de un cartel en una manifestación junto a la embajada de Irán en Ciudad de México (México), a 27 de septiembre de 2022.
Fotografía de un cartel en una manifestación junto a la embajada de Irán en Ciudad de México (México), a 27 de septiembre de 2022. Mario Guzmán / EFE

Amini, joven kurda de 22 años, se ha convertido en un símbolo que ha canalizado la furia popular en unas protestas en las que se piden libertades, a diferencia de otras movilizaciones de los últimos años centradas en cuestiones económicas. Si Amini es el símbolo de la llamada generación de los 1380 (según el calendario iraní, los nacidos desde los 2000), el velo representa el Gobierno, el Estado y los clérigos.

"Estoy muy enfadada", dice a Efe una joven universitaria que ha participado en las manifestaciones. "Estoy muy triste porque mataron a Mahsa. Estoy enfadada porque mataron al primo de un amigo y pegaron a una amiga", continúa Maryam, que en realidad se llama de otra manera, pero prefiere no revelar su verdadero nombre por seguridad.

"Las mujeres hemos puesto en marcha estas movilizaciones. A las que no queremos taparnos nos tratan como criminales", asegura. "Como mujeres que formamos parte de la sociedad tenemos que derecho a elegir nuestra ropa", afirma.

Maryam pertenece a una generación que creció con el expresidente reformista Hasan Rohaní (2013-2021), una época en la que disfrutaron de ciertas libertades, la Policía de la moral perdió protagonismo en las calles y el rigor de los velos se relajó. Pero el presidente ultraconservador Ebrahim Raisí ganó las elecciones de 2021 y este junio se empezó a aplicar de forma más estricta las leyes de vestimenta y comportamiento. Además, la Policía de la moral volvió con fuerza a la calle en momento en el que la población está muy golpeada por una crisis económica que dura años, una inflación en torno al 40% y la sensación de que las cosas no mejorarán.

Así, la generación de jóvenes universitarios se ha rebelado, en especial las mujeres, que sufren a la Policía de la Moral y las restricciones en general, aunque no faltan hombres en las movilizaciones. A pesar de las limitaciones para saber lo que está ocurriendo ante el apagón informativo que ha impuesto el Gobierno iraní, las protestas continúan.

En las últimas horas se han compartido vídeos sin verificar que muestran a jóvenes protestando al grito de "Mujeres, vida, libertad", lema de estas movilizaciones, en ciudades como Teherán, Yazd y Tabriz. Todo ello a pesar de las advertencias de Raisí, el Ejército, la poderosa Guardia Revolucionaria o el Poder Judicial. "Yo creo que hay que salir y protestar porque si no esto no se va a acabar nunca. Hasta cuándo tenemos que permanecer callados", concluye Maryam en su conversación con la Agencia Efe.

España convoca al embajador de Irán

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha convocado al embajador de Irán en España, Hassan Qashqavi, para expresar su protesta por la represión de las manifestaciones y la vulneración de los derechos de las mujeres en el país.

El Gobierno ha expresado su firme condena por la violencia ejercida contra manifestantes pacíficos y ha exigido a las autoridades del país que se respete y garantice el derecho de todos sus ciudadanos a expresarse y manifestarse "libre y pacíficamente". 

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