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Jerusalén Mahmud Abás sigue sin admitir que las reglas del juego han cambiado

Rechazado por los países árabes y por Europa, el líder palestino se aferra a su silla obedeciendo siempre las normas que le impone Israel. Durante 15 años de mandato, ha visto empeorar la realidad de los palestinos a diario hasta llegar a una situación irreversible.

El presidente palestino, Mahmud Abás. / Europa Press
El presidente palestino, Mahmud Abás. / Europa Press

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El presidente Mahmud Abás persiste en ignorar que las reglas del juego han cambiado y que nunca conseguirá de los israelíes un acuerdo medianamente justo. Y pese a esta obviedad, continúa aferrándose a un cargo que en la práctica requiere de él colaborar estrechamente en el día a día de la ocupación, tal como ha hecho a lo largo de los últimos tres lustros, sin obtener a cambio nada que no sea una situación cada día peor.

El elemento más claro de su colaboración es la llamada "coordinación de la seguridad", un mecanismo que en la práctica les sirve a Israel y a Abás para sofocar cualquier disidencia y no solo la resistencia violenta contra la ocupación militar. Abás ha amenazado en varias ocasiones con poner fin a ese diabólico mecanismo, pero nunca lo ha hecho, principalmente porque su eliminación acabaría en breve con su carrera política.

En la sesión que el Consejo de Seguridad celebró el martes, Abás dijo que el objetivo del "acuerdo del siglo" impuesto por el presidente Donald Trump y el primer ministro Benjamín Netanyahu es "poner fin a la cuestión palestina". No se puede decir más claro. Desde hace muchos años no es ninguna novedad, pero cada día que pasa es más evidente: las reglas han cambiado y los palestinos están solos y sin el menor sostén de sus históricos aliados, árabes y europeos incluidos.

Americanos e israelíes salieron satisfechos con la ausencia de resultados en el Consejo de Seguridad, después de que los palestinos se dieran cuenta de que no contaban con suficiente apoyo para aprobar su propuesta de resolución condenatoria del "acuerdo del siglo". Esto revalida la aplicación del falso statu quo que permite a Israel seguir expandiendo las colonias a su antojo. En el Consejo de Seguridad las reglas también han cambiado.

Altercados

Esto ocurría mientras tres israelíes pinchaban las ruedas de más de 200 vehículos palestinos y realizaban pintadas contra los no judíos, unas acciones que Netanyahu condenó con la boca pequeña y repitiendo que los autores serás apresados y juzgados, algo que sencillamente no suele ocurrir porque las autoridades israelíes ignoran este tipo de acciones. Mientras, la prensa hebrea se desgañita calificando de "antisemita" el menor incidente que sufre un judío en Occidente.

El diario Makor Rishon tildó el discurso de Abás de "quejumbroso" y dijo que el acuerdo del siglo "brinda una oportunidad realista a los palestinos". Cínicamente, el diario de los colonos agregó que "el acuerdo es un paso hacia la creación de un estado palestino con Jerusalén por capital", citando al yerno de Trump Jared Kushner.

Por su parte, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, fue más enfático y sarcástico: "No habrá progreso en el proceso de paz mientras Abu Mazen (Abás) continúe en el cargo, puesto que es un líder que elige la incitación y la glorificación del terrorismo, por lo que nunca puede ser un socio para la paz. La paz está en el corazón del pueblo judío e Israel agradece a Trump su compromiso con la paz2.

Las Naciones Unidas publicaron el miércoles la lista de 112 empresas, en su mayoría israelíes, que operan en los territorios palestinos ilegalmente, pero este paso no tendrá consecuencias significativas para la ocupación. En Israel se acusó a la ONU de "antisemitismo", como es habitual en estos casos, sin mencionar la brutal ocupación y la desposesión permanente a la que el estado judío somete a los palestinos.

Como contrapunto, el mismo miércoles el canal israelí I24 News reveló que el presidente de la Bolsa de Diamantes de Dubai, Ahmed bin Sulayem, ha estado visitando Israel durante tres días para participar en la Semana Internacional del Diamante celebrada en Tel Aviv. Es otra señal de la creciente normalización entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos. Varios ministros israelíes han visitado ese país en los últimos meses.

"No están muy bien informados de lo que está sucediendo sobre el terreno"

En otro toque de cinismo, la prensa hebrea dijo que los miembros del Consejo de Seguridad "no están muy bien informados de lo que está sucediendo sobre el terreno", ignorando la brutal ocupación y el robo continuado de tierras palestinas, así como las duras condiciones del apartheid que condena a los palestinos a vivir en pequeños guetos rodeados de fanáticos, con unas reglas de juego impuestas por Israel que cada vez son más dañinas.

Un Abás desesperado pidió una reunión del Cuarteto para revisar la situación, pero el Cuarteto, al igual que la Unión Europea, abandonó a los palestinos hace tiempo. La Europa autista de nuestros días no quiere saber nada de ese problema que durante décadas ha desestabilizado Oriente Próximo y ha tenido consecuencias nefastas más allá de la región. Abás tampoco quiere darse por enterado de que las reglas cambiaron hace tiempo y él sencillamente no pinta nada, o, como dicen los palestinos, se ha convertido en un colaborador necesario de la ocupación.

Abás denunció que el acuerdo del siglo creará "un queso suizo" en los territorios ocupados, pero todos esos agujeros negros donde viven los palestinos no se decidieron con el acuerdo del siglo. El queso se empezó a fraguar tras la guerra de 1967 y hace muchos años que Israel fue reduciendo el tamaño de los agujeros sin que Abás hiciera nada para evitarlo. Ahora es demasiado tarde para llorar ante el Consejo de Seguridad, pero no es demasiado tarde para que el presidente palestino, de 84 años, asuma las consecuencias y se retire de la política.

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