Público
Público

La reelección de Putin da el pistoletazo para el rearme europeo, sin excluir una guerra abierta con Rusia

La victoria electoral del presidente ruso ofrece a la UE la excusa que esperaba para lanzar su carrera armamentística ante una "amenaza total y absoluta".

Unas pantallas gigantes muestran el rostro del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un acto en la Plaza Roja de Moscú, para conmemorar el décimo aniversario de la anexión rusa de Crimea de Ucrania, un día después de ser declarado de las recientes elecc
Unas pantallas gigantes muestran el rostro del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un acto en la Plaza Roja de Moscú, para conmemorar el décimo aniversario de la anexión rusa de Crimea de Ucrania, un día después de ser declarado de las recientes elecciones presidenciales. Unas pantallas gigantes muestran el rostro del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un acto en la Plaza Roja de Moscú, para c / REUTERS/Stringer

Los fabricantes de armas, sobre todo estadounidenses, pero también la ambiciosa industria europea de defensa, se frotan las manos con la victoria de Vladímir Putin en las elecciones rusas celebradas este fin de semana. El inevitable resultado de estos comicios dominados por la represión ofrece a la Unión Europea la excusa perfecta para cerrar filas contra un enemigo externo y apostar por una carrera militarista que no excluye un choque directo y suicida con Moscú.

La victoria de Putin, con el 87,28% de los votos emitidos, permite al reelegido presidente ruso ampliar su mandato hasta 2030, redoblar los esfuerzos para sostener la guerra de Ucrania y aumentar su persecución de la oposición interna.

Pero también le ofrece un respiro en su aislamiento internacional, reforzando sus lazos con los países del llamado Sur Global y especialmente con China, cuyo Gobierno fue de los primeros en apresurarse a felicitar a Putin por su victoria y a subrayar la calidad de la "asociación estratégica" entre Pekín y Moscú como contrapeso a Occidente.

El factor chino de Putin

La creciente alineación de China con Rusia es producto en buena parte de la presión estadounidense, pero también de la ceguera europea, que prefiere apostar por un mundo unipolar, con Washington como líder hegemónico, poniendo en riesgo sus lazos con quien está marcando el rumbo de la economía mundial, Pekín.

Un informe anual de la OTAN publicado el jueves puso de manifiesto este endurecimiento de la posición europea y de la Alianza Atlántica ante China. Pekín "no comparte nuestros valores" y "desafía nuestros intereses", afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Lo cierto es que la buena sintonía de Putin y el presidente chino, Xi Jinping, favorece a las dos partes. Ya en vísperas de la invasión de Ucrania, Putin y Xi proclamaron la "amistad sin límites" entre China y Rusia, y es de esperar que en 2024, cuando se cumple el 75 aniversario del establecimiento de sus relaciones diplomáticas y con el presidente ruso renovado en el poder, se afiance esa alianza, para preocupación de EEUU y los países europeos.

Rusia, una amenaza "total y absoluta"

Pero sobre todo, la confirmación de Putin al frente del Kremlin para un quinto mandato sin rivales y sin perspectivas de sucesión provoca un pico de tensión entre Rusia y sus vecinos europeos, que, obviando toda opción de diálogo, priorizan el rearme y la política común de defensa frente a la Europa social, sin evaluar el posible descarrilamiento del sistema de prosperidad europeo.

Países como España, que habían mantenido cierta moderación ante la guerra, aún apoyando sin fisuras a Kiev, se muestran ahora más agresivos y tocan a rebato las campanas ante una futura e "inevitable" agresión rusa contra Europa.

Así, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, no tuvo reparos en afirmar, en relación con la victoria de Putin, que en estos momentos la amenaza de Rusia "es total y absoluta".

"No hay más que oír las últimas declaraciones de Putin, en las que habla de la posibilidad de agresiones nucleares. Europa tiene que ser consciente de que el peligro está muy cerca; no es una pura hipótesis, es real. Los países fronterizos con Rusia lo perciben muy bien; quizá los del sur no tenemos esa conciencia", aseveró la ministra española.

El enemigo a las puertas

Este envite amedrentador de Robles y otros líderes de la UE intenta movilizar a la opinión pública europea ante el inminente giro hacia esa "economía de guerra" reclamada por Bruselas, a fin de sacar adelante unos elevadísimos presupuestos de defensa (hasta el 2% del PIB que reclama la OTAN) que descabalgan las cuentas.

También aprovecha este talante belicista el tirón de la victoria de Putin para expandir el alarmismo propagado desde Bruselas ante el curso adverso que está tomando la guerra de Ucrania, con la UE incapaz de proporcionar toda la munición que necesita Kiev para recuperar territorio y con Rusia cada vez más fuerte en la quinta parte del país que le ha arrebatado ilegalmente a los ucranianos.

La UE está diseñando una nueva estrategia de defensa que apuesta por disparar el gasto en armamento justo cuando la situación económica del continente deja mucho que desear. Por eso, convencer a la opinión pública de la necesidad de renunciar a las mejoras sociales a cambio de fabricar más misiles y tanques siempre será más fácil si hay un enemigo a las puertas, sea real o fabricado.

En este marco se encuadra la petición de catorce países europeos para que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) incremente su financiación de la industria europea de defensa. En una carta dirigida a la presidenta del BEI, Nadia Calviño, se pide la aprobación urgente de inversiones adicionales de esa institución para "fortalecer las capacidades de defensa y seguridad" de la Unión UE como consecuencia de la guerra de Ucrania.

Tropas europeas en Rusia

Más inquietante es la posición de Francia, Polonia o los países bálticos, que insisten en elevar un grado más la participación europea en la guerra de Ucrania, ya no solo con armas y dinero, sino también con tropas. Este paso cruzaría el Rubicón de la confrontación con Rusia y podría llevar a una guerra abierta con Moscú, como ha advertido ya Putin.

En una entrevista publicada este domingo en el diario Le Parisien, el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró que puede ser necesario el despacho de fuerzas armadas europeas a Ucrania para frenar a Rusia y que "muchos países de Europa, y no de los más pequeños", están de acuerdo con Francia. Ya lo dijo en febrero, pero ahora suena como un desafío directo al Putin victorioso.

Macron, en esa entrevista se muestra condescendiente con Rusia y afirma que "es una potencia mediana dotada del arma nuclear, pero su PIB es muy inferior al de los europeos, inferior al de Alemania y Francia". Una observación muy osada sobre un país con un millón de soldados en servicio activo y dos millones más en la reserva, y con 5.580 armas nucleares, de ellas 1.822 ojivas desplegadas y 521 misiles balísticos armados con cabezas atómicas a bordo de submarinos.

Sin embargo, en los pasillos de Bruselas se insiste en que Putin no se atreverá a utilizar las armas estratégicas ni tampoco las bombas nucleares tácticas, como las desplegadas al empezar la guerra en Bielorrusia, capaces de borrar del mapa cualquier contingente europeo de varios miles de soldados que tratara de acceder al territorio ucraniano desde Polonia, Eslovaquia, Hungría o Rumanía.

En su discurso tras la victoria electoral de este domingo, donde obtuvo el apoyo de 88 de los 112 millones votantes, Putin lo dijo muy claro: una guerra entre Rusia y la OTAN es posible en los momentos actuales. "Todos comprenden que eso nos colocaría a un paso de una Tercera Guerra Mundial a gran escala. No creo que a nadie le interese esto", afirmó.

Putin se refirió también a la presencia en Ucrania de militares de la OTAN. Tanto Polonia como Alemania han reconocido que ya hay en Ucrania asesores e instructores de la OTAN, principalmente británicos y franceses, ayudando en el manejo de sistemas de misiles como los Storm Shadow, así como en la formación de las tropas. Tampoco es un secreto que las inteligencias de EEUU y la británica están asistiendo sobre el terreno a la ucraniana.

Según Putin, la situación es distinta: "Los soldados de la OTAN están allí presentes [en Ucrania]. Lo sabemos". Esto, añadió, "no es nada bueno, principalmente para ellos, ya que están muriendo" y "en grandes cantidades".

¿Una bravata o el fracaso de la ayuda militar europea a Ucrania?

En todo caso, la creciente apuesta para llevar tropas a Ucrania, después del fracaso de los tanques europeos de última generación atrapados entre el barro y las minas, o la promesa aún por cumplir de mandar aviones de combate F-16, podría ser una bravata francesa coreada por un puñado de países que, en caso de desatarse una guerra con Rusia, serían los primeros en sufrir sus efectos.

Pero también puede ser la constatación de que la UE no puede cumplir sus compromisos con Kiev a la hora de suministrar a tiempo millones de rondas de munición para artillería, sin la cual el ejército ucraniano tiene pocas probabilidades de soportar otro año de guerra. En lugar de granadas de obús, mandamos hombres, podría ser el mensaje galo.

Bruselas ha aprobado este mes una ayuda de 5.000 millones de euros de asistencia militar a Ucrania. Sin embargo, ahora hay que arrancar los mecanismos de entrega de esa ayuda y su conversión en misiles y munición de artillería, una tarea ardua y que requiere un tiempo que no tiene Ucrania.

Todo ello, mientras sigue congelada en el Congreso de Estados Unidos la ayuda prometida por el presidente Joe Biden a Ucrania de 55.000 millones de euros y con la sombra de la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre y su promesa de acabar con la guerra de Ucrania en 24 horas.

Mientras, a Rusia no le faltan las municiones, con su industria militar trabajando a destajo, una economía apenas alterada por las sanciones internacionales, y con la posibilidad de adquirir proyectiles de artillería de Corea del Norte, otro de los países que se han apresurado a felicitar a Putin por su victoria.

Para empeorar las cosas, Putin, reforzado por su victoria, podría acelerar el reclutamiento de 100.000 o 150.000 soldados adicionales para lanzar una ofensiva masiva justo cuando las posiciones ucranianas están más debilitadas por la falta de municiones y de tropas de refresco. En estas circunstancias, ni siquiera daría tiempo para enviar los soldados franceses que con tanta alegría ofrece Macron para morir en los campos ucranianos.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional