Público
Público

Un año de Trump en la Casa Blanca 12 meses y 5 luchas: un año frente a Trump

Sólo hace un año que Donald Trump es presidente de EEUU, pero estos doce meses han dado para mucho, y entre tuits y partidos de golf, Trump nos ha regalado muchas frases para la historia, así como momentos extraños de postverdad (o “Alternative facts” como dijo su secretaria de prensa Kellyanne Conway) en los que nos hemos centrado en si su inauguración fue más grande que la de Obama o no (no lo fue) y así uno tras otro hasta casi acostumbrarnos.

Activistas de Amnistía Internacional se manifiestan contra la política discriminatoria del presidente Trump y sus intenciones de levantar un muro en la frontera con México. © Marie-Anne Ventoura/Amnesty UK

Blanca Hernández (amnistía internacional)

Este año también nos ha dado muchos personajes y tramas que parecen sacados de una novela de misterio: el general Flynn y sus peculiares conexiones con Rusia; el breve pero intenso y extraño paso de Anthony Scaramucci por el puesto de jefe de prensa; las fascinantes intrigas de palacio entre Steve Bannon, el yerno Kushner, y el ex jefe de gabinete Reince Priebus; y las escaramuzas verbales con Kim Jong Un sobre el tamaño de sus respectivas armas nucleares , que si no fuera por el verdadero peligro que representa para la población civil hasta podría tener su gracia.

La presidencia de Donald Trump será memorable sí o sí, está claro. No sólo por estas historias más o menos extrañas que parecen sacadas de un guión televisivo, sino también por una larga lista de declaraciones muy preocupantes (como sus ataques verbales constantes a la libertad de prensa o las recientes descalificaciones racistas hacia Haití y los países africanos y, lo peor de todo, por el retroceso de derechos para miles de personas.

Llegados a este punto, ¿qué hacemos? ¿Esperamos a que pasen estos años sin más intentando que nos afecte lo menos posible? ¿Cruzamos los dedos para que no pase nada malo?

¡No!

Desde Amnistía Internacional hemos estado batallando desde el principio, igual que hacemos siempre con cualquier otro presidente menos dado a la polémica, para defender los derechos humanos sin tregua. Hacemos aquí repaso a las cinco luchas clave de este año.

El travel ban, muslim ban y sus múltiples variaciones

Hemos luchado junto a muchísimos activistas de Estados Unidos contra la prohibición de entrada a personas de varios países de mayoría musulmana en todas sus diferentes fases, sin despistarnos cada vez que le daban un repaso a esta decisión discriminatoria intentando hacerla más aceptable. Cada vez que se ha intentado discriminar a musulmanes e impedir que los refugiados puedan empezar una nueva vida en EEUU, cada vez que se han puesto trabas a que las personas que huyen de la violencia en Centroamérica puedan solicitar asilo, cada vez que familias que han logrado escapar de situaciones límite han sido separadas en centros de detención para migrantes y tratadas poco menos que como criminales, hemos estado protestando y luchando para que se respeten los derechos de todas las personas.

A Trump la tortura le gusta un montón

El secretario de Defensa Jim Mattis habla con las tropas en una sala de cine al aire libre en Guantánamo, Cuba, el jueves 21 de diciembre de 2017. La visita no anunciada ha sido la primera realizada por un secretario de defensa desde que Donald Rumsfeld l

El secretario de Defensa Jim Mattis habla con las tropas en Guantánamo, Cuba, el 21 de diciembre de 2017. La visita no anunciada fue la primera realizada por un jefe del Pentágono desde que Donald Rumsfeld lo visitara en enero de 2002, poco después de que llegaran los primeros prisioneros a la base miligar de EEUU en Guantánamo. © Robert Burns

Antes de su presidencia, Donald Trump declaró su intención de seguir utilizando el centro de detención de Guantánamo y aumentar su población de detenidos en ese limbo legal. Además coqueteó con la tortura y la defensa de sus pretendidas cualidades, prometiendo autorizarla si era investido presidente.

Guantánamo sigue ahí 16 años después con 41 hombres, cifra que no se ha movido desde que Barack Obama dejara de ser presidente. Donald Trump no inventó Guantánamo ni las violaciones de derechos humanos que allí se han producido, pero la impunidad total que ha habido hasta ahora ha permitido que lo herede y potencialmente repita los mismos crímenes. De momento parece que Trump no está cumpliendo con su promesa electoral, y seguiremos vigilantes para que así siga siendo y ninguna persona más entre en Guantánamo, sino que los hombres que allí siguen, mayoritariamente sin cargos ni juicio, sean transferidos o juzgados en juicios justos ante tribunales ordinarios.

Discriminación y racismo por la puerta grande

De manera más o menos discreta, el Gobierno de EEUU ha dado abundantes pasos atrás en la protección de muchos colectivos discriminados: han eliminado las protecciones antidiscriminación para las personas, incluyendo las protecciones para los estudiantes transexuales o las medidas antidiscriminación en el lugar de trabajo.

Además, están tomando muchas decisiones que limitan gravemente la libertad de las mujeres, han eliminado las normas de protección a las víctimas de violencia sexual y resulta especialmente preocupante el empecinamiento en no dejar que las menores migrantes en custodia del gobierno puedan acceder a los servicios de aborto si así ellas lo deciden, por mencionar algunas cosas así a vuelapluma.

Además, de manera más o menos velada, tanto Trump como diferentes personas cercanas a él han excusado la violencia supremacista blanca, han restado importancia a los ataques de odio contra judíos, musulmanes, afroamericanos, o miembros de la comunidad LGBTI, y han negado que exista un problema racial en la actuación de muchos cuerpos policiales del país, a pesar del incesante número de muertos a manos de la policía, mayoritariamente personas negras.

No podemos dejar de denunciar todas estas situaciones, luchar contra cada uno de esos retrocesos y exigir públicamente responsabilidades.

Irresponsabilidad internacional

A pesar del gravísimo impacto que tiene el cambio climático en los derechos humanos, EEUU se retiró de los acuerdos de París, pasando de ser abanderado en esta lucha a uno de los pocos países que se niega a aceptar el desafío que supone para nuestro futuro.

Además, el gobierno de Trump ha recortado enormemente los fondos destinados a la ONU, a la ayuda exterior no militar, han recortado y despreciado públicamente el uso de la diplomacia, por un lado. Por el otro, ha eliminado casi cualquier restricción a la venta de armas a Arabia Saudí a pesar de que se están usando para cometer violaciones de derechos humanos en la guerra de Yemen.

“Amigos” problemáticos

Vladimir Putin y Donald Trump. © Evan Vucci

Vladimir Putin y Donald Trump. © Evan Vucci

Donald Trump ha mostrado su admiración por muchos líderes internacionales que cometen crímenes y graves violaciones de derechos humanos contra las poblaciones de sus países. En muchos casos estas declaraciones públicas han sido recibidas como un espaldarazo y un apoyo tácito de uno de los países más poderosos del mundo. Por eso, cuando Trump invita a Duterte a la Casa Blanca como a un amigo sin tener en cuenta lo que está haciendo en Filipinas, alaba las virtudes de Vladimir Putin sin querer escuchar lo que está pasando en Rusia o dice admirar el trabajo de Al-Sisi en Egipto, estos líderes y otros reciben el mensaje de que pueden seguir sin respetar los derechos humanos de sus ciudadanos.

¿Abrumador? Tomémonos esta situación como un reto, como un desafío en el que seguir defendiendo los derechos humanos día a día sin dejarnos llevar por el ruido ni el vodevil. Asóciate a Aministía Internacional y te mantendremos alerta de nuestro intenso trabajo sobre Estados Unidos.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?