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El juez encarga a los policías 'enemigos' de Villarejo que investiguen el caso de Nicolás

El excomisario de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas, quedará adscrito en comisión judicial al juzgado de Zamarriego tras no ratificar Villarejo las acusaciones de manipulación de pruebas contra él.

Foto de archivo de Francisco Nicolás Gómez Iglesias.

El juez Arturo Zamarriego, que instruye el caso del Pequeño Nicolás, ha puesto orden en la guerra abierta por el comisario José Manuel Villarejo Pérez contra el exjefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas. El pasado viernes le dejó claro al policía que si quería denunciar a sus compañeros tendría que hacerlo con pruebas y “Villarejo se echó para atrás”, cuentan a Público fuentes presentes en la sala.


Ayer por la tarde dio un paso más. A pesar de que la Dirección General de la Policía destituyó a principios de mes al comisario Martín-Blas de su puesto y lo mandó al Consejo Asesor, un lugar remunerado pero sin funciones, el titular del juzgado número 2 ha decidido que el exjefe de Asuntos Internos siga siendo el policía que lleve a cabo sus diligencias junto con el inspector jefe que instruye la causa desde el principio. Oficialmente, desde la Dirección General de la Policía dicen que “todavía no nos consta esta decisión del juez, pero evidentemente se hará lo que diga su señoría”.

La decisión ha sido tomada una semana después de que el nuevo comisario de Asuntos Internos, Francisco Migueláñez, tomara posesión del cargo. El juez, según algunas fuentes, le ha informado de que las diligencias solicitadas las seguirán tramitando el comisario Martín Blas y el instructor de la causa, Rubén López, expresando así su confianza en los agentes y en las pruebas realizadas hasta el momento.

Esta orden de Zamarriego contradice de pleno las medidas adoptadas por el director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, que se había posicionado en la órbita de Villarejo y destituido al comisario de Asuntos Internos. Es más, a pesar de que Martín-Blas no tenía ninguna investigación interna abierta ni tampoco judicial fue retirado de su cargo.

Muy diferente fue la decisión tomada respecto al comisario Villarejo, adscrito a la dirección adjunta operativa que Eugenio Pino dirige, que en esos momentos estaba sumergido en una investigación sobre la compatibilidad de su actividad de funcionario y la privada –que ha sido resuelta a favor del autodenominado “agente encubierto”- y con varias denuncias, como la presentada por la doctora Elisa Pinto contra él en la Secretaría de Estado de Seguridad o la hecha pública por Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, en la que le acusaba de “extorsión” en la investigación sobre su ático. Villarejo sigue en el mismo puesto de confianza junto al DAO.

Libres de sospechas

El presunto estafador Francisco Nicolás también lleva asegurando desde que fue detenido que la Unidad de Asuntos Internos dirigida por Martín-Blas había manipulado pruebas de su caso y que iba a denunciarlo. Una estrategia, según las acusaciones de la causa, “encaminada a aplicar la teoría del árbol envenenado: si la prueba inicial es inválida al ser conseguida de forma ilícita, el resto de las pruebas derivadas de ella también lo son. Con eso se conseguiría el archivo de la causa. Aunque en este caso no ha llegado a formalizarse ninguna denuncia que corrobore la manipulación, tampoco podría cerrarse debido a los DNI aportados por Público que no entroncan dentro de las pruebas obtenidas por Asuntos Internos”.

La decisión del juez Zamarriego deja libre de sospechas al comisario destituido y también al inspector jefe de la causa, de quienes el medio de comunicación de la mujer del comisario Villarejo –Información Sensible- llegó a escribir: “La vinculación del Comisario con el caso del Pequeño Nicolás ya ha quedado suficientemente acreditada por el ridículo que el comisario Marcelino Martín-Blas y su acólito Rubén, el inspector agudo, que supo ver en un jubilado de 81 años a Villarejo porque andaba igual que él solo porque estaba operado de la espalda. ¿Quién le contó eso a ese policía de tan fino olfato, expulsado por cierto de la UDEF por filtrar información?”


Sin embargo, en un informe presentado al juzgado de Zamarriego que desveló Público este lunes, la unidad de Asuntos Internos desgranaba las relaciones y conexiones en las que el comisario Villarejo, o el entorno empresarial y asociativo de su mujer y su abogado, ha aparecido en el caso del Pequeño Nicolás. Por ejemplo, un mensaje desde un móvil a nombre de la empresa de su mujer y su abogado –Stuart &Mackenzy- el mismo día que agentes de la Unidad de Asuntos internos habían acudido al juzgado para denunciar a Francisco Nicolás por haberles amenazado la tarde anterior en la propia sede de la Policía.

Además, según ha sabido Público de fuentes policiales, el inspector que instruye policialmente la causa de Nicolás “nunca fue expulsado de la UDEF como dice Villarejo”.

Según escribió Información Sensible, “fue este filtrador de sumarios secretos quien le convenció [a Francisco Nicolás] de que mencionara el nombre Villarejo, aunque no había hablado en su vida con él y solo le conocía por el comentario que en su día le hiciera el delincuente Javier de la Rosa, condenado en su momento por el caso KIO”. Sin embargo, añaden tanto fuentes policiales como acusaciones de la causa, “Francisco Nicolás siempre estuvo asistido por una abogada que veló por sus derechos. Podría haberse acogido a su derecho a no declarar, pero lo que está claro es que si hubiera sido presionado para mencionar a Villarejo la abogada lo habría puesto de manifiesto”.

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