MADRID.- El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha denunciado este viernes que el proceso independentista "no preocupa al Estado español, pero sí a muchos españoles". En su tercera visita a Madrid desde que asumió la presidencia de Catalunya, Puigdemont ha reclamado que el Estado "deje de pensar que éste es un asunto pasajero" porque "hacer política para acabar haciendo nada es el camino más rápido hacia el colapso".

Puigdemont, invitado por Nueva Economía Fórum, ha insistido en que "los catalanes no quieren desentenderse del Estado español, sino reentenderse" con él y que la mejor manera de hacerlo es "desde el respeto mutuo". Por todo ello, el presidente de la Generalitat ha afirmado que no se moverá de la mesa de negociación —aunque ahora esté "solo" en ella— porque la hoja de ruta del soberanismo —que ha recorrido cinco de los 18 meses previstos— prevé "diálogo, negociación y pacto pero "siempre entre iguales". Si logra completar ese plan, no será candidato pero ha precisado que si el proceso se corta "abruptamente", se verá obligado a serlo "moralmente".

El president de la Generalitat ha insistido en que el Govern "no está en la vía de la unilateralidad" y que su solución pasa por el acuerdo. "Pactar no es un acto de cobardía o de debilidad, sino que es un remedio de fortaleza", ha indicado Puigdemont quien, aun así, ha advertido de que "la paciencia no es infinita".  Con el 48% del Parlamento catalán a favor de la independencia, el president ha dejado claro que "dos millones de personas no se irán a casa porque no haya voluntad de dialogar. Y no vamos a esperar cruzados de brazos eternamente".

Por eso, ha invitado al Gobierno que salga de las elecciones del 26 de junio a sentarse a negociar una consulta sobre la independencia "sin ideas preconcebidas" y se ha mostrado abierto a pactar la fecha, la pregunta y el quórum. Sin embargo, ha confesado que tiene pocas esperanzas en los candidatos de los principales partidos. "No veo un perfil con coraje suficiente", ha lamentado y, aunque ha querido resaltar al líder de Podemos, Pablo Iglesias, por su "convicción" respecto al referéndum, ha concluido: "Todos sabemos, y él también, que no va a haber una mayoría política que lo permita".

Del mismo modo, también tiene pocas esperanzas de que una reforma Constitucional vaya a desencallar el conflicto porque el pacto "no está ni se le espera". Puigdemont desconfía de que los políticos que la proponen tengan una idea concreta más allá de "vaguedades" que "quepan" en los 140 caracteres de Twitter.

Defensa de la actuación de los mossos en Gràcia

Sobre el conflicto en el barrio de Gràcia de Barcelona a raíz del desalojo del "banc expropiat", Puigdemont ha defendido la actuación de la Policía, que ha cargado contra los manifestantes tres noches consecutivas,  y ha anunciado que no piensa cesar al jefe de los Mossos d'Esquadra, Abert Batlle, como le reclama su socio de Gobierno. "Estamos ahí y lo estamos haciendo bien. Hay que ser inflexibles con los violentos, no queremos ningún tipo de ambigüedad. Tenemos que proteger a los que quieren protestar y no quieren ser confudidos con los violentos", ha sentenciado.

Al ser preguntado por la decisión la Fiscalía de abrir una investigación al exalcalde de la ciudad, Xavier Trias (CiU) para averiguar si cometió un delito de malversación por pagar con fondos del consistorio el alquiler del "banco expropiado" durante un año, Puigdemont sólo ha resaltado su "gran labor" al frente del Ayuntamiento. 

Durante la intervención de Puigdemont, la representante de Vox Rocío Monasterio ha irrumpido en la sala y al grito de "¡Sin ley no hay democracia!", ha dejado unas esposas y un ejemplar del Código Penal encima de la mesa del president.