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La maniobra de CDC para conseguir
grupo propio en el Congreso obliga a Homs a apagar un incendio interno

El voto de varios diputados convergentes a favor de los candidatos de PP y Ciudadanos a la vicepresidencia del Congreso ha generado importantes críticas internas en el momento en que se elige la dirección del partido

Francesc Homs.- Sergio Barrenechea (EFE)

MARC FONT

Barcelona.- La mesa del Congreso anunciará la semana que viene si el Partit Demòcrata Català (PDC), la nueva denominación de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), contará con grupo propio en la cámara legislativa, a pesar de que no cumple los requisitos formales para ello. Los diputados convergentes registraron el jueves su petición para tenerlo, un hecho más que probable tras el gesto de varios diputados de la formación de votar a favor de los candidatos de PP y Ciudadanos a las vicepresidencias de la mesa del Congreso.

El movimiento, confirmado por el PP y no por la formación catalana -su cabeza de lista, Francesc Homs, ha declarado que hay que respetar el “voto secreto”- ha generado el primer incendio en el nuevo PDC. Y, de paso, ha alimentado las especulaciones sobre un posible acuerdo de más alcance entre el PP y la antigua CDC. ¿Pero es posible que el partido que preside la Generalitat de Catalunya facilite la investidura de Mariano Rajoy y que las relaciones entre los gobiernos catalán y estatal vivan una fase de distensión? Pese a que los imposibles casi nunca existen en política, la respuesta a ambas preguntas es la misma: no.

Más allá de la votación a la mesa del Congreso, esta semana ha tenido lugar una reunión entre la vicepresidenta del Gobierno central en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. El encuentro, al que también asistió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se celebró el jueves y sirvió para que el Ejecutivo estatal autorizara al catalán a refinanciar 685 millones de euros de deuda a corto plazo. La versión del gobierno español es que la ayuda es un nuevo gesto de distensión hacia el gobierno catalán, pero el viernes Junqueras aseguró en TV3 que la refinanciación era un “automatismo” y que la reunión fue una “escenificación” que no obtuvo ningún resultado práctico.

Críticas internas en el PDC

El voto de varios diputados convergentes a favor de los candidatos de PP y Ciudadanos a la vicepresidencia del Congreso ha generado importantes críticas internas, no tanto por el hecho en sí, sino por cómo se ha gestionado. Las más significativas, como mínimo entre las que se han hecho públicas, son las de dos de los principales alcaldes de la formación: Marc Castells y Mercè Conesa. El primero, alcalde de Igualada, vicepresidente de la Diputación de Barcelona y uno de los inminentes dirigentes del nuevo PDC, declaró en Catalunya Ràdio que “no se puede tratar a la gente de idiota”. Según él, haber negado el pacto con el PP para la mesa del Congreso -a cambio del grupo propio- es contraproducente porque “la gente requiere que se digan las cosas por su nombre”. Conesa, alcaldesa de Sant Cugat del Vallès y aspirante a presidir el consejo nacional del PDC, manifestó que “si es cierto, que no lo sé, que hay diputados del partido que votaron a favor [del PP], se tiene que poder explicar. La nueva formación tiene que ser mucho más transparente en las acciones que llevamos a cabo”.

El periodista y analista político Francesc-Marc Álvaro opina, a preguntas de Público, que “lo que ha pasado ha sido un movimiento táctico y el error ha sido que Homs no lo ha explicado bien”. Según él, si decides ir a Madrid a hacer política, entras en el juego de Madrid y en este contexto aspirar a tener grupo propio forma parte de una dinámica “que no se querido o sabido explicar”. Los portavoces de ERC en el Congreso, Joan Tardà y Gabriel Rufián, han dejado claro que su partido no habría hecho el mismo movimiento, pero entienden que “tener grupo parlamentario en el Congreso es muy importante y lo cambia todo”, con lo que “buscarse la vida es legítimo”.

“Es imposible que CDC facilite la investidura de Rajoy”

Todos los altos cargos del PDC que se han pronunciado sobre la cuestión, empezando por Francesc Homs, han negado que exista ninguna posibilidad de que el partido vote a favor o se abstenga en la investidura de Mariano Rajoy. Francesc-Marc Álvaro subraya que no tiene ninguna información que indique que el pacto entre PP y la antigua CDC abaste la investidura y, en cualquier caso, afirma que si el nuevo PDC “quiere empezar mal, votará a favor de Rajoy, pero no creo que lo haga. Seria bastante suicida que lo hiciera y yo sería de los muchos que no lo entendería”. El analista político añade que para que se pudiera plantear esta circunstancia “tendría que cambiar la posición del PP respecto a Catalunya y la de CDC sobre la independencia” y no cree que vaya a ocurrir ninguna de las dos cosas.

Todos los altos cargos del PDC niegan cualquier posibilidad de que el partido vote a favor o se abstenga en la investidura de Rajoy

Mucho más contundente ha sido Joan Tardà. El portavoz de ERC en el Congreso ha afirmado a Público que “es imposible que CDC [ahora PDC] se abstenga o vote a favor de la investidura de Rajoy, porque esto significaría dinamitar el gobierno de Catalunya [formado por Junts pel Sí, una coalición de ERC y CDC] y dinamitar el proceso independentista”. Para Tardà, la antigua CDC “no se puede permitir esto y seguro que no pasará. Una cosa es buscarse la vida para tener grupo propio y otra facilitar la investidura. Estamos tranquilos porque sabemos que no lo harán. Y si pasara sería un desastre”.

En resumen, que pese a los gestos de esta semana nada lleva a pensar que Rajoy pueda continuar como presidente de España gracias al apoyo activo o pasivo de los diputados de la antigua CDC. Un gesto de este tipo abriría una crisis de consecuencias imprevisibles en el nuevo Partit Demòcrata Català, supondría probablemente el fin de Junts pel Sí y se llevaría por delante al gobierno de Carles Puigdemont. Y todo parece indicar que el apoyo al PP en la mesa del Congreso responde a una cuestión mucho más prosaica: contar con un grupo propio que permita al partido tener más visibilidad en la cámara y, sobre todo, recibir mayores fondos económicos.

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