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Machismo institucional ¿Cuánto manda la mujer en el Ejército?

Hay un claro techo de cristal: solo dos mujeres ejercen el mando de unidades operativas, con peso específico de combate. Para ver la primera general habrá que esperar, como mínimo, seis años más.

Crucero de Instrucción del Buque Juan Sebastián de Elcano- Foto: Sgto. Manuel Benítez Cillán. Armada Española

En 1988 ingresaron en las academias militares españolas las mujeres que poco después se convertirían en las primeras soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas. Pese a que su incorporación fue más tardía que en la mayoría de países europeos o del entorno OTAN, el peso de la mujer en el Ejército español aumentó con celeridad los primeros años, hasta llegar al 12% del total de los militares en 2006. Sin embargo, una década después, su integración se ha estancado.

Las mujeres que ejercen el mando militar en tareas puramente castrenses es del 4,5% respecto a los hombres

Según los datos ofrecidos por el Observatorio militar para la igualdad entre mujeres y hombres en las Fuerzas Armadas, en estos diez años el porcentaje de mujeres militares solo había subido medio punto, hasta el 12,5% de principios de 2016. Además, las cifras de paridad ofrecidas por el citado Observatorio esconden un techo de cristal.

El motivo es que el grueso de mujeres en las Fuerzas Armadas se concentra en los puestos de menor rango (soldados, marineros o cabos) donde trabajan unas 12.600 mujeres, más o menos una sexta parte del total de tropa y marinería. Pese a lo modesto de la cifra, dobla a la de oficiales mujeres (8,2%).​

De hecho, sacando del cómputo de mandos militares a los que pertenecen a los Cuerpos Comunes, donde se engloban los militares dedicados a labores jurídicas, sanitarias, económico-financieras o veterinarias, en los que hay un mayor peso femenino (un 22,7%), la cifra se reduce casi al terreno de lo anecdótico: las mujeres oficiales que ejercen un mando militar en tareas puramente castrenses es del 4,5%.

La teniente coronel Ana Betegón en la base militar de Herat, donde dirigió el Role 2E, el hospital militar español. Ministerio de Defensa.

La teniente coronel Ana Betegón en la base militar de Herat, donde dirigió el Role 2E, el hospital militar español. MinisDef

Llevado a la práctica, esta situación provoca que solo haya dos mujeres al mando de unidades operativas, que son aquellas con que ostentan un peso específico en operaciones de combate. La pionera es Ana Betegón, teniente coronel del Ejército del Aire, al mando de la Unidad Médica Aérea de Apoyo al Despliegue desde el pasado mes de julio. La segunda, también teniente coronel, ni siquiera ha tomado el mando de su unidad aún. Lo hará este 9 de septiembre, y se encargará de un grupo de artillería del Ejército de Tierra.

¿Por qué no hay más mujeres al mando de unidades operativas? "Hasta ahora, por edad, ninguna mujer había llegado a ese mando. Era lógico. Para llegar a teniente coronel tienen que pasar muchos años", explican fuentes oficiales del Ejército. Ciertamente, la veteranía es fundamental para ascender con el actual método de promoción en las FFAA. Método que, por otra parte, es muy criticado por las asociaciones militares mayoritarias puesto que prioriza la antigüedad en el cuerpo por encima de las aptitudes individuales. 

"No se trata de tener muchas mujeres en la tropa, se trata de empoderar a la mujer en el Ejército", explica una comandante en excedencia

"Se nos ha vendido que la mujer está muy bien representada y que nuestro Ejército es de los más modernos. Esto es cierto en parte, porque es verdad que en España las mujeres pueden acceder a cualquier escala y cuerpo, y eso no pasa en todos los países. Pero ahí nos hemos quedado", explica Letizia Prieto, comandante auditor de los Cuerpos Comunes en excedencia. 

"Es fundamental que Defensa, para que haya una verdadera igualdad, potencie el acceso de mujeres a los cuerpos de oficiales. No se trata de tener muchas mujeres integrantes de la tropa y marinería, donde ya están bien representadas, se trata de empoderar a la mujer en el Ejército, que pueda estar en puestos de mando, y que no me digan que es cuestión de tiempo. No: es cuestión de acceso, desde el principio. Hay que abrir la puerta", enfatiza la comandante.

La primera general llegará, como pronto, en 2022

Patricia Ortega es la única mujer española que luce en sus galones tres estrellas de ocho puntas, correspondientes al grado de coronel. Fue la primera mujer que ingresó en la Academia General Militar en 1988, y la condición de pionera la ha acompañado durante toda su carrera. Fue la primera mujer en llegar a teniente coronel, en 2009, y la primera coronel, en 2015. 

"¿Igualdad es la capacidad de tomar decisiones que tienen las mujeres? Entonces la igualdad en el Ejército es cero"

Ortega dirige actualmente al equipo de ingeniería de la Dirección General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa. Si todo va bien, en seis años podría convertirse en la primera general de la historia de las FFAA españolas.

Las cifras de incorporación de la mujer al Ejército,  "integradas" pero no "asumidas" por la institución, tal y como denuncian las propias militares, abren un debate sobre cómo debería fomentarse la paridad en unas FFAA dominadas por el sexo masculino. "En primer lugar habría que determinar qué es la igualdad. ¿Igualdad numérica? No la hay. ¿Igualdad es igualdad legal? Entonces está más conseguido, porque los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos. ¿La igualdad es la capacidad de tomar decisiones que tienen las mujeres? Entonces es cero. La igualdad en ese aspecto no ha llegado a las Fuerzas Armadas", explica Teresa Franco, secretaria de Igualdad de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), la figura sindical mayoritaria entre los militares.

La polémica discriminación positiva

En busca de favorecer el acceso de la mujer a los puestos de responsabilidad en el Gobierno y la Administración Pública "hasta alcanzar la paridad", el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2005 "establecer un porcentaje de reserva de, al menos, un 5% para el acceso a aquellas ocupaciones de carácter público con baja representación femenina", haciendo especial hincapié en las FFAA.

La ley prevé cuotas de, al menos, un 5% para las ocupaciones de carácter público donde la mujer no esté representada. Muchas militares no quieren acogerse a ellas

Sin embargo, esta cuota de discriminación rara vez se aplica en las promociones de ascenso castrenses. Muchas mujeres no quieren acogerse a ellas, buscando competir de igual a igual con sus compañeros. 

"Llega un punto en el que no se trata de que tengas que destacar por encima de un montón de hombres, se trata de que somos la mitad de la sociedad y no estamos casi nunca representadas de forma equitativa", defiende Teresa Franco, que opina que "está muy bien que una mujer se sienta orgullosa por progresar por sus propios méritos. Pero igual de bien se tienen que sentir aquellas mujeres que llegan porque la ley les hace posible una discriminación positiva. Porque tienen un país detrás que las respalda por ser mujer, y gracias a estas leyes se puede conseguir una sociedad más igualitaria".

"Hace falta mucha pedagogía para hacer ver, tanto a unas como a otros, que no nos están haciendo un favor", concluye. 

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