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Martín-Blas niega la existencia del pendrive sobre los Pujol: "El informe estaba en papel"

El exjefe de Asuntos Internos de la Policía desmonta el enredo de las memorias USB aparecidas en Interior, explicando cómo se trabajaba la información sobre Catalunya y se apoya en las actas del juzgado número 14 de Barcelona, que muestran que no se halló ningún 'pendrive' en el registro de Método3.  En el dossier policial sobre la familia Pujol no había datos digitalizados, sino 800 o 1.000 folios de informes, incluidos los de los detectives confidentes Tamarit y Peribáñez.

El policía y socio del comisario Villarejo, Antonio Giménez Raso (de frente con bigote), junto con los exdetectives de la agencia Método 3, Julián Peribáñez y Antonio Tamarit., reunidos en Barcelona en 2014 en plena Operación Catalunya.

El misterioso caso de los pendrives con datos de la Operación Cataluña contra la familia Pujol tiene una solución bien sencilla: simplemente, esas supuestas memorias USB nunca existieron, puesto que toda la información policial sobre esa investigación se fue guardando en soporte de papel.

Esa es la explicación que ha ofrecido el exjefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas, en su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, al día siguiente de que el magistrado interrogase al ex número dos de la Policía y hombre de confianza del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, Eugenio Pino.

En poco más de dos horas de testimonio, Martín-Blas fue desmontando punto por punto la versión del ex director adjunto operativo –quien el día antes afirmó que fue su subordinado el que le mostró el misterioso pendrive pero que no pudo ver su contenido porque estaba encriptado–, subrayando que todo lo que se obtuvo  en el registro de la agencia de detectives Método3 figura en el acta del Juzgado de Instrucción Número 14 de Barcelona, donde no se hace mención a ningún lápiz de memoria.

Martín-Blas explicó que él nunca investigó directamente los negocios ni las cuentas de los Pujol, sino que sólo recibió los datos que aportaron dos detectives de Método3 –Antonio Tamarit y Julián Peribáñez, quienes traicionaron a su agencia y se convirtieron en confidentes policiales– y todos ellos fueron incorporados a un gran informe general de unos 800 o hasta 1.000 folios, según revelaron a Público fuentes presentes en la sala de la Audiencia. 

La información que dieron los detectives confidentes está contenida en el 'Informe Método', que tiene la Fiscalía Anticorrupción

En cuanto a los motivos por los que Pino asegura que fue él quien manejó ese pendrive –igual que le acusa de todas las acciones de la brigada política de Interior– Martín-Blas hizo hincapié en la animadversión que siente hacia él por haber pedido su imputación y la del comisario José Manuel Villarejo en la pieza separada del caso Nicolás que investiga la grabación ilegal, en sede policial, de una reunión entre agentes del Centro Nacional de Inteligencia y de Asuntos Internos.

​Martín-Blas explicó también que toda la información sobre Método3, tanto la obtenida en Barcelona como la que se consiguió en la delegación madrileña de la agencia, está contenida en el llamado Informe Método, que él mismo elaboró con sus subalternos –tras la operación conocida como Colombo– y después entregó a la Fiscalía Anticorrupción, donde continúa archivado.

Sobre sus relaciones con Tamarit y Peribáñez, negó haber tenido una relación continuada con ellos: sólo se reunió con ellos una vez, por orden de Pino, no le dieron ningún pendrive y él se limitó a pagarles unas cocacolas, una comida de 20 euros, el billete del AVE y una noche de hotel.

Martín-Blas sólo participó en el caso de Método3 porque había policías implicados, pero no actuó en el de la familia Pujol

En realidad, declaró Martín-Blas, él sólo participó en la investigación sobre la agencia de detectives Método3 (el caso Colombo) porque había policías implicados y él dirigía Asuntos Internos –unidad dedicada a vigilar los delitos o irregularidades cometidos por agentes de la Policía–, pero nunca estuvo encargado de investigar nada relacionado directamente con las cuentas o negocios de la familia Pujol.

A Martín-Blas se le ha estado relacionando últimamente con casi todas las operaciones encubiertas efectuadas por la brigada política organizada en la cúpula policial del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, de cuyas grabaciones en su despacho oficial también se le responsabiliza a pesar de que en la fecha en que se grabaron él no tenía acceso a la sede del Ministerio.

También se le ha acusado continuamente –sobre todo por parte de medios y periodistas afines al comisario Villarejo– de haber filtrado informaciones y de ser el único responsable de las decenas de fabricaciones, extorsiones y amenazas cometidas por dicha brigada política. Y no sólo en la llamada Operación Cataluña, sino incluso en el montaje del falso Informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima), campaña que se organizó cuando Martín-Blas llevaba ya siete meses apartado de la Dirección General de la Policía y que precisamente ha encabezado con pasión uno de los "periodistas infiltrados" de Villarejo: Eduardo Inda.

Igualmente, a Martín-Blas se le intentan achacar las irregulares investigaciones de la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC) que creó Eugenio Pino en Asuntos Internos para reabrir casos ya juzgados y sentenciados. Pero el exjefe de la Unidad no tuvo nada que ver con esa BARC, puesto que Pino la puso bajo el mando de la comisaria Nuria Mazo, que respondía directamente al DAO.

Después de la declaración judicial de Martín-Blas, ahora hay que esperar al próximo jueves, 23, cuando el juez De la Mata ha citado a declarar a Tamarit y Peribáñez, de los que el propio Villarejo ha reconocido que cobraron fondos reservados para facilitar datos contra la familia Pujol.

Las cloacas de Interior son profundas pero parece ya muy cercano el momento en el que saldrán a la luz por completo.

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