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El nieto de Franco se sentará finalmente en el banquillo por atentado

El Juzgado de Calamocha remite las diligencias por el ataque a una patrulla de la Guardia Civil el 30 de abril de 2012 al Penal de Teruel para que señale la fecha del juicio, en el que Francis Franco se enfrenta a una petición de seis años y un día de prisión

Francisco Franco Martínez-Bordiu, condenado por caza furtiva en 1978, se
sentará en unos meses en el banquillo por atentado a la autoridad y
conducción temeraria.EFE

El caso Francis Franco ya está en el Juzgado de lo Penal de Teruel, en cuyo banquillo se sentará próximamente el nieto favorito del dictador para afrontar peticiones de condena de hasta seis años y un día de prisión y multas por valor de 26.500 euros como presunto autor de los delitos de atentado, conducción temeraria y daños y de una falta de lesiones.

No será la primera ocasión en la que Francis Franco Martínez-Bordiu, conocido popularmente como ‘el nietísimo’ por su afinidad al dictador –el orden de sus apellidos fue modificado para replicar el nombre de su abuelo-, se siente en el banquillo para responder de un cargo relacionado con la falta de respeto a la autoridad: en enero de 1978 fue condenado a mes y medio de arresto  por huir de los guardas forestales que le sorprendieron con otras dos personas cazando furtivamente en la reserva de los Ports de Beceite.

Los guardas llegaron a tirotear las ruedas del vehículo que utilizaban los furtivos, dos de los cuales –Francis Franco y otro- trataron de huir de nuevo monte a través mientras el tercero de ellos se entregaba. El juez les retiró a los dos primeros las licencias para utilizar armas largas durante dos años.

En 2010, un juzgado le absolvió de haber insultado a un empleado del AVE en la estación de Zaragoza, cargo por el que se enfrentaba a una multa de escasa cuantía.

La defensa reserva su estrategia

Ahora, cinco años después de que, la madrugada del 30 de abril de 2012, una patrulla de la Guardia Civil fuera embestida en una pista forestal situada entre las localidades turolenses de Collados y Lagueruela por el Toyota Hílux al que llevaban persiguiendo en una fuga temeraria a toda velocidad que se prolongó a lo largo de varias decenas de kilómetros y que puso en peligro la integridad de varios conductores, el juez de Calamocha ha cerrado una instrucción que incluye el establecimiento de una fianza de responsabilidad civil de 4.220 euros cuya finalidad sería, en caso de condena, indemnizar al agente que resultó lesionado y pagar la reparación del Patrol.

Las defensas han optado por guardar sus bazas para el juicio, cuya fecha de inicio señalará próximamente el Juzgado de lo Penal, y se han limitado en sus escritos de exculpación a mostrar su “disconformidad” con las tesis de las acusaciones .

Estas dirigen sus cargos contra ‘el nietísimo’, marqués de Villaverde y heredero del Ducado de Franco –título creado por Juan Carlos I a los cuatro días de ser coronado-, mientras imputan a Nicolae S. R., empleado de una de las empresas de la familia, un delito agravado de atentado contra la autoridad y una falta de lesiones por los que reclaman para él cuatro años y un día de cárcel.

El Estado solo reclama por daños

Tanto la Fiscalía como el agente de la Guardia Civil que resultó lesionado señalan a Franco como el presunto conductor del Toyota Hílux, que en aquellas fechas utilizaba una de las empresas de su hijo en rénting, mientras apuntan a Nicolae S. R. como el supuesto copiloto que, antes de la embestida, mostró a los agentes la funda de un arma de fuego larga (rifle o escopeta) en actitud amenazante.

La Abogacía del Estado, por su parte, no pide penas de prisión. Se adhiere a la tesis de la Fiscalía pero únicamente reclama a los acusados y a la compañía con la que estaba asegurado el todoterreno una indemnización de 2.720 euros por los daños que sufrió el coche policial.

Las defensas de ambos, que niegan haber participado en los hechos, solicitan su absolución. El primero sostiene que estaba en Madrid, versión que respaldan varios testigos. El segundo mantiene que no iba en el coche.

Seis pruebas indiciarias

El instructor, sin embargo, ya especificó hace unos meses en un auto “a los efectos de despejar cualquier duda” la existencia de seis pruebas que hacen inexcusable que Francis Franco y Nicolae S. R. deban sentarse en el banquillo.

Una de ellas procede de las víctimas. Se trata del “reconocimiento, aunque no al 100%”, del ‘nietísimo’ como el conductor del todoterreno por parte de los guardias civiles.

Otras dos son de carácter técnico o pericial: un informe sitúa en la ruta que esa mañana recorrió el Hílux un móvil que habitualmente utilizaba Francis Franco y otro dictamen reseña la conexión con 29 repetidores de un teléfono que este asegura haberse dejado en una finca que su familia posee en Calatayud.

Las otras tres son testificales. Un vecino de la zona, que luego se desdijo, aseguró a la Guardia Civil que esa mañana recogió a Francis Franco en Bea, donde fue abandonado el vehículo; mientras el coacusado se contradice sobre la presencia de una tercera persona en la zona y, por último, deben valorarse las declaraciones de otro testigo sobre a quién le entregó las llaves del todoterreno.

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