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La resaca de las primarias Lambán prepara una crisis de gobierno en Aragón pero la desvincula de las primarias

El presidente aragonés rechaza pactar con los sanchistas listas integradas para el congreso federal del PSOE y pide respetar el actual ‘status quo’ orgánico y sugiere al nuevo secretario general que mire a los barones como aliados en lugar de como enemigos pese a su apoyo a Díaz

El presidente de Aragón y secretario general de los socialistas aragoneses, Javier Lambán. E.P.

El presidente autonómico de Aragón y secretario general del PSOE de esa comunidad, Javier Lambán, uno de los principales apoyos de la derrotada Susana Díaz en las primarias de los socialistas, prepara una crisis en su Gobierno, aunque la desvincula del proceso interno de su formación, en el que los partidarios de Pedro Sánchez se han impuesto en la comunidad.

“Seguramente se producirán algunos cambios”, admitió este martes Lambán, que los relacionó con la necesidad de realizar ajustes internos llegado el ecuador de la legislatura. Fuentes del ejecutivo apuntaron que, en principio, esos cambios se centrarían en el segundo nivel de la Administración, entre los directores generales y en la cúpula de alguna de las empresas públicas de la comunidad, y no llegarían a afectar a los consejeros.

No obstante, una crisis de ese nivel entraña el riesgo de provocar dos frentes de tensiones. Uno, de carácter interno, por no resolver las tiranteces que generó el cese del secretario general oscense, Antonio Cosculluela, como presidente de las Cortes. Y otro con el principal apoyo parlamentario de los socialistas, Podemos, que hace unos meses reclamó con insistencia el relevo de Fernando Gimeno al frente de Hacienda, por sus diferencias sobre la gestión presupuestaria, y que antes había cuestionado la continuidad de Joaquín Olona, por su actividad empresarial previa a la política, en Desarrollo Rural.

Por otro lado, Lambán descartó cualquier ajuste, tanto institucional como orgánico, en el PSOE de Zaragoza, ciudad en la que los sanchistas obtuvieron su principal victoria el domingo, con un 55% de los votos mientras Díaz apenas alcanzaba el 35%. “El PSOE zaragozano es autónomo para tomar sus decisiones”, señaló Lambán.

El alejamiento entre las posiciones de la cúpula y las de las bases es notorio en la capital aragonesa, donde algunos sondeos pronostican un nuevo descenso en votos y representación tras dejar la alcaldía Juan Alberto Belloch en 2015.

Respeto para los barones

Lambán, que aseguró que todavía no ha llamado a Sánchez “por no molestar” (la misma evasiva que utilizo el lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy), sí le pidió públicamente a este “que el Gobierno de Aragón sea un bien político respetado” y que tenga en cuenta la autonomía de los barones.

La mayoría de ellos, como Emiliano García Page en Castilla-La Mancha, Guillermo Fernández Vara en Extremadura, Javier Fernández en Asturias, Ximó Puig en Valencia y él mismo en Aragón apoyaron la candidatura de Díaz tras haber sido claves para desalojar a Sánchez de Ferraz y para que el PSOE apoyara la investidura de Rajoy.

Sus ejecutivos, dijo Lambán, “tienen que ser un aliado fundamental del nuevo secretario general, y no tienen que ser vistos como algo sobre lo que haya que poner cautelas”. “No hay recomposición posible sin lealtad” añadió, tras admitir que en la campaña interna “ha habido excesos”, abogar por “recuperar la normalidad” y asegurar que “no temo absolutamente ninguna vendetta de Pedro Sánchez”.

“La cofradía del santo reproche”

El presidente del Gobierno de Aragón, que reconoció la “victoria rotunda sin ningún paliativo” de Sánchez a nivel federal, matizó que el resultado fue más ajustado en la comunidad, donde “la militancia se ha manifestado de una forma bastante pareja” (la diferencia fue de 122 votos) y donde Díaz fue la más votada en Huesca y en Zaragoza sin su capital.

Así, se mostró dispuesto a dialogar con los sanchistas si bien “respetando los procesos democráticos previos”, es decir, los actuales pesos orgánicos, al tiempo que rechazó pactar las delegaciones para el congreso federal. “Inhabilitar a los militantes para elegir a los delegados no es adecuado” y “trasladar a ese proceso la pugna pugna por la elección del secretario general supondría desvirtuar los procesos siguientes”, dijo.

“Ahora todos somos de Pedro Sánchez”, dijo, aunque incluyó entre los apoyos de este en las primarias a “la cofradía del santo reproche”.

Procesos abiertos en la izquierda aragonesa

La tensa situación interna de los socialistas aragoneses, cuyas “familias” medirán de nuevo sus fuerzas este fin de semana con la elección de los delegados para el congreso federal mientras el autonómico sigue sin fecha, añade algo más de incertidumbre a la situación que atraviesa la izquierda en la comunidad.

Con la excepción de Chunta Aragonesista (Cha), el socio minoritario del Gobierno autonómico, todos los partidos se encuentran en un proceso de renovación.
IU ha cerrado el suyo tras el relevo de Adolfo Barrena por Álvaro Sanz en una reciente asamblea no exenta de tensiones, y Podemos se prepara para encarar el previsible relevo de Pablo Echenique, que próximamente deberá optar entre mantenerse como secretario general de Aragón o incorporarse de lleno a la dirección estatal de los morados.

La decisión se conocerá en unas semanas, aunque todo apunta a que Echenique optará por trasladarse a Madrid. En ese caso, se abrirá un proceso de relevo en el que, a priori, suenan algunos nombres como los diputados autonómicos Erika Sanz (miembro del Consejo Ciudadano estatal) y Nacho Escartín y el congresista Pedro Arrojo.

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