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CONGRESO DEL PSOE Díaz rechaza la integración y dará la batalla a Sánchez en Andalucía 

La presidenta andaluza confía en recortar el avance de los sanchistas en su tierra y se desmarca del resto de barones, que sí han pactado listas con el líder del PSOE.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, a su llegada esta tarde a la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE de Andalucía en Sevilla, donde ha aclarado que "En Andalucía ya todos estamos con Pedro y, a partir de este momento, se acabaron los bandos". EFE/Julio Muñoz

“En Andalucía todos estamos con Pedro. Se acabaron los bandos”. La rotunda frase de Susana Díaz de este martes, minutos antes de reunirse con su ejecutiva autonómica, tiene dos lecturas: la primera suena a enterrar el hacha de guerra; de la segunda, en cambio, se infiere que seguirá plantando batalla a Pedro Sánchez en su territorio, el único en el que le ha vencido la presidenta andaluza, donde aún es fuerte.

La líder del PSOE-A ha dado la espalda a la propuesta de Sánchez de presentar listas conjuntas a los congresillos provinciales de este fin de semana, donde se elegirá a los delegados para el Congreso federal del 17 y 18 de junio. Los sanchistas demandan que el reparto de compromisarios -255 representarán a la federación andaluza- sea proporcional a los votos que ha obtenido cada candidatura por provincias. Si se repitiera el resultado de las primarias, Díaz podría elegir al 63% de delegados andaluces al congreso, y el 37% restante saldrían del entorno sanchista y de Patxi López.

Díaz rechaza la propuesta de Sánchez apelando “al voto libre de la militancia” del que hizo gala el nuevo líder del PSOE en las primarias

La clave está en los Estatutos del PSOE: si al final no hay acuerdo, se presentarán dos listas de delegados en cada provincia. Si ambas rebasan el 20% de votos de los militantes, el reparto de compromisarios será proporcional a los votos, como pide Sánchez. El resultado de las primarias indica que los sanchistas lograrían sacar adelante su lista en las ocho provincias andaluzas, pero Díaz prefiere que lo peleen otra vez en las urnas de los congresillos provinciales antes que negociar la integración con sus rivales. La sevillana no cree que el resultado sea extrapolable, se siente fuerte orgánicamente y está convencida en poder limar el avance de los sanchistas andaluces.

Pedro Sánchez celebra la victoria en las primarias del PSOE con los militantes del partido. REUTERS/Sergio Pérez

Pedro Sánchez celebra la victoria en las primarias del PSOE del 21 de mayo con los militantes del partido. REUTERS/Sergio Pérez

La dirección del PSOE-A ha rechazado formalmente la propuesta de integración de Sánchez. Díaz también le ha hecho llegar su decisión a otros barones socialistas que la apoyaron en las primarias y que ya han anunciado su disposición a pactar con los sanchistas. La sevillana quiere que tanto las enmiendas como el nombre de los delegados andaluces que irán al Congreso federal del PSOE sean elegidos por la militancia este fin de semana en las agrupaciones. Díaz rechaza la propuesta del secretario general electo del PSOE apelando, precisamente, “al voto libre de la militancia” del que ha hecho gala el madrileño durante las primarias. Fuentes próximas a Díaz avisan de que no participarán de “un pacto de despacho entre dirigentes”.

Susana Díaz se desmarca así de otros barones territoriales que sí “han pasado por el aro”, pactando listas integradas con los sanchistas en sus comunidades. Javier Fernández (Asturias), Emiliano García Page (Castilla La Mancha), Ximo Puig (Valencia) y Guillermo Fernández Vara (Extremadura) han aceptado la propuesta de Pedro Sánchez, así que sus federaciones se saltarán la votación de las listas en los congresillos, prevista para este fin de semana, y llevarán al cónclave socialista una sola lista integrada con nombres de ambos bandos.

Díaz se desmarca de los barones que han pactado listas integradas, como Page (Castilla-La Mancha), Puig (Valencia) o Vara (Extremadura)

La diferencia entre ellos y Susana Díaz es que la andaluza, aunque sea la gran derrotada en las primarias, ha vencido de largo a Sánchez en su terreno. El resto está en una situación de debilidad interna porque los sanchistas les han vencido en sus federaciones, de modo que están obligados a pactar la elaboración de las listas. El caso andaluz es la excepción. Aunque el avance del sanchismo ha rebasado el 30% en cinco provincias andaluzas -Cádiz, Málaga, Granada, Almería y Huelva- la sevillana se siente fuerte orgánicamente, y tratará de evitar que se le “cuelen” críticos en los órganos de dirección, empezando por los delegados el Congreso federal, donde volverán a medirse las fuerzas entre susanistas y sanchistas.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz (c), junto a la presidenta de los socialistas andaluces, Micaela Navarro (d), y al secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo (i), en la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE de Andalucía en Sevilla, don

La presidenta de la Junta, Susana Díaz (c), junto a la presidenta de los socialistas andaluces, Micaela Navarro (d), y al secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo (i), en la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE de Andalucía en Sevilla, donde ha aclarado que "En Andalucía ya todos estamos con Pedro y, a partir de este momento, se acabaron los bandos". EFE/Julio Muñoz

La presidenta de la Junta está convencida de que el resultado de las primarias en España “no es extrapolable” a la realidad política andaluza, confía en su fortaleza aquí, y prefiere que resuelvan las urnas. Díaz es la única líder regional del PSOE que venció a Pedro Sánchez en las primarias en su territorio, de ahí que sea la primera en desmarcarse del pacto de integración (el presidente de Aragón, Javier Lambán (afín a Díaz), perdió por el mínimo, y tampoco aceptará el acuerdo).

La conformación de la nueva ejecutiva federal está en juego, en primer lugar, pero luego también habrá pelea interna en el congreso regional del PSOE andaluz, que Díaz ha acelerado hasta el 29 y 30 de julio. Ahora mismo, susanistas y sanchistas en Andalucía esgrimen el mismo discurso de cohesión y unidad de partido, todos detrás de Pedro Sánchez, y responsabilidad para fortalecer las instituciones que gobiernan, principalmente la Junta. Pero detrás de este discurso oficial ya ha empezado una guerra fría.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, afín a Díaz, perdió por el mínimo, y tampoco aceptará el acuerdo con Sánchez

El entorno de Sánchez amaga con presentar un candidato alternativo en las primarias andaluzas de julio que dispute la secretaría general del PSOE-A a Susana Díaz. No es seguro que finalmente consumen la amenaza -al menos en el ámbito regional, donde será difícil vencer a la sevillana-, pero por ahora les basta con “hacer desfiles militares y pasear sus misiles por las calles para asustar”, como retrata gráficamente un dirigente andaluz.

Los sanchistas quieren hacer valer su peso en las primarias -provincia a provincia- y convencer a Díaz de que les abra la puerta de los órganos de dirección del partido (la ejecutiva regional, el comité director…), para evitar así enfrentarse a ellos en el próximo congreso. El riesgo que corre Díaz es, en realidad, el mismo que asumió Pedro Sánchez cuando dejó que la sevillana metiera a sus hombres de confianza en Ferraz (germen del motín que desembocó en la dimisión de la mitad de su ejecutiva que forzaría su posterior dimisión).

Díaz ha reunido este martes a toda su ejecutiva regional para convocar el comité director el próximo lunes. Será el máximo órgano entre congresos el que fije la fecha del congreso regional para el próximo 29 y 30 de julio. Las primarias andaluzas serán poco después del congreso federal del 17 de junio.

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